miércoles, 30 de marzo de 2022


 2022 MARZO MEDITACIÓN EUCARISTICA. 

La fábula del helecho y el bambú

Estamos en la recta final de este tiempo de Cuaresma, tiempo apropiado para la conversión personal y comunitaria. Quizá hayamos dado pequeños pasos, pero también puede quedarnos la sensación de que no estamos dando los frutos necesarios o los frutos que esperábamos. Por eso delante de ti Jesús sacramentado queremos pedirte que nos ayudes, que nos conviertas, que nos cambies el corazón para poder vivir como hombre y mujeres de hijos de la Pascua, de la Vida y de la Luz.

No confundamos la felicidad con el éxito o los logros. Muchas veces queremos que nuestras acciones den resultado y lo den ahora. Si eso no sucede, sentimos que estamos perdiendo el tiempo, e intentamos algo nuevo. En ese constante ir y venir intentando conseguir nuestras metas, terminamos doblemente angustiados: no alcanzamos los objetivos y, lo que es peor, no vivimos felices.

Si nos pasa todo eso por la cabeza recordemos esta fábula: El helecho y el bambú:

Había una vez un carpintero que parecía tener su vida resuelta. Tenía su taller, una mujer a la que amaba y dos hijos. Sin embargo, un día comenzó a tener menos pedidos, por lo que empezaron a haber problemas económicos en la casa. Un día, a punto de tirar la toalla, decidió ir al bosque a ver a un viejo sabio.

Había caminado una media hora por el bosque, cuando se encontró con el anciano. El carpintero le relató sus desventuras, mientras el anciano lo escuchaba atenta y serenamente. Cuando terminaron de tomar el té, el anciano invitó al carpintero para que fuera a un esplendoroso solar que había en la parte trasera de la casa. Allí estaban el helecho y el bambú, al lado de decenas de árboles. El anciano le pidió que observara ambas plantas y le dijo que tenía que contarle una historia.

“Hace ocho años tomé unas semillas y planté el helecho y el bambú al mismo tiempo. Quería que ambas plantas crecieran en mi jardín, porque las dos me resultan muy reconfortantes. Puse todo mi empeño en cuidarlas a ambas como si fueran un tesoro”

“Poco tiempo después noté que el helecho y el bambú respondían de manera diferente a mis cuidados. El helecho comenzó a brotar y en apenas unos meses se convirtió en una majestuosa planta que lo adornaba todo con su presencia. El bambú, en cambio, seguía debajo de la tierra, sin dar muestras de vida.”

“Pasó todo un año y el helecho seguía creciendo, pero el bambú no. Sin embargo, no me di por vencido. Seguí cuidándolo con mayor esmero. Aun así, pasó otro año y mi trabajo no daba frutos. El bambú se negaba a manifestarse”.

“Cuando pasaron cinco años, por fin vi que un día salía de la tierra una tímida ramita. Al día siguiente estaba mucho más grande. En pocos meses creció sin parar y se convirtió en un portentoso bambú de más de 10 metros ¿Sabes por qué tardó tanto tiempo en salir a la luz?”

El carpintero no tenía idea de por qué el bambú había tardado tanto. Entonces, el anciano le dijo.

“Tardó cinco años porque durante todo ese tiempo la planta trabajaba en echar raíces. Sabía que tenía que crecer muy alto y por eso no podía salir a la luz hasta que no tuviera una base firme que le permitiera elevarse satisfactoriamente. ¿Comprendes?”

El carpintero, entonces, comprendió que todas sus luchas estaban destinadas a echar raíces. Y que el hecho de no ver los frutos de su trabajo en ese momento no significaba que estuviera perdiendo el tiempo, sino que se estaba haciendo más fuerte.

Antes de dejarlo ir, el anciano le dio al carpintero un último mensaje: La felicidad te mantiene dulce. Los intentos te mantienen fuerte. Las penas te mantienen humano. Las caídas te mantienen humilde.

Esta historia nos recuerda que no importa cuánto tarde algo en dar sus frutos. Lo más importante en un momento difícil no es buscar a toda costa ver resultados. En cambio, lo fundamental es trabajar arduamente en las raíces. Pues sólo gracias a ellas podremos crecer y convertirnos en la mejor versión de ti mismo. Jesús ayúdanos tú en esta etapa final de la cuaresma y que sepamos echar fuertes raíces para crecer tan alto como tu Padre nos diseñó. Amén

sábado, 26 de marzo de 2022


 


 


 


 2022 AÑO C 

TIEMPO DE CUARESMA IV

La parábola del hijo pródigo es una gran composición y demuestra una gran sabiduría. Nos habla de tres actitudes que se dan en cada uno de los seres humanos. Todos somos ese hijo menor que se deja llevar por su rebeldía. También ese hijo mayor que cumple normas, sin que éstas le cambien por dentro. Pero todos estamos llamados a ser ese Padre bueno que acoge, que sabe reconocer como hijo tanto al que viene vestido de harapos como al que permanece en casa, pero con el corazón helado: llamados a ser Padre bueno con nosotros mismos y con nuestros semejantes.

