viernes, 31 de diciembre de 2021


 2022 AÑO C 

SOLEMNIDAD DE SANTA MARIA MADRE DE DIOS

A los ocho días de la Navidad, justo el primer día del año civil, celebramos la solemnidad de Santa María, Madre de Dios. Es un título de la Virgen María que la Iglesia le dio prácticamente por deseo y aclamación del propio pueblo cristiano.

Es una fiesta que se centra en la bendición de Dios para su pueblo, en la maternidad de María y en la oración por la paz.

Son fechas para tener más presentes, si cabe, a quienes parecen menos bendecidos: los pobres en cualquiera de las manifestaciones de una pobreza que permanece y aumenta entre nosotros. Son quienes mejor nos muestran el rostro de un Dios que, al hacerse hombre, nació, vivió y murió pobre.

La maternidad es una forma de ser y de vivir a la que Dios nos convoca a todos. Acoger, escuchar, consolar, reír con el que ríe, llorar con quien llora, sufrir con quien sufre, aconsejar, perdonar, callar… todo eso y más es necesario en la nueva normalidad que buscamos, en la fraternidad social que nos propone el papa Francisco.

Y sobre todo necesitamos paz. Son muchas las tribulaciones pasadas y presentes. Necesitamos un futuro distinto. Podemos forjarlo desde la educación y la formación a las nuevas generaciones. Desde el diálogo entre las distintas generaciones orientado a que crezca la solidaridad entre ellas y la confianza en el futuro. Educación, trabajo y diálogo son tres herramientas para construir una paz duradera.

El comienzo de año es un momento ideal para hacer promesas y se formulan deseos de felicidad, generalmente centrados en la clásica fórmula: salud, dinero y amor. Pero la liturgia nos traslada a un mundo muy distinto. Abre el año ofreciéndonos la compañía de Dios Padre, que nos bendice y protege, de Jesús, que nos salva, de María, que medita en todo lo ocurrido.

Olvidemos toda la parafernalia desalmada que preside estos días: regalos, saludos, mensajes de texto clonados, luces. Sin embargo, lo que realmente vale es la capacidad de sorprendernos el mismo Dios, que a pesar de todo lo horrible que puede ser el ser humano, propone volver a empezar

Aprendemos de María, ella "guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón", guardaba emociones y preguntas; ella meditaba palabras y hechos en su corazón, hasta que se desvele el hilo de oro que unirá todo. Tomemos nuestro tiempo para cuidar los sueños del el corazón.

“Bendecirás a tus hermanos, lo merezcan o no, los bendecirás”. Dios nos pide que aprendamos a bendecir: Si no lo hacemos nunca seremos felices. Bendecir es invocar desde el cielo una fuerza que hace que la vida crezca, y reinicie y resucite; significa buscar, encontrar, anunciar el bien que hay en cada hermano. Que el Señor haga resplandecer su rostro. Descubrir que Dios es luminoso, un Dios de brazos grandes y corazón de luz.

miércoles, 29 de diciembre de 2021


 

2021 DICIEMBRE NAVIDAD MEDITACIÓN EUCARISTICA

 

Queridos hermanos nos encaminamos hacia un nuevo año, con la esperanza en el corazón que pueda ser mucho mejor que los anteriores. En esta tarde delante de Jesús eucaristía queremos pedirte que nos acompañes a lo largo del nuevo año y que nos transmitas tu luz y tu fuerza para continuar al servicio de tu Reino.

En esta vida pueden suceder muchos acontecimientos, positivos o negativos, lo importante es la actitud que tomamos ante estas circunstancias. Siempre debemos asumir el refranero que nos dice “que nada es bueno ni malo, sino que todo depende del cristal con que se mira”. Todo basado en nuestra actitud: “Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan par el bien” Rom. 8, 28

Incluso las realidades negativas que nos toca vivir descubrimos una fuerza interior enorme y que desde luego no provienen de nosotros mismos, sino de la cercanía de Dios en nuestras vidas. “Por lo cual, por amor a Cristo me gozo en las debilidades, en afrentas, en necesidades, en persecuciones, en angustias; porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”. 2 Cor. 12, 10

