sábado, 3 de febrero de 2018

TE ACERCAS, LEVANTAS Y CURAS EL CORAZÓN – Mc 1,29-39
Fue Jesús a casa la suegra de Simón que estaba con fiebre… Él la tomó de la mano y la levantó…se le pasó la fiebre y se puso a servirles…De madrugada se retiró a orar
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelio de esta semana nos narra un día en la vida de Jesús. Es sábado y sale de la Sinagoga, cuando le llega la noticia que la suegra de Simón está con fiebre. Primera lección de la semana, acude a ella, se le acerca y le toma de la mano, gesto potente para la época, no solo se le acerca sino que le “toca”. Las manos…. , son las que dialogan mediante sus gestos, gestos que pueden acariciar o maltratar e incluso matar, herir o curar. También con las manos besamos y agradecemos, al coger la mano conectamos con su corazón, alargamos nuestra mano en señal de presencia, de acogida, de aprobación, de saludo…Y de pronto surge la curación, el “milagro” diríamos, se levanta y se pone a servirles. Ella se convertirá en la extensión de las manos del Maestro, recibe y no guarda, reparte. Jesús termina su jornada en la madrugada se retira a orar. Termina su jornada con su oración al Padre. Gran enseñanza para nosotros sus hijos y alumnos del Maestro. ¿Cuantas veces nos hemos acercado para acariciar o manifestar nuestra empatía hacia un enfermo, un necesitado, o simplemente para interesarnos? ¿Cuantas veces hemos ido más allá del acercarnos y hemos levantado la dignidad a nuestro entorno? Hoy en día la soledad puede convertirse en la enfermedad del momento, de nuestro tiempo. Oh Dios, tu eres mi Dios, por ti madrugo, en la madrugada el Maestro se puso a orar, su oración y contacto intenso con el Padre, así debe ser también para nosotros terminar y empezar con el encuentro con el Padre, de Él y con Él conseguiremos las fuerzas necesarias para llevar a cabo esta gran lección de vida.


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