Primera foto: Un padre tenía dos hijos, esto provoca tensión: las historias de los hermanos nunca son fáciles, a menudo cuentan dramas de violencia y mentira, recuerdan a Caín y Abel, Ismael e Isaac, Jacob y Esaú, José y sus hermanos, y el dolor de los padres. Un día el hijo menor se va lejos de su padre, en busca de sí mismo, con parte de la herencia. El padre no se opone, lo deja ir, aunque tema que le hagan daño: ama la libertad de sus hijos, la celebra, la sufre. Un hombre justo.

Segunda foto: El joven inicia el camino de la libertad, fuera de la casa paterna, pero sus elecciones revelan desorientación (“despilfarró sus bienes viviendo disolutamente”). Una ilusión de felicidad: y sin darse cuenta el príncipe rebelde se ha convertido en sirviente. El hambre le hace volver en sí, la dignidad humana perdida, el recuerdo de su padre le hace pensar: “¡cuántos asalariados en la casa de mi padre, cuánto pan!”. Y decide volver, no como un hijo, sino como uno de los sirvientes: no busca un padre, busca un buen amo; no vuelve por culpa, sino por hambre; no vuelve por amor, sino porque muere. Pero a Dios no le importa los motivos, el primer paso le basta.

Tercera foto. El padre, eternamente abierto a la espera, “ve que aún estaba lejos”, y mientras el hijo camina, él corre. El padre no culpa, sino que abraza; para él, perder un hijo es una pérdida infinita. Le pone el vestido, el anillo de hijo, las sandalias, el banquete de alegría y fiesta.

Ultima escena. El hijo mayor está regresando del trabajo. El hombre oye la música, pero no sonríe: no tiene la fiesta en el corazón. Buen trabajador, obediente pero infeliz. No ama las cosas que hace, y no hace las cosas que ama: siempre te he obedecido y ni siquiera... cuerpo en casa, pero el corazón ausente, el corazón en otra parte. Y el padre, que busca hijos y no sirvientes, le ruega suavemente que entre: la vida está sobre la mesa. El final está abierto.

Este es nuestro Dios: un padre abrazando al sinvergüenza de su hijo que ha vuelto a casa lleno de miseria. Jesús con una simple parábola es capaz de mostrarnos la índole de Dios, el corazón del Abbá, y muestra el amor incondicional que siente por sus hijos.

La conversación con el hijo mayor exhortándole a trascender el mundo de la justicia fría y abrazar los dictados del corazón. Llama la atención la sutileza del diálogo entre ellos. El hijo mayor le dice: “ese hijo tuyo, que ha devorado tu hacienda con prostitutas” y el padre le contesta: “porque este hermano tuyo estaba muerto, y ha vuelto a la vida; estaba perdido, y ha sido hallado”. La buena noticia es que Jesús nos ha mostrado cómo es Dios para nosotros, y resulta que es mucho mejor que lo que nadie había sido capaz de imaginar.

viernes, 25 de marzo de 2022






 

CONSAGRACIÓN DE RUSIA Y UCRANIA A LA VIRGEN

Oh María, Madre de Dios y Madre nuestra, nosotros, en esta hora de tribulación, recurrimos a ti. Tú eres nuestra Madre, nos amas y nos conoces, nada de lo que nos preocupa se te oculta. Madre de misericordia, muchas veces hemos experimentado tu ternura providente, tu presencia que nos devuelve la paz, porque tú siempre nos llevas a Jesús, Príncipe de la paz.

Nosotros hemos perdido la senda de la paz. Hemos olvidado la lección de las tragedias del siglo pasado, el sacrificio de millones de caídos en las guerras mundiales. Hemos desatendido los compromisos asumidos como Comunidad de Naciones y estamos traicionando los sueños de paz de los pueblos y las esperanzas de los jóvenes. Nos hemos enfermado de avidez, nos hemos encerrado en intereses nacionalistas, nos hemos dejado endurecer por la indiferencia y paralizar por el egoísmo. Hemos preferido ignorar a Dios, convivir con nuestras falsedades, alimentar la agresividad, suprimir vidas y acumular armas, olvidándonos de que somos custodios de nuestro prójimo y de nuestra casa común. Hemos destrozado con la guerra el jardín de la tierra, hemos herido con el pecado el corazón de nuestro Padre, que nos quiere hermanos y hermanas. Nos hemos vuelto indiferentes a todos y a todo, menos a nosotros mismos. Y con vergüenza decimos: perdónanos, Señor.

