ACCIÓN DE GRACIAS
Pentecostés siempre es hoy, nunca ayer.
El viento nos toca, pero no se ve, aliento
de vida, un soplo de fe.
Y juega, sugiere murmullo que habla y
pasa de nuevo y otra vez que pasa.
El fuego no quema, calienta las venas, nos
arde la sangre, parece una vela tan viva su luz que nunca se apaga, alegra su
llama, que siempre nos sana.
Todos sirven, todos comen, es mesa de
comunión.
Todos hablan y todos oyen, no es preciso
traducción.
Las caras son diferentes, un solo idioma:
el corazón.
Es que lo NUEVO nació en un tejido de
amor.
Amén
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