miércoles, 8 de abril de 2020


VÍA CRUCIS EN LA PANDEMIA

Es un viacrucis especial, conectando con la experiencia y sentimientos de tantas personas que sufren en su propia carne esta situación global de pandemia y de restricciones.
Este camino de la cruz que recorremos hoy cabemos todos. Cabe la gente de nuestra parroquia y la de las otras parroquias vecinas.
Caben las mujeres y caben los hombres. Los que tienen fácil la vida y los que se sienten abrumados por los pesos que les han ido cayendo encima y no saben de dónde sacar fuerzas.
Caben los viejos, que por ley de vida no son ya jóvenes, aunque algunos para consolarse dicen que lo son de espíritu. Caben también los jóvenes que son viejos, los que están cansados y aburridos como si hubiesen andado ya un camino largo de ochenta años.
Los que sonríen y los que se sienten solos y tienen ganas de llorar...
En este Vía Crucis caben todos, aunque un día sólo cupo uno: Jesús. Aquel fue su exclusivo Vía Crucis, el camino-de-la-cruz original y primigenio. Pero desde entonces todos los Vía Crucis de la historia se han unido al primero. En todos está Cristo, y en todos andan los otros «cristos», los hermanos de Cristo, los hijos de Dios. Cargan con la cruz; son traicionados y vejados; caen, no tres veces, sino tres mil; en unas ocasiones se levantan de nuevo y en otras quedan en el suelo extenuados; son colgados de la cruz; criticados, apaleados, juzgados, abucheados, rechazados, torturados; y Cristo va siempre con ellos. Vía Crucis de Jesús, el Hijo de Dios; y de sus hermanos, los hijos de Dios. El Vía Crucis no es solo camino: es lugar y ocasión de encuentro. Encuentro de Cristo y sus hermanos; encuentro de los hermanos de Cristo entre sí. Encontrémonos juntos en este viacrucis, confinados en nuestras casas, pero unidos de corazón.
En el nombre del Padre y del Hijo, y del Espíritu Santo. Amén.

1ª ESTACIÓN: JESÚS CONDENADO A MUERTE
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si eres una persona contagiada por el virus; si estás cerca de alguien de los tuyos que está infectado, Jesús fue condenado y tenido por leproso y blasfemo, mírale a Él. Siente su presencia. Él inocente fue condenado injustamente, como tantos hermanos nuestros que se infectaron sin merecimiento e incomprensiblemente.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

2ª ESTACIÓN: JESÚS CARGA CON LA CRUZ
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si tú has sido hospitalizado, o alguno de los tuyos lo está, y sientes el peso insoportable de la prueba, mira a quien cargó con nuestros sufrimientos. Él está ahí contigo para fortalecerte, para animarte para ayudarte a cargar con la cruz de la enfermedad, de la incomprensión, de la violencia y del odio.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

3ª ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA, POR PRIMERA VEZ
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si en estos momentos te acosa la tentación de la desesperanza, de la angustia, y hasta de la depresión, mira a Jesús, que, caído en tierra, se levanta. Y sientes una mano amiga que te ayuda a soportar lo insoportable y que seas capaz de mirar más allá, lo importante no es la enfermedad ni las caídas, sino lo que viene después, levantarse y sanar.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

4ª ESTACIÓN: JESÚS SE ENCUENTRA CON SU MADRE EN EL CAMINO DE LA CRUZ
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si tienes algún familiar contaminado, y no puedes acercarte a verlo, si estás aislado en tu propia casa, sin poder demostrar tu cercanía, contempla el dolor de María ante su Hijo en la Vía Dolorosa, sin poderse acercar a Él. Pero con sus iradas se sostenían, se amaban y sentían la cercanía. Lo mismo con nuestros enfermos, aunque no podamos abrazarlos y acariciarlos, podemos sentirlos muy cerca y muy próximos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

5ª ESTACIÓN: EL CIRENEO AYUDA A JESÚS A LLEVAR LA CRUZ
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si eres profesional de la medicina, si perteneces a los destacados para poner tus manos en el dolor y en la enfermedad, en la soledad y el aislamiento, eres como el Cirineo. El Papa Francisco te ha llamado el santo de la puerta de al lado. Gracias, y mucha fuerza para continuar luchando, lo sabemos que lo hacéis incluso sin medios físicos ni materiales para protegeros. Sois de verdad nuestros samaritanos y nuestro aplauso agradecido para siempre.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

6ª ESTACIÓN: LA VERÓNICA ENJUGA EL ROSTRO DE JESÚS
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si eres uno de los voluntarios, que se ha ofrecido para enjugar el dolor del que sufre, de acompañar a los más necesitados en este tiempo de penuria y de preocupación, siente el gozo de llevar en tus ojos el rostro que se imprimió en el velo de la Verónica, el rostro sufriente de Cristo. La santa Faz. Gracias.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

7ª ESTACIÓN: JESÚS CAE EN TIERRA POR SEGUNDA VEZ
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si te oprimen las noticias de los que especulan, de los que mienten, de los que se aprovechan del dolor ajeno, mira a Jesús, que no cede y se levanta, hazlo tú con gestos sinceros que animen y den esperanza. No desistas juntos saldremos de esta y esperemos que al levantarnos lo hagamos con actitudes nuevas, más solidarias más humanas y sobretodo más fraternas.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