Oigamos esa fabula: La enseñanza del burro

Un día el burro de un campesino se cayó en un pozo. El animal lloró fuertemente por horas, mientras el campesino trataba de buscar algo que hacer. Finalmente, el campesino decidió que el burro ya estaba viejo y el pozo ya estaba seco y necesitaba ser tapado de todas formas; que realmente no valía la pena sacar al burro del pozo. Invitó a todos sus vecinos para que vinieran a ayudarle. Cada uno agarró una pala y empezaron a tirarle tierra al pozo. El burro se dio cuenta de lo que estaba pasando y lloró horriblemente. Luego, para sorpresa de todos, se aquietó después de unas cuantas paladas de tierra. El campesino finalmente miró al fondo del pozo y se sorprendió de lo que vio, con cada palada de tierra, el burro estaba haciendo algo increíble: Se sacudía la tierra y daba un paso encima de la tierra. Muy pronto todo el mundo vio sorprendido cómo el burro llegó hasta la boca del pozo, pasó por encima del borde y salió trotando.

La vida va a tirarte tierra, todo tipo de tierra, el truco para salir del pozo es sacudírsela y usarla para dar un paso hacia arriba. Cada uno de nuestros problemas es un escalón hacia arriba. Podemos salir de los más profundos huecos si no nos damos por vencidos. ¡Usa la tierra que te echan para salir adelante!

Recordemos las 5 reglas para ser feliz en el próximo año nuevo:

- Liberar el corazón del odio. El odio no nos llevará a ninguna parte, solo produce estancamiento y parón general.

- Liberar la mente de las preocupaciones. Las preocupaciones no están para ocuparnos toda la vida, sino para buscar soluciones. Confiemos en Jesús él nos dará la luz para entender los problemas y entendernos a nosotros mismos.

- Simplificar la vida. Procurar ir por caminos de humildad y sencillez, no nos recarguemos de cosas banales y superfluas, solo ocuparán sitio, pero no nos ayudarán avanzar. Desechemos las realidades tóxicas que están a nuestro alrededor y busquemos todo aquello que nos ayuda a sentirnos mucho mejor y sobretodo bendecidos y acariñados.

- Ser capaces de da más y espera menos. No caigamos en la tentación de esperarlo todo de Dios, sino busquémoslo, apliquemos todo nuestro esfuerzo en la búsqueda de soluciones y el Señor de la vida lo acrecentará todo.

- Ama más y.… sacúdete la tierra porque en esta vida hay que ser solución, no problema. La Navidad nos trae el sueño de Dios reflejado en un niño, pequeño, indefenso, pero cargado de luz, de vida y de esperanza.

Señor Jesús ayúdanos a superar todos los conflictos en este nuevo año que estamos a punto de inaugurar. Acompáñanos tú en este paso y que María, tu madre y nuestra madre, nunca nos deje de su mano. Amén

sábado, 25 de diciembre de 2021


 2018 AÑO C NAVIDAD SAGRADA FAMILIA

 

Entre nosotros se defiende casi instintivamente el valor de la familia, pero pocas veces nos detenemos a reflexionar el contenido concreto de un proyecto familiar, entendido y vivido desde el Evangelio. ¿Cómo sería una familia inspirada en Jesús?

La familia, según él, tiene su origen en el misterio del Creador, y que la mujer y al varón a ser "una sola carne", compartiendo su vida en una entrega mutua, animada por un amor libre y gratuito. Esto es lo primero y decisivo. Esta experiencia amorosa de los esposos puede engendrar una familia sana.

Siguiendo la llamada profunda de su amor, los esposos se convierten en fuente de vida nueva. Es su tarea más apasionante. La que puede dar una hondura y un horizonte nuevo a su amor. La que puede consolidar para siempre su obra creadora en el mundo.

Los hijos son un regalo y una responsabilidad. Un reto difícil y una satisfacción incomparable. La actuación de Jesús, defendiendo siempre a los pequeños y abrazando y bendiciendo a los niños, sugiere la actitud básica: cuidar la vida frágil de quienes comienzan la andadura por este mundo. Nadie les podrá ofrecer nada mejor.

Una familia cristiana trata de vivir una experiencia original en medio de la sociedad actual, indiferente y agnóstica: construir su hogar desde Jesús. "Donde dos o tres se reúnen en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos". Es Jesús quien alienta, sostiene y orienta la vida sana de la familia cristiana.

