domingo, 19 de abril de 2020


LUNES DE SAN VICENTE
Este lunes se celebra la festividad de San Vicente Ferrer, patrono de la comunidad valenciana. A pesar de no poder reunirnos en la Iglesia para celebrar esta fiesta, os dejamos algunas notas para que juntos elevemos gracias a Dios por tal patronazgo.

En ell reconeixem un gran missioner i predicador, a un home de Déu que, fidel als vots de la seua vida religiosa en l’orde dominicana, va anunciar sense parar l’Evangeli en les nostres terres i en tota Europa. Donem gràcies al Senyor per l’exemple i testimoni de sant Vicent que ens convida a donar glòria a Déu cada dia amb les nostres paraules i les nostres obres.

A DÉU, DONEU-LI GLÒRIA (San Vicent)
San Vicente Ferrer nació en Valencia, en la actual calle del Mar, donde ahora está el Pouet de Sant Vicent, el 23 de enero de 1350. Sus padres fueron Guillermo Ferrer, notario y Constança Miquel. Fue bautizado en la Parroquia de san Esteban. Tomó el hábito de fraile dominico en el cercano Real Convento de Predicadores el 5 de febrero de 1367, emitiendo sus votos definitivos el 6 de febrero de 1368. Fue enviado al Convento de Barcelona y al de Lérida donde realizó sus estudios de Filosofía. Desde 1372 estudia Biblia y Teología en Barcelona, y en 1376 estuvo en Toulouse completando su formación. En 1379, ya ordenado sacerdote, es elegido prior del Convento de Valencia, cargo en el que estará poco más de un año. En ese tiempo dio clases de Teología en la Catedral de Valencia, en la actual capilla del Santo Cáliz. En 1388 obtuvo el título de “Maestro en Teología” y fue nombrado “Predicador General” de su orden. Residió en Avignon durante el Cisma de Occidente donde recibió diversos cargos de Benedicto XIII. En 1399 abandona definitivamente esta ciudad y se consagra a su actividad misionera. Predicó por toda la Corona de Aragón, la de Castilla y, además, el sur de Francia, el norte de Italia, Suiza y la Bretaña francesa. En muchos lugares se recuerda su paso por los hechos portentosos que ocurrieron. San Vicente fundó en Valencia una cofradía que desde 1410 se encarga de recoger y educar a los niños huérfanos y abandonados de la ciudad. Su obra sigue viva en el Colegio Imperial de Niños Huérfanos de san Vicente Ferrer. También en el ámbito social participó en el Compromiso de Caspe en el que se designó heredero de la Corona de Aragón a Fernando de Antequera tras la muerte sin descendencia de Martín el Humano. En 1419 predicó la que sería su última Cuaresma y a los 69 años murió en Vannes (Bretaña francesa) el 5 de abril de ese mismo año. Está sepultado junto al altar mayor de la Catedral. San Vicente fue canonizado el 29 de junio de 1455 en Roma por el papa Calixto III. Su fiesta se celebra el 5 de abril, aunque desde muy antiguo, en Valencia, se celebra el lunes posterior a la Octava de Pascua.

SALMO 96, 1-2.3.7-8a.10
Conteu a tots els pobles les meravelles del Senyor.
Canteu al Senyor un càntic nou,
canteu al Senyor per tota la terra;
canteu al Senyor, beneïu el seu nom,
anuncieu de dia en dia que nos ha salvat.

Proclameu tots els dies sa victòria,
conteu als pobles la seua glòria,
i els seus prodigis a totes les nacions.

Families dels pobles, aclameu al Senyor,
celebreu la glòria i el poder del Senyor,
tributeu honor al nom del Senyor.

Digueu als pobles: El Senyor es Rei;
Ell manté el món ferm i incommobible;
Ell governa els pobles rectament.

 “Bona gent”, Así comenzaba su predicación San Vicente Ferrer hace 600 años. Esta expresión contiene la esencia de la predicación del santo valenciano. San Vicente centraba su predicación en la preeminencia de la gracia y la bendición de Dios sobre la creación y el ser humano. Este contenido lo exponía con cercanía a la gente y con un lenguaje comprensible.
“Bona gent” como saludo inicial representaba el elemento esencial de la persona humana y de su relación consigo mismo, con la sociedad y con Dios. La fuerza de la predicación no sólo se nota en la conversión de sus oyentes sino también en la fuerza del reino ya presente; una fuerza que se deja notar en los signos y prodigios que acompañan al predicador.
San Vicente Ferrer fue hombre polifacético, pero, sobre todo, predicador de la buena nueva por los caminos del mundo. Él vivió a pleno pulmón la fuerza de la predicación,
San Vicente era un hombre cultivado por la PALABRA de Dios y fiable en su predicación por la coherencia de su vida.
Como patrón de nuestra comunidad valenciana y de nuestra Iglesia diocesana se convierte en modelo de testigo de Jesús. Fundamentado siempre en la Palabra y hombre de palabra. Que aprendamos de él.

Oració
Oh Déu, que al frare dominicá sant Vicent Ferrer el féreu ministre de la predicació evangèlica, concediu-nos que vegem regnant en el cel al qui ell va anunciar com a futur jutge en la terra i per la intercessió del nostre patró, servir-vos ab purea de cor i meréixer arribar a les alegries eternes. Amén.
-          San Vicente Ferrer
-          Ruega por nosotros

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