miércoles, 22 de febrero de 2023


 

¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!

Sales a mi encuentro, tiempo de gracia y de cuaresma,

para hacerme comprender que, mi vida sin Dios, es paja que lleva el viento.

Venís a mi encuentro, días de gracia y de perdón,

para hacerme sentir que, no estoy sólo,

que Dios me acompaña en mí caminar

que, cuando vuelvo los ojos hacia Él,

no hay reproche alguno sino indulgencia plena.

que no desperdicie tantos dones que me traes

que, si hay para mí, también los pretenda para los demás

que, donde estén presentes mis gestos y mis detalles

mi servicio y mi delicadeza,

que, entonces Señor, sienta que no te estoy perdiendo.

Porque son muchos los lodos que intentan engullirte

porque, a veces, la ceniza deja más rastro en nosotros

que la misma luminosidad de la Santa Pascua.

Porque, a veces Señor, decimos tenerte y no te conocemos.

Decimos quererte, y nos resistimos acompañarte con tu cruz.

Decimos ser de los tuyos, y volvemos la cara.

¡QUE NO TE PIERDA, SEÑOR!

Para que, cuando llegue junto contigo al final del Gólgota,

sepa valorar el esfuerzo de mi CONVERSION

El alimento de mi ORACIÓN

El rédito del silencio de la CARIDAD

La hermandad del PERDÓN dado y recibido

¡QUE NO PIERDA DE VISTA TU PASCUA, SEÑOR!

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