ACCIÓN
DE GRACIAS
Vivir es dejar que la Palabra se haga
cuerpo en nuestro cuerpo humano, cuerpo de carne y sangre, con espíritu bíblico
y aliento solidario.
Y para ello se necesita paciencia y
tiempo, cántaros de esperanza compartida, y dejar que la semilla crezca sola en
nuestras entrañas humanas, aunque no sepamos cómo.
Vivir es gestar en paz y con cuidado al
esperado, que siempre es nuestro hermano, que viene ilusionado a su casa, sin
ánimo de destronarnos y sí de enriquecernos y alegrarnos.
Pero para ello hay que estar embarazados
o dejar al Espíritu que repose, como él quiera, en nuestro regazo; y ponerse de
parto para que la Palabra acampe entre nosotros.
Vivir es Señor, dándote cuerpo.
AMÉN

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