domingo, 9 de septiembre de 2018


ABIERTOS A LA ESCUCHA PARA COMUNICARTE
Le presentaron a Jesús un sordo que tampoco hablaba y le pidieron que le impusiera las manos. Apartándole de la gente, mirando al cielo dijo:”Effeta”, es decir “Ábrete”, al momento se le abrieron los oídos y pudo hablar
ENTRA EN TU INTERIOR
El grito “Effeta” es un grito dirigido a todos y a cada uno en particular, es una invitación: “Ábrete”, una invitación a no estar encerrados en nosotros mismos, en nuestros egocentrismos, una invitación a ser sensible a las necesidades, a la escucha activa de la Palabra, a interiorizarla y meditarla en nuestro corazón para comunicarla a los demás, a ser palabra dirigida a los corazones a través de nuestras acciones.  Escuchar es la clave para descubrir la trayectoria de la vida, de nuestra vida. No hay peor ceguera que los ojos que no quieren ver ni los oídos que no quieren escuchar, pero sin un corazón que siente, los ojos ven imágenes que no interpretan, y oídos que solo escuchan ruidos, a veces el miedo nos paraliza, y nos encerramos en nosotros mismos, nos mostramos mudos, salen palabras de nuestros labios pero no dicen nada, solo sonidos vacíos de contenidos ¿A qué me invita hoy Jesús, a que apertura me invita para salir de sordera y enmudecimiento?. Sin duda la invitación va directa a nuestro corazón. Allí habita toda causa de incomunicación, aislamiento, soledad… tan creciente en nuestro mundo. ¿Somos conscientes que si estamos abiertos a Dios, también estamos abiertos al hermano?. El evangelio de esta semana concluye: Todo lo ha hecho bien… Ojalá se diga también de nosotros: Lo ha hecho bien. Todo un elogio para las pequeñas cosas cuotidianas que realizamos, con todo el cariño de nuestro corazón.

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