domingo, 31 de octubre de 2021

2021 AÑO B 

SOLEMNIDAD DE TODOS LOS SANTOS

La fiesta de todos los santos es una oportunidad para traer a la memoria y al corazón, los nombres y la vida de tantos hermanos y hermanas, en los que se reflejaba la santidad de Dios. Ser santo es habernos dejado llenar de esa propiedad de Dios. La santidad no es para unos pocos, escogidos, sino que todos estamos llamados a ser santos viviendo con amor y dando testimonio en las ocupaciones de cada día, allí donde nos encontremos.

Esta fiesta es una oportunidad para renovar nuestra esperanza frente al momento que vivimos. Una esperanza que es paciente pero no resignada. Una esperanza que nos renueva nuestra fe en el Dios de la vida. Esa esperanza que vemos en la santidad cotidiana, como dice el papa Francisco “la santidad de la puerta de al lado”, de aquellos que viven cerca de nosotros y son un reflejo de la presencia de Dios.

Bienaventurados es la palabra que más resuena en esta fiesta, felices, afortunados. Pero podemos conformarnos solo en el mundo de las emociones, porque lo que refleja es un estado de vida, consolida la certeza más humana que tenemos y que nos empuja a todos a la unidad: es la aspiración a la alegría, al amor, a la vida.

Esta certeza nos viene porque Dios camina con nosotros; y nos dice y nos grita vamos, adelante en línea recta, no os rindáis, vosotros los pobres, los no violentos, sois el futuro de la tierra; ánimo, levántate y tira el manto del luto, tú que lloras; no dejes caer tus brazos, tú que engendras amor. Nostalgia abrumadora por un mundo hecho de paz y sinceridad, justicia y corazones puros, una forma completamente diferente de estar vivo.

Las Bienaventuranzas no son un precepto extra ni un mandamiento nuevo, sino la buena noticia de que Dios alegra a los que aman, si nos hacemos cargo de la felicidad de los demás, el Padre se hará cargo de nuestra felicidad.

Jesús anuncia a un Dios que no es imparcial, tiene las manos enredadas en el meollo de la vida, tiene debilidad por los débiles, comienza con el último en la fila, desde las mazmorras de la historia para sembrar justicia y cosechar paz.

Que la Fiesta de Todos los Santos nos permita hacer memoria agradecida y nos impulse a construir el Reino cada día.

 

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