lunes, 8 de diciembre de 2025


 

ACCIÓN DE GRACIAS

El Eterno Padre, te edificó pura de arriba abajo en pensamiento, palabra, cuerpo y alma.

Inmaculada solo supiste ser ofrenda permanente.

En Nazaret, con un “sí” lo dijiste y lo hiciste todo.

En Caná, con un “haced” tu mano pudo más que la intención de Aquel que el agua en vino transformó.

Siempre a nuestro lado y, siempre, buscándonos.

En las cruces cuando nos pesan demasiado y, en los atajos del mundo, cuando nos perdemos demasiado.

En las ideas, cuando a Dios dejamos de lado y en las obras cuando pretendemos un mundo a nuestro antojo.

Así Dios te dispuso y así, Dios, te creó.

Para Él lo fuiste todo y, para Él, te diste en todo.

Por Él tu cuerpo fue arcilla en sus manos y, con Él, hiciste un Dios humanado a los pies del mundo.

¡Cómo no darte gracias, Virgen Inmaculada!

Tu ser y tu hondura te delatan: sólo sabes dar.

Tú bondad y tu obediencia, sencillez y ternura, proclaman la grandeza que anida en Ti.

Inmaculada, llena de Dios, que es todo corazón, y vaciándote de Dios para traérnoslo al mundo.

Llena del cielo, para esta tierra fría y cálida en tus entrañas para darnos al Salvador.

Madre Inmaculada, en este Año Santo Jubilar, vivamos el amor sin límites y la generosidad sin cuentas.

Que de tu mano, Virgen Inmaculada, sepamos descubrir, acoger y pregonar a Aquel que, en tu morada virginal, se hizo carne y, luego, se dejó adorar.

Amen.

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