miércoles, 10 de septiembre de 2025


 

 

2025 Adoración eucarística:

El águila y el escarabajo

Señor Jesús sacramentado en esta arde venimos a ti para sentirnos sosegados gracias a tu presencia y porque nos comunicas siempre tu fuerza y ​​energía.  En muchos momentos de la vida nos sentimos débiles y pequeños y nuestro corazón se enorgullece a pesar de nuestra pequeñez e insignificancia. Sin embargo, tú nos enseñas que, a través de la tenacidad, aunque seamos criaturas humildes, no poseemos la fuerza o el poder, somos muy amados por ti y por nuestro Padre Dios.

Lo pequeño e insignificante puede ser estupendo: porque todos, independientemente del tamaño o estatus, tenemos un rol que jugar y podemos causar un impacto, especialmente cuando se sienten impulsados ​​por una causa justa. No hay nada tan pequeño como para no tener poder o influencia.

Escuchemos esta historia:

El águila y el escarabajo: una lección de humildad. En un campo soleado, una liebre huía desesperada de un águila hambrienta. Al verse acorralada, pidió ayuda a un escarabajo, quien, pese a su tamaño, intentó interceder. El águila, despreciando al pequeño insecto, devoró a la liebre sin piedad. Este acto desató una cadena de eventos que demostraría que nadie es tan insignificante como para no causar impacto.

Movido por la injusticia, el escarabajo comenzó a observar los nidos del águila. Cada vez que encontraba uno, rodaba los huevos hasta que caían al suelo, destruyéndolos. El águila, incapaz de proteger sobre crías, acudió a Zeus en busca de ayuda. Zeus le ofreció su regazo como refugio para los huevos. Sin embargo, el escarabajo, al enterarse, voló hasta el dios y dejó caer una bola de estiércol sobre él. Zeus, al intentar limpiarse, arrojó los huevos sin querer, destruyéndolos. Desde entonces, las águilas evitan anidar durante la temporada en que los escarabajos están activos.

Jesús que enseñó y que lección de humildad: El poder no siempre tiene la última palabra. El águila, por más fuerte y majestuosa que sea, subestima la capacidad de un ser pequeño y, en su arrogancia, destruye algo frágil, como la liebre. Sin embargo, en la venganza del escarabajo, el águila se enfrenta a su propio golpe, demostrando que incluso los más poderosos pueden ser derrotados por factores fuera de su control. La humildad, entonces, radica en reconocer que el poder y la fuerza no garantizan la invulnerabilidad.

Esta historia refleja, entonces, que la humildad no sólo está en reconocer nuestras propias limitaciones, sino también en comprender que, aunque el poder pueda dominar temporalmente, siempre existen fuerzas invisibles o subestimadas que pueden alterar el curso de las cosas.

Ayúdanos a Jesús a no menospreciar a quienes parecen pequeños o débiles. Incluso los más humildes pueden tener el poder de cambiar el curso de los eventos. La verdadera fuerza radica en la astucia, la perseverancia y el coraje.

Recordemos que, en ocasiones, las personas que menos esperamos pueden ofrecernos las lecciones más valiosas. Así como el escarabajo utilizó su ingenio para vengar a la liebre, nosotros también podemos encontrar formas creativas de enfrentar desafíos y adversidades.

Esto nos enseña a valora a todos por igual: No importa el estatus o apariencia; cada individuo tiene sus mujeres y sus talentos para ofrecer a los demás. Pero para respetar al otro debemos escuchar activamente: Presta atención a las ideas y opiniones de los demás. Siempre podremos aprender algo nuevo.

Señor haz que actuemos con integridad: Hagamos lo correcto, incluso cuando nadie esté mirando. La venganza del escarabajo, que incluso lega a desafiar a Zeus, también sugiere que las fuerzas de la naturaleza, representadas por seres como el escarabajo, no se dejan doblar fácilmente. A veces, la justicia o el equilibrio se restablecen de modos inesperados.