8ª ESTACIÓN: JESÚS, CAMINO DEL CALVARIO, SE DIRIGE A LAS MUJERES DE JERUSALÉN
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
A ti, madre, hermana, trabajadora, ama de casa, acoge la mirada de Jesús y convierte tu lamento en gestos solidarios, entrañables, amorosos, que tanto ayudan. Tu eres la más fuerte y tu fortaleza cambiará el mundo. Gracias.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

9ª ESTACIÓN: JESÚS CAE POR TERCERA VEZ EN TIERRA
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si ves cómo se derrumba tu negocio, y se quiebra tu economía, si das por perdido todo tu esfuerzo, no deseo decirte palabra de compromiso, pero quizá sientas junto a ti una mano tendida. Mira a Jesús que vuelve a levantarse. No te hundas, espera, espera en el Señor. La creatividad del ser humano es infinita y nos levantamos una, tres, y muchas veces. No estás solo. El Señor es nuestra Fuerza y esperanza. Confía.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

10ª ESTACIÓN: JESÚS ES DESPOJADO DE SUS VESTIDOS
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Tu que estás sujeto a la infección del virus, y estás desnudo y solo en una habitación, o estás en cuarentena, te invito a que mires a Quien desnudo y solo dio su vida por amor a todos. Él transformó el suplicio de la cruz que era un instrumento de muerte y de tortura en un instrumento de amor, amor hasta el extremo, hasta dar la vida por sus amigos.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

11ª ESTACIÓN: JESÚS ES CLAVADO EN LA CRUZ
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Recordemos todos los que estamos recluidos en casa, aquellos que no pueden salir de casa, que nos sentimos sujetados por correas invisibles, si te sientes clavado y solo, mira al Crucificado. No queremos oprimirnos más, pero Él se trasfunde en nuestro dolor y lo transforma en redención. Y está contigo clavado y sin bajar de la cruz o desclavarse. Se solidariza y se une a nuestro confinamiento.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

12ª ESTACIÓN: JESÚS MUERE EN LA CRUZ
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Por ti, que nos has dejado, y ya has pasado el umbral de la muerte, rezo y a ti me encomiendo. Por ti, que has perdido un ser querido, y no te has podido acercarte a darle un beso, te acompaño en tu dolor, aunque nunca lo sepas. La muerte no es la última palabra. Jesús muere y convierte la muerte en vida. Sintamos toda esa gran solidaridad y esta gran compasión mundial de los unos por los otros, todos entramos en comunión en el dolor.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 
13ª ESTACIÓN: JESÚS, MUERTO, EN BRAZOS DE SU MADRE
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si no has podido despedirte de un ser querido, si estás a distancia de quien deseas acompañar, mira a María, la Virgen de la Soledad, la Virgen de las Angustias, la Virgen de los Desamparados. Ella tiene el encargo de Jesús de consolarnos. Las madres siempre están cerca de sus hijos y su corazón rompe las fronteras físicas y psíquicas. Siempre nos acompañaran. Un beso.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

14ª ESTACIÓN: JESÚS ES COLOCADO EN EL SEPULCRO
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si no has podido acompañar el entierro de tu ser querido, de tu amigo, si la losa del desgarro ha caído sobre tu corazón, te ofrezco mi silencio, y sobre todo el silencio de María, la mujer fuerte, que permaneció de pie junto a la Cruz, y no perdió la esperanza. ¡Ten ánimo! Tanto dolor no puede quedar sin sentido. La muerte y el dolor no tienen la última palabra, la última palabra la tendrá aquel que es el Autor de la VIDA.
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

15ª ESTACIÓN: JESÚS RESUCITA DE ENTRE LOS MUERTOS
- Te adoramos o Cristo y te bendecimos.
- Que por tu Santa Cruz redimiste al mundo.
Si ahora piensas que invocar la vida es recurso piadoso, te aseguro que es desde la resurrección de Cristo que cabe permanecer en esperanza. Cuenta con la oración de muchos. Nada es inútil. Algún día comprenderemos tanto dolor e impotencia, y se hará luz. Me atrevo de decirte: Espera, espera en el Señor, que volverás a alabarlo. La noche no es eterna, la noche tiene un final y acaba con el alba y llega la LUZ, el día, la Resurrección. Ánimo
Padrenuestro, Avemaría y Gloria.
Jesús, pequé: Ten piedad y misericordia de mí 

ORACIÓN:
Señor Jesús, en este día en que recordamos tu Pasión y Muerte, ayúdanos a reconocer el inmenso amor que nos tienes. Tú, Señor, entregaste tu vida por nuestra salvación, y nos has señalado un sendero por recorrer: solo quien entrega, podrá recibir. Ayúdame a acoger el inmenso don de tu amor, y a seguirte en el camino de la cruz, que es paso para la resurrección. Amén

No me mueve, mi Dios, para quererte
el cielo que me tienes prometido,
ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú me mueves, Señor, muéveme el verte
clavado en una cruz y escarnecido,
muéveme ver tu cuerpo tan herido,
muéveme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo, yo te amara,
y aunque no hubiera infierno, te temiera.
No me tienes que dar porque te quiera,
pues, aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero te quisiera.
                                                                                       Anónimo, atribuido a Santa Teresa

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