miércoles, 13 de diciembre de 2023


 

2023 DICIEMBRE. ADORACIÓN EUCARISTICA.

LOS DOS BEBES

 

Como todos los miércoles nos colocamos ante tu presencia, Jesús sacramentado, en este tiempo de Adviento, preparándonos para poder recibir la buena noticia de tu encarnación y nacimiento de Belén de Judá. La Navidad es el acontecimiento de la ternura de Dios habitando nuestra tierra, con tantas zonas oscuras para que tú la habites y la ilumines con tu presencia amorosa. Hay un texto muy hermoso en el que un escritor húngaro explicó la existencia de Dios y queremos meditarlo y sacar sus consecuencias.

Los dos bebes: En el vientre de una madre había dos bebés. Uno le preguntó al otro:

- ¿Crees en la vida después del parto?

El otro respondió: Por supuesto. Tiene que haber algo después del parto. Tal vez estamos aquí para prepararnos para lo que viene después.

- Mentira, dijo el primero. ¿Qué clase de vida sería esta?

- El segundo dijo: No lo sé, pero habrá más luz que aquí. Tal vez podamos caminar sobre nuestras propias piernas y comer con nuestras bocas. Tal vez tengamos otros significados que no podemos entender ahora.

- El primero volvió a cargar con más fuerza con sus argumentos y respaldado por lo que veía o experimentaba: Esto es absurdo. El cordón umbilical nos proporciona nutrición y todo lo demás que necesitamos. El cordón umbilical es demasiado corto. La vida después del parto está fuera de la lógica de los fetos.

El segundo insistió:

- Bueno, creo que hay algo y tal vez es diferente a lo que hay aquí. Tal vez ya no necesitemos este tubo físico.

El primero respondió:

- Mentira, y, además, si realmente hay vida después del parto, entonces ¿por qué nadie volvió de allí?

- Pues no sé, dijo el segundo, pero seguro que encontraremos a mamá y ella nos cuidará.

El primero enseguida respondió:

- ¿Mami? ¿Realmente crees en mamá? Esto es ridículo. Si mamá existe, entonces ¿dónde está ahora?

- El segundo dijo: Ella está a nuestro alrededor. Estamos rodeados de ella. Somos de ella. Ella es donde vivimos sin ella este mundo no existiría ni podría existir.

Dijo el primero:

- Bueno, como no puedo verla, tiene sentido que ella no exista.

A lo que el segundo respondió:

- A veces, cuando estás en silencio, si te concentras y realmente escuchas, podrás sentir su presencia y escuchar el ritmo de su corazón y su amorosa voz. Pero tienes que concentrarte y sentir la vibración de su existencia.

 

Los seres humanos nos sabemos biológicos, psicológicos, sociales y culturales. Pero sobre todo somos esencialmente espirituales.

Nuestra inteligencia no es artificial, nuestros sentimientos no son previsibles ni para nosotros mismos, el futuro escapa a lo que hoy somos.

Pero percibimos, intuimos, que somos parte de un todo, que el Universo no se configura en el concepto espacio temporal. Y es ahí, desde nuestra vulnerabilidad, desconocimiento, capacidad para interrogarnos, que podemos captar la existencia de un Sumo Creador, un Ser que debiera ser bondadoso, conocedor de lo que entraña la eternidad.

Con el nacimiento de Jesús toda nuestra vida se iluminó y ahora somos sabedores de que podemos llenar de sentido la vida en nuestro propio devenir esperanzado, afanoso, agradecido, sufriente. El que Dios se hiciera hombre y acampara entre nosotros inundó nuestra vida de posibilidades infinitas y nunca descartables. Amén. Feliz Navidad.

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