En la miseria del pecado, en nuestros cansancios y fragilidades, en el misterio de la iniquidad del mal y de la guerra, tú, Madre Santa, nos recuerdas que Dios no nos abandona, sino que continúa mirándonos con amor, deseoso de perdonarnos y levantarnos de nuevo. Es Él quien te ha entregado a nosotros y ha puesto en tu Corazón inmaculado un refugio para la Iglesia y para la humanidad. Por su bondad divina estás con nosotros, e incluso en las vicisitudes más adversas de la historia nos conduces con ternura.

Por eso recurrimos a ti, llamamos a la puerta de tu Corazón, nosotros, tus hijos queridos que no te cansas jamás de visitar e invitar a la conversión. En esta hora oscura, ven a socorrernos y consolarnos. Repite a cada uno de nosotros: «¿Acaso no estoy yo aquí, que soy tu Madre?». Tú sabes cómo desatar los enredos de nuestro corazón y los nudos de nuestro tiempo. Ponemos nuestra confianza en ti. Estamos seguros de que tú, sobre todo en estos momentos de prueba, no desprecias nuestras súplicas y acudes en nuestro auxilio.

Así lo hiciste en Caná de Galilea, cuando apresuraste la hora de la intervención de Jesús e introdujiste su primer signo en el mundo. Cuando la fiesta se había convertido en tristeza le dijiste: «No tienen vino» (Jn 2,3). Repíteselo otra vez a Dios, oh Madre, porque hoy hemos terminado el vino de la esperanza, se ha desvanecido la alegría, se ha aguado la fraternidad. Hemos perdido la humanidad, hemos estropeado la paz. Nos hemos vuelto capaces de todo tipo de violencia y destrucción. Necesitamos urgentemente tu ayuda materna.

Acoge, oh Madre, nuestra súplica.

Tú, estrella del mar, no nos dejes naufragar en la tormenta de la guerra.

Tú, arca de la nueva alianza, inspira proyectos y caminos de reconciliación.

Tú, “tierra del Cielo”, vuelve a traer la armonía de Dios al mundo.

Extingue el odio, aplaca la venganza, enséñanos a perdonar.

Líbranos de la guerra, preserva al mundo de la amenaza nuclear.

Reina del Rosario, despierta en nosotros la necesidad de orar y de amar.

Reina de la familia humana, muestra a los pueblos la senda de la fraternidad.

Reina de la paz, obtén para el mundo la paz.

Que tu llanto, oh Madre, conmueva nuestros corazones endurecidos. Que las lágrimas que has derramado por nosotros hagan florecer este valle que nuestro odio ha secado. Y mientras el ruido de las armas no enmudece, que tu oración nos disponga a la paz. Que tus manos maternas acaricien a los que sufren y huyen bajo el peso de las bombas. Que tu abrazo materno consuele a los que se ven obligados a dejar sus hogares y su país. Que tu Corazón afligido nos mueva a la compasión, nos impulse a abrir puertas y a hacernos cargo de la humanidad herida y descartada.

Santa Madre de Dios, mientras estabas al pie de la cruz, Jesús, viendo al discípulo junto a ti, te dijo: «Ahí tienes a tu hijo» (Jn 19,26), y así nos encomendó a ti. Después dijo al discípulo, a cada uno de nosotros: «Ahí tienes a tu madre» (v. 27). Madre, queremos acogerte ahora en nuestra vida y en nuestra historia. En esta hora la humanidad, agotada y abrumada, está contigo al pie de la cruz. Y necesita encomendarse a ti, consagrarse a Cristo a través de ti. El pueblo ucraniano y el pueblo ruso, que te veneran con amor, recurren a ti, mientras tu Corazón palpita por ellos y por todos los pueblos diezmados a causa de la guerra, el hambre, las injusticias y la miseria.

Por eso, Madre de Dios y nuestra, nosotros solemnemente encomendamos y consagramos a tu Corazón inmaculado nuestras personas, la Iglesia y la humanidad entera, de manera especial Rusia y Ucrania. Acoge este acto nuestro que realizamos con confianza y amor, haz que cese la guerra, provee al mundo de paz. El sí que brotó de tu Corazón abrió las puertas de la historia al Príncipe de la paz; confiamos que, por medio de tu Corazón, la paz llegará. A ti, pues, te consagramos el futuro de toda la familia humana, las necesidades y las aspiraciones de los pueblos, las angustias y las esperanzas del mundo.

