domingo, 17 de febrero de 2019


COMPROMETIDOS DICHOSOS
En aquel tiempo, bajó Jesús del monte con los Doce y se paró en un llano, con un grupo grande de discípulos y de pueblo, procedente de toda Judea, de Jerusalén y de la costa de Tiro y de Sidón. Él, levantando los ojos hacia sus discípulos, les dijo:«Dichosos los pobres...los que ahora tenéis hambre...los que ahora lloráis». Pero«Ay de vosotros, los ricos...los que ahora estáis saciados...los que ahora reís»…¡Ay si todo el mundo habla bien de vosotros!

ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelio de esta semana nos resulta tan conocido que en ocasiones nos pasa desapercibido detalles del mismo. Jesús nos presenta la dicha de comprometernos, nos presenta un programa de vida, un signo de identidad. Cerremos los ojos y desplacémonos al llano entre la multitud ¿Cómo escucharía el mensaje? ¿Cómo escuchar este mensaje en el siglo XXI? Nuestro entorno se encuentra lleno de pobreza, de gente que llora, pero también de gente saciada, que ríe,… solo tenemos que observar con el corazón,  y podemos ver una humanidad – deshumanizada. Tal vez caigamos en la tentación fácil de decirnos “ Yo no puedo hacer nada”, “ no depende de mi”. Pero preguntémonos si tal vez la clave se encuentra en “poner en valor la dignidad del pobre, del angustiado” y ahí sí que podemos sentirnos dichosos -  comprometidos.
Si buscamos la definición de la palabra pobre, veremos que detalla a los que carecen de lo más básico para vivir con dignidad, pero también la palabra pobre se suele usar para indicar que algo se caracteriza por la escasez. ¿Tan escasos andamos que no podemos prestar nuestro consuelo a los que lo necesitan? ¿Tan escasos andamos por la vida que somos incapaces de dar dignidad? Las bienaven­turanzas un programa de felicidad, una actitud de vida ¿Acaso cuando secamos las lágrimas a los que lloran no nos sentimos dichosos al dar consuelo?.¿Dónde encontrar la dicha y la felicidad hoy? Si escuchamos los eslóganes publicitarios veremos que todos están basados en el individualismo, en lemas tales como: riqueza, viajes, dinero, poder… y así un largo etc. Pero el proyecto de vida de las bienaventuranzas es un proceso de vida, un compromiso dinamista. Jesús nos invita a que abramos nuestros corazones para llevar a cabo el proyecto de Dios, nosotros debemos ser sus manos que acarician, sus oídos y ojos, pero sobretodo derramar el amor que recibimos de Él, esa es la dicha, pertenecer a Él

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