sábado, 27 de noviembre de 2021


 2021 AÑO C TIEMPO DE ADVIENTO I

Comenzamos un nuevo año, según el calendario litúrgico; y empieza con un fuerte período de espera: es lógico pues cada año que comienza se reactivan expectativas, despiertan nuevas ilusiones.

Pero no es una espera pasiva, como alguien sentado en una sala de espera, sino una espera activa, vigilante, a la expectativa, preparando la casa, la habitación cuando esperamos que alguien querido llegue.

¡Estar atentos! exhorta san Pablo escribiendo a los hermanos de Corinto. Mirar, otear es un componente fundamental de la fe; ¡no con miedo, sino con confianza! 

Tener fe significa ser consciente de una doble presencia: la de Dios y la del mundo. Ser conscientes de que Dios Padre está presente hoy en la comunidad de humana. Ser conscientes del mundo, pero no del mundo en general y menos del mundo virtual, sino del mundo que hoy se muestra a nuestros ojos, del mundo que nos encontramos todos los días, del que formamos parte.

Es una vocación común de toda la Iglesia y de todo cristiano transformar el tiempo del hombre en tiempo de salvación, aceptando vivir los desafíos del presente a la luz de la fe. Aunque nuestro mundo esté marcado por un relativismo salvaje, que a menudo conduce a un vacío de ideales, a la ausencia de sentido y orientación, a un pensamiento débil. Ya no hay nada sólido, estable y definitivo, ni siquiera relaciones. De hecho, hoy hablamos de relaciones líquidas (Bauman). El individualismo y la soledad crecientes son las consecuencias fatales.

No es extraño que, a lo largo del evangelio, escuchemos tantas veces su llamada insistente: «vigilad», «estad atentos a su venida», «vivid despiertos». Es la primera actitud del que se decide a vivir la vida como la vivió Jesús. Lo primero que hemos de cuidar para seguir sus pasos.

Vivir despiertos significa no caer en el escepticismo y la indiferencia ante la marcha del mundo. No dejar que nuestro corazón se endurezca. No quedarnos solo en quejas, críticas y condenas. Despertar activamente la esperanza.

Vivir despiertos significa vivir de manera más lúcida, sin dejarnos arrastrar por la insensatez que a veces parece invadirlo todo. Atrevernos a ser diferentes. No dejar que se apague en nosotros el deseo de buscar el bien para todos.

Vivir despiertos significa vivir con pasión la pequeña aventura de cada día. No desentendernos de quien nos necesita. Seguir haciendo esos “pequeños gestos” que aparentemente no sirven para nada, pero que sostienen la esperanza de las personas y hacen la vida un poco más amable.

Vivir despiertos significa despertar nuestra fe. Buscar a Dios en la vida y desde la vida. Intuirlo muy cerca de cada persona. Descubrirlo en todo lo noble, bueno, recto y sensato.

¡Feliz Adviento a todos!

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