ACCIÓN DE GRACIAS
Podría seguir así, tirando más o menos
como hasta ahora, manteniendo el equilibrio prudentemente, justificando mis
opciones y decisiones, diciendo sí, aunque todo sea a medias.
Pero también puedo ser… discípulo.
Más que nunca quiero ser dueño de mis
hechos y vida, no renunciar a la libertad conseguida, entregarme a los míos con
cariño, y tener esa serena paz del deber bien cumplido.
Puedo cargar con mi cruz, quizá con la
tuya; también complicarme la vida y hablar de tu buena noticia y sembrar nuevas
utopías.
Anhelo hacer proyectos, proyectos vivos
y sólidos para un futuro más humano y solidario; deseo trabajar, ser eficaz,
dar en el clavo y acertar.
Soy capaz de pararme y deliberar, escuchar,
contrastar y discernir; a veces, me refugio en lo sensato, otras, lanzo las
campanas al vuelo.
Puedo entretenerme en cosas buenas, agradecer,
día a día, mi tarea, mi suerte, mis amigos, mis estudios, mi vida sana y
solvente.
Pero también puedo ser… discípulo.
No siempre acabo lo que emprendo; otras
arriesgo y no acierto, o me detengo haciendo juegos de equilibrio; me gusta
dejar las puertas abiertas, por si acaso, y la agenda con huecos…
Pero también puedo ser… discípulo.
Amén.

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