domingo, 15 de marzo de 2020


3º DOMINGO DE CUARESMA    
      SED DE TI
Jesús cansado del camino estaba sentado junto al pozo de Sicar. Llega una mujer samaritana a sacar agua, y Jesús le dice: “dame de beber”… ella le dice: ¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber a mí que  soy samaritana? Jesús le dijo: «Si conocieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y él te la daría»… La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, está por venir; cuando venga, nos enseñará todo». Jesús le dijo: «Ese soy yo, el que habla contigo».
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelista Juan nos sitúa en este tercer domingo de Cuaresma, junto a Jesús en el pozo de Sicar, nos narra la escena de un Jesús cansado del camino, sentado.  Pronto llegará una mujer samaritana a sacar el agua del pozo y  Jesús tomará la iniciativa y le pedirá de beber, iniciando  así el encuentro pidiendo, -  pidiéndonos -  a cada uno de nosotros de lo que tenemos, pero a veces los ruidos externos no dejan escucharle, otras serán las falsas luces que nos deslumbrarán y ni siquiera acercándose, sentando esperándonos,  le veremos. Pero si prestamos atención, le oiremos invitándonos a descubrir el manantial de agua viva que fluye en nuestro corazón.
Jesús cambiará la vida de aquella mujer samaritana, dándole sentido a su existencia, como hoy a cada uno de nosotros, su mensaje también es para todos. “Si supieras quien te pide de beber, tu misma le pedirías agua vida y él te la daría”. Ante la sed, él nos promete darnos agua viva, agua que brota de él, que mana de él  y que nos transforma. Jesús le dice a la samaritana y a nosotros “si me conocieras”… y así Jesús también a cada uno de nosotros nos pide un pequeño sorbo de agua, un signo, sobretodo en estos momentos tan complicados en los que nos encontramos. ¿Que nos pide en este momento de nuestra vida?   Tal vez solo aquello que está en nuestras manos.

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