miércoles, 29 de septiembre de 2021

2021 septiembre, ADORACION EUCARISTICA:

 LA CIUDAD DE LOS POZOS

 Delante de Ti Jesús eucaristía nos presentamos sin nada y sin valor, pues tu eres el único que puedes darnos forma y sobre todo dar sentido a nuestra vida. Es importante que reflexionemos sobre nuestra vida y como el sentido último está en el interior y no en la superficie, en lo que aparece. Lo importante es lo que no se ve.

Escuchemos este bonito cuento: La Ciudad de los pozos. Esta ciudad no estaba habitada por personas, como todas las demás ciudades del planeta. Esta ciudad estaba habitada por pozos. Pozos vivientes ...pero pozos al fin y al cabo. 

Los pozos se diferenciaban entre sí, no solo por el lugar en el que estaban excavados sino también por el brocal (la abertura que los conectaba con el exterior). 

Había pozos pudientes y ostentosos con brocales de mármol y de metales preciosos; pozos humildes de ladrillo y madera y algunos otros más pobres, con simples agujeros pelados que se abrían en la tierra. La comunicación entre los habitantes de la ciudad era de brocal a brocal y las noticias cundían rápidamente, de punta a punta del poblado. 

Con el pasar del tiempo los pozos empezaron a llenarse de cosas. Algunos se llenaban de monedas de oro y piedras preciosas. Otros, más prácticos, se llenaron de electrodomésticos y aparatos mecánicos. Algunos más optaron por el arte y fueron llenándose de pinturas, pianos de cola y sofisticadas esculturas posmodernas. Finalmente, los intelectuales se llenaron de libros, de manifiestos ideológicos y de revistas especializadas.

Pasó el tiempo. La mayoría de los pozos se llenaron a tal punto que ya no pudieron incorporar nada más. Entonces todos los pozos gastaban gran parte de sus energías en ensancharse para poder hacer más espacio en su interior. 

Un pozo, pequeño y alejado del centro de la ciudad, empezó a ver a sus camaradas ensanchándose desmedidamente. Él pensó que, si seguían hinchándose de tal manera, pronto se confundirían los bordes y cada uno perdería su identidad... 

Quizás a partir de esta idea se le ocurrió que otra manera de aumentar su capacidad era crecer, pero no a lo ancho sino hacia lo profundo. Hacerse más hondo en lugar de más ancho. Pronto se dio cuenta que todo lo que tenía dentro de él le imposibilitaba la tarea de profundizar. Si quería ser más profundo debía vaciarse de todo contenido... Vacío de posesiones, el pozo empezó a volverse profundo, mientras los demás se apoderaban de las cosas de las que él se había deshecho...

Un día, sorpresivamente el pozo que crecía hacia adentro tuvo una sorpresa: adentro, muy adentro, y muy en el fondo encontró agua. Nunca antes otro pozo había encontrado agua. El pozo empezó a jugar con el agua del fondo, y disfrutaba humedeciendo las paredes, salpicando los bordes y por último sacando agua hacia fuera. 

La gran sorpresa fue que la tierra alrededor del pozo, revitalizada por el agua, empezó a despertar. Las semillas de sus entrañas, brotaron en pasto, en tréboles, en flores, y en tronquitos endebles que se volvieron árboles después... La vida explotó en colores alrededor del alejado pozo.

Todos le preguntaban cómo había conseguido el milagro. Él les decía que para ir más profundo debían vaciarse. En la otra punta de la ciudad, otro pozo, decidió correr también el riesgo del vacío. Y también empezó a profundizar. Y también llegó al agua...Y también salpicó hacia fuera creando un segundo oasis verde en el pueblo... 

Un día, casi por casualidad, los dos pozos se dieron cuenta de que el agua que habían encontrado en el fondo de sí mismos era la misma. Que el mismo río subterráneo que pasaba por uno inundaba la profundidad del otro. Se dieron cuenta de que se abría para ellos una nueva vida. No sólo podían comunicarse, de brocal a brocal, superficialmente, como todos los demás, sino que la búsqueda les había deparado un nuevo y secreto punto de contacto. 

Señor Jesús en esta tarde te pedimos que permitas comunicarnos en profundidad, entrando dentro de nosotros, y concédenos el coraje de vaciarnos de contenidos y de la superficialidad y buscar en lo profundo de nuestro ser, donde tu estás y nos esperas para darnos tu agua de vida. Amén

 

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