domingo, 29 de diciembre de 2019








EL AMOR EN FAMILIA
El ángel del Señor se le apareció en sueños a José y le dijo: “Levántate coge al niño y a la madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que yo te avise, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo”. José cogió al niño y a su madre, de noche, se fue a Egipto… Cuando murió Herodes, el ángel del Señor se apareció de nuevo en sueños a José en Egipto y le dijo” coge al niño y a su madre y vuelve a Israel…
ENTRA EN TU INTERIOR
Nada humano es ajeno a Jesús. Esta semana conmemoramos y celebramos de la mano del evangelista Mateo la Sagrada Familia – Familia de Nazaret- Familia de Jesús el Nazareno. Jesús creció y se educó en una familia, y la familia es el espacio donde se ofrece y se recibe ternura, seguridad, atención y el amor. Jesús fue humano, es Dios el que se hace hombre, nace y se desarrolla en el seno familiar. FAMILIA, es escuela donde aprender el amor.El relato del evangelio nos narra la huida a Egipto.  El camino de Jesús está marcado por la intervención de Dios que manifiesta su voluntad a través del ángel. José hombre de acción justa y valiente, tiene un papel prominente en el nacimiento de Jesús.  José soñaba con  formar una familia con María, la joven con quien se había desposado. El ángel en sueño le dirá que acoja a María y al hijo que espera por obra de Dios. En sueños también el ángel del Señor te dirá que cojas al niño y a su madre y huyáis a Egipto. La historia se repetirá y avisado en sueño te dirá que el peligro ha pasado y volverás a ponerte en camino está vez hacía Nazaret. José se distingue por la escucha de la palabra y puesta en práctica. La palabra le pone en camino, en movimiento. José, el hombre que no habla ni una sola palabra, lleva a la acción la Palabra del Señor.



domingo, 22 de diciembre de 2019




SI, 
AL PROYECTO DE DIOS EN NUESTRA VIDA
La madre de Jesús estaba desposada con José, y antes de vivir juntos, esperaba un hijo. José pensó en repudiarla,… un ángel le digo: no tengas reparo porque la criatura que espera es obra del Espíritu Santo. Cuando José despertó hizo lo que le había dicho el ángel.
ENTRA EN TU INTERIOR
Este domingo cuarto de Adviento, de la mano del evangelista Mateo, caminamos las últimas etapas del camino que nos llevará a Belén, al nacimiento de Emmanuel – Dios con nosotros-. Dios también está conmigo, con nosotros. José ocupa un papel central en el Evangelio, nos enfoca de manera especial como los planes de Dios pueden cambiar nuestros proyectos de vida, así ocurrió también en el proyecto de vida de María y José. El proyecto de Dios irrumpe de manera significativa en el plan de José, pero lo acoge con humildad, porque era un hombre bueno y justo. Cierto es, que cuando Dios se presenta en nuestras vidas, puede dar un giro de 180º grados, e incluso nos puede dejar desconcertados, y nos puede dar la impresión que cambian nuestras antiguas seguridades, pero también es cierto que sus planes no dejan indiferentes, a los que nos atrevemos y le decimos “SI”. Como a María y a José debemos estar atentos a sus proyectos y poder ponernos en acción para su consecución. De la mano de José y de María el camino del Adviento está llegando a su fin. Preparemos nuestros corazones para acoger al Niño Dios que viene, que está con nosotros.

domingo, 15 de diciembre de 2019




SEÑOR, SÉ QUE ERES TÚ
Juan mandó a sus discípulos a preguntar a Jesús si era el que tenía que venir o debían esperar a otro. Y Jesús les mandó que contarán lo que habían visto: los ciegos ven, los sordos oyen…
ENTRA EN TU INTERIOR
Este domingo 3º de Adviento celebramos el  “Domingo de Gaudete”. Gaudete quiere decir regocijo, gozo, alegría… Un año más nos vamos acercando con esperanza y alegría a la Navidad. Toda la liturgia de este domingo nos invita a alegrarnos por la cercanía del Señor y nos invita abrir la puerta de nuestro corazón para acogerle con gozo y alegría. El evangelista Mateo nos presenta a un Juan deseoso de identificar al Señor, y necesita que le confirmen si es el esperado.  Juan se encuentra encarcelado, tal vez como algunos de nosotros que nos encontramos encarcelados en una Navidad donde lo importante son las luces de colores en calles, árboles, etc… pero no identificamos la verdadera luz de la Navidad, la del nacimiento de la luz del mundo. ¿Eres tú el que tenía que venir? Jesús les respondió: comunicadle a Juan “lo que estáis viendo, lo que estáis oyendo”. Jesús no les responde sobre su identidad sino sobre su actuación, sus credenciales son sus acciones, pues no existe mejor lenguaje que el de los hechos. ¿ Y nuestras acciones y hechos nos identifican? La actitud cristiana es siempre una actitud activa, de espera y de esperanza, de buena noticia, atentos y con atenciones acogedoras, poniendo alegría y consuelo al desconsuelo. Se acerca la Navidad y que mejor ocasión para hacer que merezca la pena esperar, porque viene nuestro Dios
Por la entrañable misericordia de nuestro Dios,
nos visitará el sol que nace de lo alto,
para iluminar a los que viven en tinieblas
y en sombra de muerte,
para guiar nuestros pasos
por el camino de la paz.
CÁNTICO DE ZACARÍAS: «Benedictus»




