miércoles, 28 de abril de 2021


ADORACIÓN EUCARISTICA: 

NO TIENES QUE PAGAR NADA

Delante de ti Señor Jesús, arrodillados o sentados, estamos en esta tarde para pasar unos momentos contigo. Para agradecerte todo el bien que nos haces y porque en este tiempo de pascua seguimos recordando tu gran amor y como el amor es más fuerte que la misma muerte. Cuantas veces estamos sumergidos en la noche del dolor y del sufrimiento, en la incomprensión y en la necesidad de sentir que alguien nos ama por lo que somos y no tanto por lo que tenemos o hacemos por él.

Pascua nos rejuvenece, nos fortifica, nos empuja siempre más adelante, sin miedos ni temores, arriesgando todo lo que sea necesario para disfrutar de lo conseguido por el Señor. Él ha pagado todas nuestras deudas, todas nuestras faltas de amor con su propio amor, y nos ha conseguido la vida plena y abundante a costa de su propia vida. Me viene a la memoria aquella historia que escuché:

No tienes que pagar nada

Estando un señor en el supermercado con todo el protocolo sanitario a seguir, se escuchó un fuerte golpe y ruidos como que se habían roto varias cosas al caer al suelo.

Con curiosidad caminó hacia el sonido y vio a algunas personas hablando y mirando hacia atrás y señalando hasta el final del pasillo.

Caminó por ese pasillo, y vio que una joven había golpeado un estante con su carrito y muchas cosas se cayeron al suelo y por ende, estaban rotas. Ella estaba arrodillada en el suelo con una enorme vergüenza, tratando de limpiar desesperada.

Sintió mucha pena, ver que muchos estaban ahí parados con el móvil grabando, mirándola sin hacer nada para poder ayudarla...

Así que fue, me agachó a su lado y le dijo que no se preocupara y empezó a ayudarla a recoger las cosas rotas.

Después de un ratito, el gerente del supermercado llegó al lugar, también se agachó a su lado y dijo a la joven:

“Estate tranquila, deja todo como está, nosotros vamos a limpiar esto”.

La joven súper colorada y con mucha vergüenza le dijo:

“Necesito pagar por todo esto primero”.

El gerente sonrió, la ayudó a ponerse de pie y le dijo:

“Tenemos seguro para todo esto, no tienes que pagar nada” ...

 

Cerremos los ojos e imaginemos a Dios haciendo lo mismo por cada uno de nosotros, recogiendo los pedazos de tu corazón roto de todos los golpes que la vida nos ha dado o tal vez de las malas decisiones que tomamos en un momento determinado que nos han dejado heridas...

No importa, no nos preocupes porque Dios sanará todas nuestras heridas. ¡Él quiere curarnos! ¡Él quiere cuidar nuestra alma!

Nosotros también tenemos un seguro ante Dios y se llama ¡GRACIA! Que significa favor inmerecido. Algo que se da gratuitamente, sin que nosotros hayamos intervenido en su conquista o en su compra. Simplemente se da por el gusto de dar, de hacer felices a los demás. Aunque no lo merezcamos

¡Sólo su GRACIA nos sostiene! No tenemos que pagar nada por los estropicios que causamos, hay alguien que se encarga.

Jesús en esta tarde hemos aprendido a confiar en ti, a dejarnos guiar y sostener por tu gracia, por tus dones que continuamente recibimos de ti. Nunca dejes de manifestarte, de estar presente en nuestra vida, pero sobre todo nunca nos dejes de tu mano. Sostennos siempre. Amén.

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