Aprendemos de la Virgen María, ella es modelo de humildad porque reconoce su condición de criatura ante Dios y se pon a sí misma al servicio del prójimo. Su humildad no es una debilidad, sino una fortaleza que la hizo "llena de gracia" y un instrumento para la salvación. La lección de su humildad enseña que el camino para ser exaltado es el servicio, la pequeñez y el "sí" a la voluntad de Dios, lo que le permite recibir grandes mujeres y ser elevada al Cielo.

sábado, 6 de septiembre de 2025

Inscripciones Catequesis de Confirmación 

para jóvenes y adolescentes que estén cursando 2º y 3º de la ESO, o tengan 13 – 14 años, así como los adultos interesados en recibir el sacramento de la confirmación.

Inscripciones en la sacristía de la Parroquia.

 


 

Lunes 15 de Septiembre - 

FIESTA DE NUESTRA SEÑORA DE LOS DOLORES

Para prepararnos a  la Fiesta de Nuestra Señora de los Dolores ,  los días: Miércoles 10, Jueves 11 y Viernes 12, a las 19’30 horas tendremos el rezo de la Corona y a continuación, Triduo preparatorio en la misa de las 20 horas.


 

Inscripciones a la Catequesis de Primera Comunión

Para todos los niños que durante el periodo de preinscripciones a la catequesis de Primera Comunión no pudieron inscribirse.

Los días 16 y 17 de septiembre de 18 a 19’30 horas, podrán formalizar las inscripciones a la catequesis de Primera Comunión.


 

ACCIÓN DE GRACIAS

Podría seguir así, tirando más o menos como hasta ahora, manteniendo el equilibrio prudentemente, justificando mis opciones y decisiones, diciendo sí, aunque todo sea a medias.

Pero también puedo ser… discípulo.

Más que nunca quiero ser dueño de mis hechos y vida, no renunciar a la libertad conseguida, entregarme a los míos con cariño, y tener esa serena paz del deber bien cumplido.

Puedo cargar con mi cruz, quizá con la tuya; también complicarme la vida y hablar de tu buena noticia y sembrar nuevas utopías.

Anhelo hacer proyectos, proyectos vivos y sólidos para un futuro más humano y solidario; deseo trabajar, ser eficaz, dar en el clavo y acertar.

Soy capaz de pararme y deliberar, escuchar, contrastar y discernir; a veces, me refugio en lo sensato, otras, lanzo las campanas al vuelo.

Puedo entretenerme en cosas buenas, agradecer, día a día, mi tarea, mi suerte, mis amigos, mis estudios, mi vida sana y solvente.

Pero también puedo ser… discípulo.

No siempre acabo lo que emprendo; otras arriesgo y no acierto, o me detengo haciendo juegos de equilibrio; me gusta dejar las puertas abiertas, por si acaso, y la agenda con huecos…

Pero también puedo ser… discípulo.

Amén.


 

2025 CICLO C

TIEMPO ORDINARIO XXIII

 

El evangelio de san Lucas nos presenta una invitación de Jesús a seguirlo, tomando nuestra cruz y renunciando a todos nuestros bienes.

¿Qué significa seguir a Jesús, a qué hemos de renunciar?  Jesús nos pide unas renuncias concretas: dejar padre y madre, dejar hijos, tomar la cruz y renunciar a todos los bienes ¿Cómo entenderlo?

No es dejar abandonados a nuestros familiares en sus necesidades o en su vejez, en triste soledad. Jesús en la cruz, antes de morir no abandona a su madre, se la confía a Juan: “Ahí tienes a tu madre”, le dice al discípulo. Jesús jamás abandonó a su madre.

Si alguien no me ama más que a su padre, madre, esposa, hijos, hermanos, hermanas e incluso a su propia vida, no puede seguirme. Siete objetos de amor son el mapa de nuestro tesoro, la ruta de nuestra felicidad. Pero quién puede decir: ¿te amo Jesús, más que a mi hijo y a mi madre?

