miércoles, 9 de septiembre de 2020

2020 ADORACIÓN EUCARÍSTICA

Delante de ti Señor sacramentado nos situamos y queremos agradecer el don de la vida, de la amistad, de la fraternidad. Somos conscientes que el ser humano no puede vivir permanentemente aislado de todo y de todos. Encontrar momentos de soledad querida nos hace crecer y nos sentimos mucho más enriquecidos personalmente para enriquecer a los demás. La historia que a continuación escucharemos nos servirá para reflexionar.

 

EL PUENTE

Esta es la historia de un par de hermanos que vivieron juntos y en armonía por muchos años.

Ellos vivían en granjas separada pero un día… Cayeron en un conflicto, este fue el primer problema serio que tenían en 40 años de cultivar juntos hombro a hombro, compartiendo maquinaria e intercambiando cosechas y bienes en forma continua.

Comenzó con un pequeño malentendido y fue creciendo… hasta que explotó en un intercambio de palabras amargas seguido de semanas de silencio.

- Una mañana alguien llamó a la puerta de Luis. Al abrir la puerta, encontró a un hombre con herramientas de carpintero "Estoy buscando trabajo por unos días", dijo el extraño, "quizás usted requiera algunas pequeñas reparaciones aquí en su granja y yo pueda ser de ayuda en eso".

-"Sí", dijo el mayor de los hermanos, "tengo un trabajo para usted. Mire al otro lado del arroyo, en aquella granja vive mi vecino, bueno, de hecho, es mi hermano menor. La semana pasada había una hermosa pradera entre nosotros, pero él desvío el cauce del arroyo para que quedara entre nosotros.

¿Ve usted aquella pila de desechos de madera junto al granero? Quiero que construya una cerca de dos metros de alto, no quiero verlo nunca más."

El carpintero le dijo: "creo que comprendo la situación".

El hermano mayor le ayudó al carpintero a reunir todos los materiales y dejó la granja por el resto del día para ir por provisiones al pueblo. Cerca del ocaso, cuando el granjero regresó, el carpintero justo había terminado su trabajo.

El granjero quedó con los ojos completamente abiertos, su quijada cayó.

No había ninguna cerca de dos metros. En su lugar había un puente que unía las dos granjas a través del arroyo. Era una fina pieza de arte, con todo y pasamanos.

En ese momento, su vecino, su hermano menor, vino desde su granja y abrazando a su hermano mayor le dijo:

-"Eres un gran tipo, mira que construir este hermoso puente después de lo que he hecho y dicho".

Estaban en su reconciliación los dos hermanos, cuando vieron que el carpintero tomaba sus herramientas.

-"No, espera". "Quédate unos cuantos días tengo muchos proyectos para ti", le dijo el hermano mayor al carpintero.

"Me gustaría quedarme", dijo el carpintero, "pero tengo muchos puentes por construir".

Muchas veces dejamos que los malentendidos o enojos nos alejen de la gente que queremos, muchas veces permitimos que el orgullo se anteponga a los sentimientos. No permitamos que eso pase en nuestra Vida. Aprendamos a perdonar y valorar lo que tenemos.

Recordad que perdonar no cambia en nada el pasado, pero si el futuro. No guardemos rencores ni sentimientos de amargura que solo te lastiman, te alejan de Dios y de las personas que nos quieren.

Aprendamos a ser felices y disfrutar de las maravillas que Dios ha creado. Él te ama y desea que tengas una vida dichosa, llena de amor y armonía.

No permitamos que un pequeño desliz malogre una gran amistad. Recordad que el silencio a veces es la mejor respuesta. Una casa feliz es lo que más importa. Haz todo lo que esté a tu alcance para crear un ambiente en armonía.

La mejor relación es aquella donde el amor entre dos personas es lo más fuerte, sin ningún tipo de interés.

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