miércoles, 20 de octubre de 2021


 

2021 octubre MEDITACIÓN EUCARISTICA: 

En Busca de la Aguja Perdida

 

Venimos de nuevo en esta tarde para encontrarnos contigo, Jesús eucaristía. Sentimos la necesidad de estar unos momentos en silencio y escuchándote solo a ti. Porque tus palabras nos animan y nos refuerzan para seguir caminando siempre contigo.

Muchas veces nos sentimos perdidos por la vida, pero estos momentos de oración y de meditación contigo nos dan fuerza y vigor. Nos empujan a caminar siempre por la vida con ánimo alegre y esperanzado. Sabiendo que la lucha no desaparece, que el esfuerzo se requiere y es necesario para poder mantener un cierto rito, pero queremos que tú seas nuestra fuerza y nuestro apoyo. Que podamos tener en ti ese apoyo necesario para vivir con alegría y con sentido la vida que hemos recibido como un gran regalo.

Buscamos cosas extraordinarias y espectaculares, pero no nos damos cuenta que lo verdaderamente extraordinario está en vivir nuestra vida cotidiana con alegría y convencimiento que es lo mejor que nos ha podido pasar. Escuchemos esta historia:

 

En Busca de la Aguja Perdida: Una tarde, en un pueblo pequeño donde todos se conocían, un grupo de jóvenes vio a la anciana Rabiya buscando desesperadamente algo en el jardín frente a su choza. Todos se acercaron a la pobre anciana para ver si la podían ayudar

Rabiya, ¿Qué le pasa? ¿Qué ha perdido? ¿Le podemos ayudar?, le preguntaron.

La anciana con tono triste contestó: perdí mi aguja de oro…

Al oírla, los jóvenes se pusieron a buscar, pero de repente uno de los jóvenes dijo: Rabiya, el jardín es muy extenso y por contra, la aguja es muy pequeña; además pronto anochecerá, ¿Puedes decirnos más o menos por donde se le cayó y así poder centrarnos en esa zona?

La anciana levantó la mirada, señaló hacia su casa y le contesto: Sí tienes razón. La aguja se me cayó allí, dentro de casa.

Esto enfadó al grupo de jóvenes

- Rabiya, ¿te has vuelto loca? Si la aguja se te cayó dentro de casa, ¿Por qué andamos buscándola aquí afuera?

Entonces Rabiya sonrió y les dijo

- Es que aquí afuera hay luz, cosa que dentro de la casa no hay.

El joven que no entendía nada y pensaba que la anciana definitivamente había perdido la cabeza dijo: Pero aun teniendo luz, si estamos buscando donde no has perdido la aguja, ¿Cómo pretendes encontrarla? ¿No es mejor llevar una lámpara al interior de la casa y buscarla allí, donde la ha perdido?

La anciana volvió a sonreír y contestó: sois tan inteligentes para ciertas cosas…. ¿por qué no empleáis esa inteligencia? Y continuó diciendo: Sois tan inteligentes para las cosas pequeñas ¿cuándo vais a emplear esa inteligencia para vosotros mismos, para vuestra vida interior? Miles de veces os he visto a todos vosotros buscando desesperadamente afuera. Buscando aquello que se os ha perdido en vuestro interior. ¿Por qué buscáis la felicidad alrededor vuestro? ¿Acaso la habéis perdido allí, o realmente, la habéis perdido en vuestro interior?

Esto es lo que nos suele pasar habitualmente en nuestras vidas, estamos tan inmersos en buscar fuera de nosotros que nos olvidamos que la esencia del bienestar está dentro de nosotros y nada más. Nuestra felicidad o bienestar auténtico no pueden estar en el exterior, ni en dependencia de las circunstancias, de otras personas o las relaciones que mantenemos. Este bienestar auténtico para que sea real, ha de estar por encima de todo esto. Solo se puede mantener y ser equilibrado si permanece dentro de nosotros.

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