miércoles, 27 de diciembre de 2023


 

2023 DICIEMBRE ADORACIÓN EUCARISTICA.

La Navidad nos viene por María

Señor Jesús delante de ti sacramentado y niño recién nacido nos reunimos para estar contigo y sentir tu presencia en todos los momentos de la vida. En estos días de Navidad donde la alegría anida en nuestros corazones por saber que tu viniste y te quedaste para siempre compartiendo nuestras felicidades, amarguras y tristezas. Sabemos que tu madre, la Virgen María fue esencial para que se diera el milagro de la Navidad, hoy queremos pensar en ella y sentirla muy cerca de los dos.

La Navidad nos viene por María: La rueda del tiempo no se para. Los meses cogen carrerilla. Al principio lo tomamos con calma. Pero luego vamos tomando un ritmo ligero y cuando nos damos cuenta estamos en los aledaños del invierno. Este tiempo de mil nostalgias, con sus colores amarillos de oro viejo, que nos hablan del invierno y de esta Navidad toda de blancura y paz.

¡Navidad! ¡Navidad! No la comercial. La de los perfumes, colonias, comilonas o guateques a mansalva. No. La otra. La más recogida. La pobre y humilde. La más cercana a la verdadera. La que vivieron María, José y la borriquilla, con el buey y la mula, y los pastores de Belén, que corrieron para contemplar al Mesías del mundo.

La Navidad de Jesús de Nazaret. La del Niño Dios. Aquel niño de perlas. El que nació en el corazón de la noche, al amparo de las estrellas, con el gemido de su madre, el silencio de José y el asombro de los animales. La de los pastores que, locos de alegría, por la buena noticia recibida del Ángel, caminan con ligereza, al portalito de Belén.

Esta Navidad la necesitamos como el pan. Lo mismo que el oxígeno en medio de un mundo que se nos va haciendo irrespirable. Un mundo estresado, en el que tanta crisis, engaños y mentiras, nos roen los sentimientos más nobles del alma. Y nos vamos sangrando lentamente. Cada día con la tez más blanca y amarilla. Necesitamos la vida. Pero no una vida cualquiera. Una vida sana La que viene de Dios. Una vida profundamente humana, trascendente y divina.

Esta Navidad fue posible por una jovencita que se abría a la vida. María de Nazaret. La Virgen María. La pobre de Jhavé. La humilde. La Inmaculada. La que esperaba con Israel y con toda la humanidad la venida del Mesías. El Salvador. A esta Virgen que recibió en su alma y en su cuerpo al Verbo de Dios y nos entregó a Jesucristo, le rezo yo en esta Navidad: Santa María, haz posible en nuestras vidas y en nuestro mundo el milagro del nacimiento del Hijo de Dios.

 


YO TE SALUDO, MARÍA

Yo te saludo, María,

porque el Señor está contigo:

en tu casa, en tu calle, en tu pueblo,

en tu abrazo, en tu seno.

Yo te saludo, María,

porque te turbaste

–¿quién no lo haría ante tal noticia? –

mas enseguida recobraste paz y ánimo

y creíste a un enviado cualquiera.

Yo te saludo, María,

porque preguntaste lo que no entendías

–aunque fuera mensaje divino–

y no diste un sí ingenuo ni un sí ciego,

sino que tuviste diálogo y palabra propia.

Yo te saludo, María,

porque concebiste y diste a luz

un hijo, Jesús, la vida;

y nos enseñaste cuánta vida

hay que gestar y cuidar

si queremos hacer a Dios

presente en esta tierra.porque te dejaste guiar por el Espíritu

Yo te saludo, María,

y permaneciste a su sombra,

tanto en tormenta como en bonanza,

dejando a Dios ser Dios

y no renunciando a ser tú misma.

Yo te saludo, María,

porque abriste nuevos horizontes

a nuestras vidas,

fuiste a cuidar a tu prima,

compartiste la buena noticia,

y no te hiciste antojadiza.

Yo te saludo, María.

¡Hermana peregrina de los pobres de Yahvé, camina con nosotros,

llévanos junto a los otros

y mantén viva nuestra fe!

Florentino Ulibarri

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