Que a través de ti la Divina Misericordia se derrame sobre la tierra, y el dulce latido de la paz vuelva a marcar nuestras jornadas. Mujer del sí, sobre la que descendió el Espíritu Santo, vuelve a traernos la armonía de Dios. Tú que eres «fuente viva de esperanza», disipa la sequedad de nuestros corazones. Tú que has tejido la humanidad de Jesús, haz de nosotros constructores de comunión. Tú que has recorrido nuestros caminos, guíanos por sendas de paz. Amén.










 

4º viacrucis. Meditado por los grupos de catequesis de confirmación y los jóvenes de nuestra parroquia

miércoles, 23 de marzo de 2022


 2022 MARZO ADORACIÓN EUCARISTICA. 

EL PAJARO CAUTIVO

 Hermanos estamos avanzando hacia la pascua, en este proceso cuaresmal de transformación y cambio de nuestras vidas. Hoy delante de Jesús eucaristía queremos afirmar que solo en él encontramos fuerzas y ánimos para recorrer este camino penitencial. Jesús vino a traernos la libertad de los hijos de Dios. Una libertad ganada con su amor enorme y su amor sacrificado en la cruz. Una libertad que nos hacer sentirnos personas erguidas y orgullosas de aquello que somos y por eso no podemos conformarnos con menos de lo que el Señor pensó para cada uno de nosotros.

Este tiempo de cuaresma es para liberarnos de nuestras ataduras, de aquello que nos oprime y nos impide vivir como auténticos hijos de Dios y hermanos de todos los hombres. Vemos como en nuestro mundo predomina la codicia, el egoísmo, la violencia, la guerra y nos sentimos amenazados porque muchas veces la solución está fuera de nuestro alcance. Por eso hoy en esta tarde, delante de ti Jesús sacramentado queremos ofrecerte nuestra vida y nuestras energías para luchar por nuestra conversión y para ser sembradores de paz y de amor a nuestro alrededor, que nunca desfallezcamos y que siempre nos sintamos animados a ser testigos de tu gran amor para con todos, sobre todo con los que más lo necesitan.

Oigamos esta historia: El pájaro cautivo

Cierta vez un mercader tenía enjaulado un pájaro originario de la India. Como a pesar de mantenerlo cautivo, sentía aprecio por él, le dijo:

- Partiré de viaje a tu tierra natal. ¿Quieres que te traiga algo de allí? 

- El pájaro respondió: Ya que no estás dispuesto a darme la libertad, visita la selva en que nací y anuncia a mis hermanos que me tienes cautivo.

El mercader así lo hizo y, apenas les dio la noticia, un pájaro silvestre semejante al que retenía en la jaula cayó al suelo y quedó inmóvil. El comerciante pensó que debía ser un pariente de su ave y se sintió triste por haberle causado la muerte. De regreso al hogar, el pájaro le preguntó si traía buenas noticias de la India.

- Me temo que no -respondió el mercader- Uno de tus parientes sufrió un colapso y cayó a mis pies cuando le dije que te tenía en cautiverio. Apenas dijo estas palabras, el ave tambaleó y se desplomó en el fondo de la jaula.

“La noticia de la muerte de su pariente también lo ha afectado”, pensó el mercader. Y entristecido, recogió al pájaro y lo depositó con cuidado en el marco de la ventana. De inmediato, el ave revivió y voló al árbol más cercano. El pájaro dijo: Lo que creías una tragedia era un mensaje que me enviaba mi hermano. Él me indicó la manera de escapar de ti. Y se alejó volando, libre al fin.

Señor Jesús ayúdanos a liberarnos de nuestras prisiones, de aquellas cosas que nos tienen presos, que seamos capaces de realizar un camino cuaresmal adecuado para que lleguemos a la Pascua como hijos libres y resucitados; que apreciamos la vida plena que tú nos ofreces. Amén

sábado, 19 de marzo de 2022

Perdónanos la guerra, Señor.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ten misericordia de nosotros pecadores.

Señor Jesús, nacido bajo las bombas de Kiev, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, muerto en brazos de la madre en un bunker de Járkov, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, enviado veinteañero al frente, ten piedad de nosotros.

Señor Jesús, que ves todavía las manos armadas en la sombra de la cruz, ¡ten piedad de nosotros!

Perdónanos Señor,

Perdónanos, si no contentos con los clavos con los que atravesamos tu mano, seguimos bebiendo la sangre de los muertos desgarrados por las armas.

Perdónanos, si estas manos que habías creado para custodiar, se han transformado en instrumentos de muerte.

Perdónanos, Señor, si seguimos matando a nuestros hermanos, perdónanos si seguimos como Caín quitando las piedras de nuestro campo para matar a Abel.

Perdónanos, si seguimos justificando con nuestro cansancio la crueldad, si con nuestro dolor legitimamos la brutalidad de nuestras acciones.

Perdónanos la guerra, Señor. Perdónanos la guerra, Señor.

