miércoles, 15 de julio de 2020



MEDITACIÓN EUCARÍSTICA

Y DIOS DIJO

En este periodo estival nuestra meditación y oración ante el santísimo tiene que ser más profunda pues tenemos más tiempo que a lo largo del año y motivada por el amor a Dios. Por eso queremos escuchar lo que hoy nos dice el Señor. Y habla así:
- Si nadie te ama, mi alegría es amarte.
- Si lloras, estoy deseando consolarte.
- Si eres débil, te daré mi fuerza y mi alegría.
- Si nadie te necesita, yo te busco.
- Si eres inútil, yo no puedo prescindir de ti.
- Si estás vacío, mi ternura te colmará.
- Si tienes miedo, te llevaré en mis brazos.
- Si quieres caminar, iré contigo.
- Si me llamas, vengo siempre.
- Si te pierdes, no duermo hasta encontrarte.
- Si estás cansado, yo soy tu descanso.
- Si pecas, soy tu perdón.
- Si me hablas, trátame de tú.
- Si me pides, soy don para ti.
- Si me necesitas, te digo: estoy aquí dentro de ti.
- Si te resistes, no quiero que hagas nada a la fuerza.
- Si estás a oscuras, soy lámpara para tus pasos.
- Si tienes hambre, soy pan de vida para ti.
- Si eres infiel, yo soy fiel contigo.
- Si quieres hablar, yo te escucho siempre.
- Si me miras, verás la verdad en tu corazón.
- Si estás en prisión o encadenado a cualquier circunstancia, te voy a visitar y liberar.
- Si te marchas, no quiero que guardes las apariencias.
- Si piensas que soy tu rival, no quiero quedar por encima de ti
- Si quieres ver mi rostro, mira una flor, una fuente, un amanecer, un niño, un pobre.
- Si estás excluido, tu eres imprescindible para mí.
- Si todos te olvidan, mis entrañas se estremecen recordándote.
- Si no tienes a nadie, me tienes a mí.
- Si eres silencio, mi palabra habitará en tu corazón. Amén.
Ante esta reflexión nos quedamos mudos de palabras, porque nos damos cuenta del valor de las palabras de Santa Teresa de Jesús: Nada te turbe, nada te espante, todo se pasa, Dios no se muda. La paciencia todo lo alcanza; Quien a Dios tiene nada le falta: Sólo Dios basta.
Sí, en Él está todo lo que ansía nuestro corazón, todo lo demás es secundario. Cada vez que Teresa tenía una contradicción, se lo repetía interiormente y encontraba fuerza en este convencimiento, que heredó de san Pablo: «Si Dios está con nosotros, ¿quién estará contra nosotros?» (Rom 8,31).
Esta oración íntima de santa Teresa sirve para cada uno de nosotros. Nosotros también podemos decir: «Alma mía que nada te turbe, que nada te espante… Solo Dios te basta. Él es tu amigo verdadero. Pon en Él tu confianza, que nunca te fallará».


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