MISA DE CAMPAÑA EN LA ERMITA DE SANTA LUCIA

domingo, 1 de diciembre de 2019


Dijo Jesús: Cuando venga el Hijo del hombre pasará como en tiempos de Noé… por tanto estad en vela, porque no sabéis que día vendrá vuestro Señor…Estad preparados, porque a la hora que menos penséis viene el Hijo del hombre.
ENTRA EN TU INTERIOR
“Estad en vela” – “ser conscientes del momento que estamos viviendo”… Este domingo iniciamos un nuevo año litúrgico – Ciclo A- y lo andaremos llevados de la mano del evangelista Mateo. Iniciamos el año litúrgico celebrando el Primer Domingo del tiempo de ADVIENTO. El tiempo de Adviento, Tiempo de Espera – de venida. Y lo iniciamos con una llamada a “estar preparados, despiertos, a estar en vela…de tomar conciencia, de no estar adormilados”. ¿Qué debemos esperar? ¿Cómo debe ser esa espera? El “Hijo del hombre viene”, está viniendo, pero no del futuro, sino de lo profundo de nuestro interior, de nuestra identidad. Jesús nos invita a despertar nuestra conciencia, a mantenernos siempre activos y dispuestos. Su venida es cierta, pero incierto el día. Los evangelios de estas últimas semanas y  el evangelio de este primer domingo de Adviento nos hablan del fin del mundo, nos hacen referencia no a la primera venida del Señor, sino de la definitiva. Velad, estad despiertos, con esperanza contemplativa y esperanza activa, bien despiertos a la espera del encuentro definitivo con Él.





domingo, 24 de noviembre de 2019


TÚ, ERES EL REY DE MI CORAZÓN
Y le decían: A otros ha salvado, que se salve a si mismo si es el rey de los judíos… uno lo insultaba diciendo ¿No eres el Mesías? Sálvate a ti y a nosotros… El otro decía nosotros estamos aquí por lo que hicimos pero Él… Y le decía: Acuérdate de mí cuando estés en tu reino. Jesús le dijo: Hoy mismo estarás conmigo
ENTRA EN TU INTERIOR
Este domingo finaliza el año litúrgico- ciclo C- , un tiempo en el que hemos ido recorriendo las etapas de la vida de Jesús, desde su nacimiento, hasta su muerte, compartiendo sus enseñanzas, meditando el sacrificio de entrega, la gracia de la resurrección, y este camino lo hemos ido recorriendo durante este año litúrgico de la mano del Evangelista Lucas. Finalizamos con la invitación a meditar en nuestro interior e identificar quien es nuestro Rey, quien es el que reina en nuestro corazón, El evangelio que concluye el ciclo, SOLEMNIDAD DE CRISTO REY es el relato de la crucifixión y, nos recuerda que su Reino es un reino de Amor, de entrega total – hasta la muerte -, de servicio, de fraternidad, de misericordia. Jesús hizo presente el Reino de Dios, un Reino que “no es de este mundo”, pero que está presente en nuestro mundo. No es una realeza al uso, de prestigio, de poder…, es más bien una realeza de quien entrega su vida para salvar la vida. Pilato interroga a Jesús sobre SU SER REY. Y el responde “Tú lo dices, yo soy Rey, pero mi reino de no es de este mundo…”. Entonces, ¿qué Rey es Jesús? Una cruz su trono, una corona de espinas, corona su realeza, un reino de Amor, de verdad y de vida, de justicia y paz. En su entrega – su muerte -no está solo, el relato nos dibuja un paisaje donde Él está rodeado de personas hostiles que vierten sobre él sus responsabilidades de incomprensión, de malhechores, de crucificados, de uno que vocifera: “sálvate a ti mismo y a nosotros”, pero también del quien se deja interpelar, que reconoce el Reino de Jesús, del crucificado, conocido como el “buen ladrón” , que de su corazón nace y surge una súplica: “Acuérdate de mí, cuando llegues a tu Reino”, y del corazón de Jesús emana la respuesta – promesa “ Hoy estarás conmigo”.
En la cruz se puede estar por motivos diferentes: «Hay tres hombres en la cruz: uno que da la salvación, otro que la recibe, un tercero que la desprecia. Para los tres la pena es la misma, pero todos mueren por causa distinta (S. Agustin)».




domingo, 17 de noviembre de 2019



ESPERANZA FRENTE AL DESANIMO
Contemplando el templo, Jesús les dijo: llegarán días en que no quedará piedra sobre piedra. Que nadie os engañe. Se alzará pueblo sobre pueblo, habrá terremotos, pestes, os perseguirán… Pero ni un cabello de vuestra cabeza perecerá, con vuestra perseverancia salvareis vuestras almas
ENTRA EN TU INTERIOR
Nos  vamos acercando ya al final del año litúrgico, este domingo 33 del tiempo ordinario es el penúltimo del ciclo que finalizará el próximo cuando celebremos la fiesta de Cristo Rey. Y como el domingo pasado el evangelio  de Lucas nos invitará a reflexionar mediante un lenguaje apocalíptico sobre el final de los tiempos. Nos irá describiendo todo tipo de catástrofes y calamidades pero, también la esperanza más allá de los tiempos. ¿Cuándo ocurrirá? El fin ha comenzado ya, el fin está presente entre nosotros y a la vez es futuro. Para Jesús, lo que debería preocuparnos es la vida antes de morir, pues “ni un cabello de vuestra cabeza perecerá” Una invitación a la esperanza, a mantener una actitud adecuada, con fe, con confianza en Dios. Centrémonos en lo esencial, entremos en nuestro interior, en nuestro corazón y desde ahí sin perder la calma, asumamos nuestra responsabilidad, pues el Señor no nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas, y con perseverancia,  con esperanza y, con la fe puesta en Dios nuestro Padre, superaremos las pruebas que encontramos y encontraremos en nuestro andar por el camino, que cada día nos  acerca al Dios que nos espera.