Señor Jesucristo, Hijo de Dios, ¡te imploramos! ‘Detén la mano de Caín!

Ilumina nuestra conciencia, no se haga nuestra voluntad, ¡no nos abandones a nuestras acciones!

¡Detennos Señor, detennos!

Y cuando hayas parado la mano de Caín, cuida también de él. Es nuestro hermano.

Oh Señor, ¡pon un freno a la violencia!

¡Detennos, Señor!

Amén.

 


 RETIRO INTERPARROQUIAL DE CUARESMA

El sábado día 2 de Abril, de 10'30 a 13h en la Ermita de las Rotas. Los interesados en participar en el retiro de preparación a la Pascua, pasen por la sacristía


 4º VIACRUCIS

Viernes 25 de Marzo a las 19'15 h.
Meditado por los grupos de catequesis de confirmación y los jóvenes de nuestra parroquia


2022 AÑO C  DOMINGO III DE CUARESMA 

Dios se solidariza con nosotros, escucha los gritos de su pueblo, ha visto su opresión en el país de Egipto y decide actuar a través de Moisés

También Jesús le duele nuestro dolor y se solidariza con nosotros. Esto le preocupa más que nuestros pecados. Jesús quiere nuestra reacción.

 La pasión de nuestro Dios es hacer la vida del hombre más humana, con más sentido. Las parábolas de Jesús intentan desbloquear las vidas atrapadas por el vacío, el sin sentido y la esterilidad. Nos ofrecen caminos de felicidad, bien distintos a los transitados por los que se consideran “normales”. No es un Dios justiciero ni duro que castiga y manda el mal y sufrimientos a los hombres. Los hechos históricos violentos acaecidos en Jerusalén, lo mismo que los que podemos ver hoy (la agresión a Ucrania) son para escucharlos y repensarlos. El hecho de no tener en la vida contratiempos, sufrimientos, de no ser alcanzados por algún tipo de mal no es para subir nuestra autosuficiencia y creernos superiores, sino motivación de nuestra acción de gracias, para que nos sintamos privilegiados y demos frutos.  No son las apariencias y la superioridad (caso de la higuera que lleva años frondosa) lo decisivo ante Dios, sino la vida fecunda (la práctica de la vida).

Dios está junto a las infinitas cruces del mundo donde el Hijo de Dios sigue crucificado en infinitos hijos de Dios, y no tiene otra respuesta para el grito del mundo que el primer grito del aleluya pascual. Si no os convertís, todos pereceréis. No es una amenaza, no es un arma apuntando a la humanidad. Es un lamento, una súplica: convertiros, invertid el sentido del viaje: Cambia tu mentalidad, todos honestos hasta en las cosas pequeñas y libres, claros y generosos. Esta sociedad es como el Titanic va directa a un iceberg gigante. Convertíos, de lo contrario todos pereceréis. Es la oración más fuerte de la Biblia, donde no es el hombre quien se dirige a Dios, es Dios quien nos ruega: ¡vuélvete humano!

Cambiar de rumbo: nos toca a nosotros salir de las liturgias del odio y de la violencia. No te preguntes por quién doblan las campanas, Siempre suenan un poco para ti también.

El Evangelio nos saca de los campos de la muerte: dice desde hace tres años nunca he encontrado una sola fruta en esta higuera, estoy cansado, córtala. Jesús, dice: "No, maestro, volvamos a intentarlo, otro año de trabajo y ya veremos". Más tiempo: el tiempo es el mensajero de Dios, más sol, lluvia y cuidados, y tal vez este árbol que soy yo dé frutos. El jardinero confía en mí: el árbol de la humanidad está sano, tiene buenas raíces, ten paciencia. La paciencia no es debilidad, sino el arte de vivir lo inacabado en nosotros mismos y en los demás. No lleva el hacha, sino la humilde azada. Para ayudarlo a ir más allá de la corteza, otro año más de trabajo y luego ya veremos».

Somos queridos a pesar de nuestra esterilidad. Dios nos ha llamado a fructificar, aunque no sabemos cuándo. Jesús, nos cava y abona con su Palabra. Volvamos al evangelio, a su fuerza sanadora para fundarnos y arraigarnos en Cristo, para que nuestra vida no sea estéril.        


 

2022 AÑO C SOLEMNIDAD DE SAN JOSÉ

 La festividad de San José nos ilumina en este camino cuaresmal. Hoy Dios promete al rey David que, de su linaje real, de su descendencia nacerá el Mesías. Ese descendiente del rey David es José que al aceptar la voluntad de Dios acogerá a María en su casa y por tanto a su descendencia.

El ángel le anuncia: “No temas José, porque la concepción de tu esposa viene del espíritu Santo”. José cree y asume la misión que Dios le asigna: "Tú le pondrás por nombre Jesús". Con la fe viene una vocación, un cometido. José cumplirá la misión de ser esposo de María y padre terrenal de Jesús. Lo cumplirá perfectamente con gran humildad, con gran sencillez.

