domingo, 24 de marzo de 2019


VIDA FRUCTÍFERA ¿DOY FRUTO?
Un hombre tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar fruto en ella y no lo encontró. Dijo al viñador Ya ves vengo tres años viniendo a buscar fruto y no lo encuentro. Córtala… El viñador respondió: Señor déjala todavía este año y mientras yo le daré cuidados a ver si da fruto en adelante…
ENTRA EN TU INTERIOR
Es el evangelio de la “higuera estéril”, un relato cuaresmal y en clave cuaresmal veremos que es- Cuaresma el tiempo de interiorizar, de revisión de vida, de conversión-. Jesús nos habla de la dinámica de dar fruto… la parábola de esta semana nos ofrece un rayo de esperanza, de “nueva oportunidad”. Él conoce la higuera, la ha visto crecer la ha cuidado, pero no quiere verla morir, decide dedicarle más tiempo, más cuidados. Jesús ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido. En la parábola no aparece el destino de la higuera, el final queda abierto pues es la higuera la que decidirá su suerte. Dios no puede suplir lo que tengo que hacer yo – aunque estará siempre a nuestro lado ayudando a realizar nuestra tarea-. Si no doy frutos la responsabilidad será solo mía, aunque en ocasiones seguimos oyendo la triste expresión “Castigo de Dios”. Es tarea nuestra tomar conciencia de nuestro ser y ser coherentes, ¿Tengo una vida fructífera o estéril como la higuera? Dios nunca pierde la paciencia con nosotros, Dios es el Amor que pide nuestro amor. ¿Hasta cuándo tendrá que esperar encontrar en nosotros los frutos de amor? ¿Doy fruto?

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