El hogar se convierte entonces en un espacio privilegiado para vivir las experiencias más básicas de la fe cristiana: la confianza en un Dios bueno, amigo del ser humano; la atracción por el estilo de vida de Jesús; el descubrimiento del proyecto de Dios, de construir un mundo más digno, justo y amable para todos.

En un hogar donde se vive a Jesús con fe sencilla, pero con pasión grande, crece una familia acogedora, sensible al sufrimiento de los más necesitados, donde se aprende a compartir y a comprometerse por un mundo más humano. Una familia que no se encierra solo en sus intereses sino que vive abierta a la familia humana.

Muchos padres viven hoy desbordados por diferentes problemas, y demasiado solos para enfrentarse a su tarea. ¿No podrían recibir una ayuda más concreta y eficaz desde las comunidades cristianas? A muchos padres creyentes les haría mucho bien encontrarse, compartir sus inquietudes y apoyarse mutuamente. No es evangélico exigirles tareas heroicas y desentendernos luego de sus luchas y desvelos.


 2021 AÑO C 
                       NAVIDAD MISA DEL DÍA

 Ayer en la nochebuena, entre el asombro y la expectación, contemplábamos a un Dios que se presentó en total sencillez y ternura al ser humano. Un Dios que busca encontrarse con el hombre de ayer, de hoy y de siempre, encontrarse en lo humano, en lo histórico, en lo cotidiano del vivir, para desde ahí, llevarnos a comprender mejor a Dios y a tener conciencia de hijos.

Hoy, en este día santo de Navidad, la liturgia nos sorprende con un texto, que no busca endulzar unos oídos primerizos. En este día de Navidad, que la Iglesia prolongará durante toda una octava, porque el hecho es de tal envergadura que necesitamos tiempo para asumirlo, se nos ofrece a la consideración el prólogo del cuarto evangelio. Compendio de toda la Buena Noticia, es la recapitulación de la inconsistencia humana que se debate, entre vivir, acoger y ser luz, o cerrar la puerta del corazón a la luz de la Vida.

La posibilidad de vivir nuestra relación con Dios como hijos, supone un desafío. Vivir como regalo, sabiéndonos acompañados, custodiados y asegurados por el amor incondicional, en fraternidad con los demás hombres y mujeres del mundo, que hoy y siempre, han acogido la luz.

La Palabra se encarnó, toma cuerpo, ya no hay quimera, ilusión o fantasía. De Dios nunca podremos decir que su Palabra fuera campana hueca o címbalo que aturde. Dios no quiere estar lejos de aquello que ama. Dios se quiere en la historia. Dios se quiere encontrar y dejarse encontrar en sus propios hijos.

En definitiva, Dios se ha encarnado, se ha hecho Niño para estar junto a nosotros. Y lo ha hecho por puro amor al ser humano; y porque el amor tiende siempre a la unión con lo amado.

De ahí que nuestro mejor tributo en este día de Navidad sea creer en su amor.

Por medio de la Palabra se hizo todo, ella está en el origen de la creación. Al margen de Dios y del Logos, no existe nada.

En la palabra había vida y la vida era la luz de los hombres. La Vida nos lleva a la luz, es decir, a la comprensión. La vivencia dentro de mí. Dios, que es Vida, está en mí y me comunica esa misma Vida. Lo que salga de mí será la manifestación de esa Vida-salvación.

Y la tiniebla no la recibió. El mundo no la conoció. Vino a su casa, y los suyos no la recibieron. Ni siquiera los suyos fueron capaces de descubrirla.

Pero a cuantos la recibieron, significa aceptación de su persona: los que confían en lo que significa Jesús y lo viven, les da poder para ser hijos de Dios. Tenemos aquí la buena noticia.

Y la Palabra se hizo carne. Una nueva presencia de Dios. Dios no está ya en el templo, ni en la tienda del encuentro. Ahora está en Jesús. Se hizo hombre-carne; Se hizo carne sin dejar de ser Logos. Sin dejar de estar volcado sobre Dios se identifica con lo más débil del ser humano.















































2021 CELEBRACIÓN MISA DEL GALLO