También Dios Padre nos ha confiado el ser custodio el uno del otro, custodios de la familia, custodios de los amigos, custodios de la humanidad.

El Evangelio habla poco de José, nos dice solamente que era Justo, por lo que actúa en docilidad y obediencia. Respeta a María y actúa con prudencia y cuando todo se aclara, acepta el plan de Dios y confía. No se queja. Simplemente dice sí. Todo ello está impregnado de amor. Un amor enamorado y apasionado hacia María, purificado en la duda y el dolor. Y un amor entregado, que le permitirá que ya no viva para sí mismo, sino para el plan de Dios sobre los hombres.

José de Nazaret, es un hombre capaz de soñar, de custodiar y llevar adelante el sueño de Dios. Como dice el Papa Francisco, un ejemplo para todos y de forma particular para los jóvenes, a los cuales enseña a no perder nunca “la capacidad de soñar, de arriesgar y de asumir tareas difíciles”.

El Papa habla de José como el guardián de las debilidades. El hombre escondido, hombre del silencio, hombre que hace de padre adoptivo; que tiene la autoridad con Jesús, pero sin hacerla ver.

A él, a su corazón, Dios confía cosas débiles: de hecho, una promesa es débil, así como es débil un niño, pero también una joven de la que él tuvo una sospecha. Debilidades que experimentará en el nacimiento del niño, en la huida a Egipto, en el trabajo cotidiano.

Quisiera felicitar de modo particular hoy a los padres, a los que ejercen de padres y custodios de los demás. En la cultura actual es una figura un tanto desaparecida, como muy difuminada y va predominando la idea de liberarse de su tutela, romper con lo que él representa, para ser libres. La paternidad es un elemento fundamental para nuestra vida. Por eso me gustaría felicitar hoy a quienes el Señor os ha dado la vocación de padres como san José.

Pidamos al Señor que nos bendiga, nos conserve y nos confirme en la fe. Que podamos vivir con gozo la misión que nos ha confiado de ser custodios los unos de los otros.

Se lo pedimos hoy al Señor por intercesión de san José y de su esposa la Virgen María. Amén.

 

miércoles, 16 de marzo de 2022


 2022 MARZO ADORACIÓN EUCARISTICA:

 EN CASA DEL PADRE

Delante de ti Señor nos presentamos en esta tarde del miércoles de cuaresma. Estamos convencidos que con tu presencia nuestra vida puede avanzar constantemente hacia una mayor e mejor conversión, una conversión sincera y duradera. Tu nos recuerdas que tu presencia nos ayuda y nos empuja. Oigamos es esa historia:

EN CASA DEL PADRE: A este joven no le gustaba vivir en casa de su padre, por la constante reprensión que recibía de su padre: “si no estás en la sala apaga el ventilador, La TV está encendida y en la sala no hay nadie. ¡Apágala!, Cierra la puerta, No gastes tanta agua”.

A su hijo no le gustaba que su padre lo molestara por esas pequeñas cosas.

Solo quería encontrar un trabajo y poder salir de la casa paterna, así no escucharé ninguna queja más de mi padre, fueron sus pensamientos.

Tuvo una entrevista de trabajo y al llegar al centro de entrevistas y en ambos lados del camino, pudo ver hermosas flores, pero el jardinero había dejado la llave abierta y el agua en la manguera no dejaba de correr. El agua se desbordaba en el camino, Él levantó la manguera y la cambió de lugar y la puso cerca de otras plantas que la necesitaban.

Al entrar se dio cuenta de que no había guardias de seguridad en la puerta. La puerta estaba abierta hacia afuera, probablemente era una molestia para las personas que pasaban o entraban por ahí. Él cerró la puerta y entró en el edificio.

No había nadie en el área de recepción, sin embargo, había una advertencia en la que la entrevista sería en el primer piso. Subió lentamente las escaleras. La luz todavía estaba encendida a las 10h, probablemente desde la noche anterior. Él recordó la advertencia de su padre: Apaga la luz cuando salgas de la sala, inconscientemente buscó el interruptor y apagó la luz.

Arriba, en un gran salón, vio a más personas sentadas, esperando a su vez. Él miró la cantidad de personas y se preguntó si tenía alguna oportunidad de conseguir el trabajo.

Al entrar pisó la alfombrilla de “bienvenida”, colocado cerca de la puerta, pero se dio cuenta de que estaba boca abajo. Enderezó el tapete con irritación. Los hábitos son difíciles de olvidar….

Él vio que en las filas de frente había muchas personas amontonadas esperando, mientras que las filas de atrás estaban vacías y varios ventiladores estaban funcionando sobre estos asientos. Apagó los ventiladores que no eran necesarios y se sentó en una de las sillas vacías.

Él vio a muchos hombres entrar a la sala de entrevista y salir inmediatamente por otra puerta. Así que no había manera de que alguien adivinara lo que se estaba preguntando en la entrevista. Cuando llegó su turno, él se detuvo ante el entrevistador con cierta preocupación.

El responsable tomó sus papeles y sin mirarlos, preguntó: “Cuándo puedes empezar a trabajar?”

Él dudó: “pensaba para sí que era una pregunta capciosa que se está haciendo en la entrevista o es en serio que me están ofreciendo el trabajo?

El jefe dijo: aquí no hacemos preguntas a nadie. Pues creemos que a través de ellas no podremos evaluar las habilidades de alguien. Por lo tanto, nuestra prueba es evaluar las actitudes de la persona. Hicimos algunas pruebas basadas en el comportamiento de los candidatos y observamos a todos a través de cámaras. Ninguno de los que vinieron aquí hoy, hizo nada para arreglar la puerta, la manguera, el tapete de bienvenida, apagar los ventiladores o las luces que estaban funcionando inútilmente. “Tú eres el único que lo hizo, por eso decidimos seleccionarte para el trabajo ", dijo el jefe. El joven que siempre solía molestarse con la disciplina de su padre, en ese momento, se dio cuenta de que, gracias a ella, consiguió su primer trabajo. Su irritación e ira por el padre desaparecieron completamente y regresó a casa feliz.

Una piedra no se convierte en una hermosa escultura si se resiste al dolor del cincel que la astilló. Para convertirnos en una hermosa escultura y un ser humano de valor, necesitamos aceptar amonestaciones, correcciones, orientación, que esculpen los malos hábitos y comportamientos.

La cuaresma es una oportunidad para corregir los hábitos y de aprender con la experiencia de ciertas prácticas cuaresmales que nos ayudarán a vivir con mayor alegría y sentido pascual.

Señor Jesús dispón de nosotros y ayúdanos a convertirnos y dejar de lado las incomodidades que del esfuerzo puedan surgir. Amén.

sábado, 12 de marzo de 2022


 


 


 


 

2022 AÑO C TIEMPO DE CUARESMA II 

 

Contemplamos la escena de la Transfiguración de Jesús mientras nuestra cabeza no deja de rumiar con dolor lo que está pasando en Ucrania. La teofanía que cuenta Lucas es una forma de proclamar su fe en la resurrección de Jesús. Ojalá la humanidad sea capaz de oír esa voz: este es mi hijo amado, escuchadle. Escuchad esa otra forma de vivir que Jesús nos mostró. 

 En los versículos anteriores al evangelio de este domingo, Jesús camina con sus discípulos y les anuncia su pasión y muerte, invitándoles a tomar la propia cruz para seguirle y estar dispuestos a perder la vida por el evangelio. ¡Duro mensaje! Para ellos y para nosotros. 

Evangelio de hoy nos dice: En este mismo camino hay gloria, hay encuentro con Dios, hay transfiguración. Hay posibilidad de “ir más allá”, a lo esencial de nuestro ser. 

 Como a Pedro, a Santiago o a Juan, Jesús nos saca del camino y nos toma consigo para hacernos testigos y partícipes de su encuentro con Dios, de este hecho central en su vida: experimentarse como hijo amado. Esta experiencia de cercanía de Dios está narrada con todos los elementos de las teofanías bíblicas, monte lugar en que Dios habita, vestiduras resplandecientes. La importancia y grandiosidad de la cercanía de Dios, no está en “el ropaje” del decorado, sino en la hondura de la experiencia de Jesús, que se ve y se siente a si mismo amado como hijo. Él es el hijo amado del Padre. Es de esta experiencia, no del decorado, de lo que Pedro, Santiago y Juan son testigos. 

Ante este evangelio puedo quedarme en el ropaje del texto o puedo reconocer que yo también tengo el gen de la transfiguración, que me invita a dejar la imagen, las apariencias, y mirar hacia lo alto. Se nos invita a estar atentos a la presencia cercana y amorosa de Dios, como hijos e hijas amados, y experimentar el encuentro con Él, que nos “transfigura”. 

El entusiasmo de Pedro, su exclamación de asombro: ¡qué hermoso! nos muestran claramente que la fe, para ser visible y vigorosa, para ser pan y nueva visión de las cosas, debe partir de un asombro, de un enamoramiento, de un '¡qué hermoso!' gritó desde el corazón. Sentirse a gusto en la luz, que nunca es violenta, se posa sobre las cosas y las acaricia, y les saca su lado más bello. Es hermoso estar aquí, estar contigo, y es hermoso también estar en este mundo, en esta humanidad enferma pero espléndida, bárbara y magnífica, en la que, sin embargo, has sembrado las semillas de tu presencia. 

Esta imagen del Tabor de luz debe permanecer viva en nosotros; preparados para los días en que el rostro de Jesús en lugar de luz derramará sangre, como lo fue entonces en el Huerto de los Olivos, como sucede hoy en las infinitas cruces donde Cristo sigue crucificado en sus hermanos. Madre de la gran esperanza.  

Y con esta mirada profunda, y esta conciencia transfigurada de “hijos amados” volvamos al camino, a seguir caminando sobrecogidos quizá, sin contarlo a nadie, como ellos, pero escuchando la voz de Hijo que traspasa nuestra vida e ilumina toda realidad. 





 Este sábado hemos tenido nuestra Asamblea Parroquial. Os damos las gracias a todos por vuestra asistencia, participación y propuestas.

miércoles, 9 de marzo de 2022


 2022 MARZO. ADORACIÓN EUCARISTICA: 

                     EL JARDÍN DEL REY

 

En este miércoles de cuaresma acudimos ante tu altar Señor para sentir tu presencia y tu generosidad en amarnos tal como somos. Somos hechura de tus manos y solo tú nos has hecho únicos e irrepetibles.

A veces nos preocupamos demasiado en imitar a los demás, en querer ser como los otros y no descubrimos que nosotros mismos somos un tesoro querido y amado por ti. Que salimos de tu corazón y solo seremos felices si nos realizamos tal como tú nos pensaste.

Nuestra vida es suficientemente importante para Dios que se encarnó en Jesús y nos acompañó a lo largo de su vida histórica y nos enseñó el camino del respeto de cada individuo, porque cada uno de nosotros somos imagen y semejanza del Dios único y creador de todo. Jesús nos enseña a recorrer este camino de desierto cuaresmal eliminando todo aquello que nos estorba y nos molesta para caminar más ligeros y más agiles hacia la tierra prometida. Nunca nos cansemos de ser nosotros mismos pues juntos a los demás hermanos formamos una sinfonía de colores y olores tal como quiso nuestro creador. Escuchemos esta bella historia:

El jardín del rey: El rey fue hasta su jardín y descubrió que sus árboles, arbustos y flores se estaban muriendo.

El Roble le dijo que se moría porque no podía ser tan alto como el Pino. Volviéndose al Pino, lo halló caído porque no podía dar uvas como la Vid. Y la Vid se moría porque no podía florecer como la Rosa.

La Rosa lloraba porque no podía ser alta y sólida como el Roble. Entonces encontró una planta, una gardenia, floreciendo y más fresca que nunca. El rey preguntó:

- ¿Cómo es que creces saludable en medio de este jardín mustio y sombrío?

- No lo sé. Quizás sea porque siempre supuse que cuando me plantaste, querías gardenias. Si hubieras querido un Roble o una Rosa, los habrías plantado. En aquel momento me dije: "Intentaré ser gardenia de la mejor manera que pueda".

 

Así a veces nos pasa a nosotros... Vivimos marchitándonos, en nuestras propias insatisfacciones, en nuestras absurdas comparaciones con los demás.

Si yo fuera, si yo tuviera, si mi vida fuera... si yo, si yo...

Siempre conjugando un futuro incierto, en vez del presente concreto, empecinados en no querer ver, que la felicidad es un estado subjetivo y voluntario.

Podemos elegir hoy, estar felices con lo que somos, con lo que tenemos o vivir amargados por lo que no tenemos o no podemos ser.

Sólo podremos florecer el día que aceptemos que SOMOS LO QUE SOMOS, que Dios nos hizo únicos e irrepetibles, y que nadie puede hacer lo que nosotros vinimos a hacer. Así que en esta tarde Jesús sacramentado te pedimos que cambies nuestro corazón, nuestra mente y nuestras disposiciones interiores para que sepamos aceptarnos tal como el Padre nos hizo y sobretodo, que descubramos el valor que tenemos ante los ojos del Padre y ante los ojos de los demás.

"Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible. " San Francisco de Asís

El cielo no se equivocó, cada uno de nosotros somos la persona perfecta, solo debemos descubrir nuestra misión. Estamos aquí con propósito, solo debemos descubrir nuestra razón de ser. Cada ser humano nace con una misión perfecta. Y descubrir, cómo ejecutar esa misión será lo único que nos hará sentir en plenitud.

Solo tienes la posibilidad de copiar a otros y consumirte en tu confusión de vida o ser tú mismo y lograr la plenitud absoluta.

La cuaresma es una llamada a despojarnos de lo superficial y ser nosotros mismos. Aquello que estamos llamados a ser desde la eternidad. Amén