- Pero notemos que el discurso de Jesús gira en torno al verbo amar más. ¿Amas a tus seres queridos? Hazlo con todo el cariño que puedas, pero no caigas en la idolatría de la familia, sino abre tu corazón más allá de las paredes de tu casa. Quien está tan apegado a las relaciones familiares que no es libre, se hace un grave daño, ante todo a sí mismo.

Amarás a Dios «con todo tu corazón» significa que no tendrás un corazón doble, sino sencillo, unificado, sin engaños. Amarás a Dios con todo tu corazón, pero al mismo tiempo también a tu prójimo. Los amarás sin reservas, porque los amores a medias son la negación del amor.

- Luego Jesús sube el listón: Quien no lleva su cruz... no puede... ¿Qué cruz? Dios no recibe gloria del sufrimiento de nadie, incluso Jesús habría preferido prescindir de él. Dios no está a favor del sufrimiento, sino del amor. Solo que amar cuesta, es pasión y sufrimiento a la vez: «donde pongas tu corazón, allí encontrarás también tus espinas».

- Si uno no renuncia a todo... Palabras peligrosas, que al comprenderlas bien resultan hermosas: no te dejes absorber por las cosas; aprende no a tener más, sino a amar bien. Un hombre vale lo que vale su corazón, y no lo que vale su cuenta bancaria. Esto es evangelio. Solo posees lo que has dado, eso nadie te lo quitará jamás. En cambio, todo lo que hayas retenido acabará poseyéndote a ti: todo lo que no sirve pesa (Madre Teresa de Calcuta).

Hemingway, en El viejo y el mar, cuenta la historia de un viejo marinero que zarpa con un barco nuevo, pero llega una tormenta y tiene que tirar todo al mar, pieza por pieza. Al final, solo le queda una pequeña tabla rota que flota y a esa se agarra. Eso es la fe, ir flotando en la tormenta, como podamos, como sepamos. Seguros de que hay una orilla, un puerto para cada naufragio.

La cruz va llegando, no hay que buscarla, lo que hemos de hacer es no renunciar a ella, asumirla con valentía y generosidad. Dios no nos creó para sufrir, los dolores hemos de evitarlos, pero hemos de asumir con valor todo aquello que suponga renuncia, que suponga generosidad, que suponga ayudar a tanta necesidad que encontraremos a nuestro lado.

miércoles, 3 de septiembre de 2025


 

2025 Meditación eucarística:

El rey y sus cuatro esposas

 En la presencia viva de Jesús Sacramentado, hagamos una pausa profunda en nuestro interior. El Señor quiere hablarnos al corazón, para recordarnos lo que verdaderamente importa. Porque él nos ama con un amor eterno, y nos invita a recordar que esta vida es breve, que todo pasa. Por eso valoremos lo mejor que tenemos, nuestra fuerza interior y su amor gratuito a todos. Escuchemos esta interesante historia

El rey y sus cuatro esposas: Había una vez un rey que tenía cuatro esposas. Él amaba a su cuarta esposa más que a las demás, la adornaba con costosos vestidos y la complacía con las delicadezas más finas. Solo le daba lo mejor.

También amaba mucho a su tercera esposa y siempre la exhibía en los reinos vecinos. Sin embargo, temía que algún día ella se fuera con otro.

También amaba a su segunda esposa. Ella era su confidente y siempre se mostraba bondadosa, considerada y paciente con él. Cada vez que el rey tenía un problema, confiaba en ella para ayudarle a salir de los tiempos difíciles.

La primera esposa del rey era una compañera muy leal y había hecho grandes contribuciones para mantener tanto la riqueza como el reino del monarca. Sin embargo, él no amaba a su primera esposa, y aunque ella le amaba profundamente, apenas se fijaba en ella.

Un día, el rey enfermó y se dio cuenta que le quedaba poco tiempo. Pensó acerca de su vida de lujo y caviló: Ahora tengo cuatro esposas conmigo, pero cuando muera... ¡estaré solo! Así que le preguntó a su cuarta esposa:

- Te he amado más que a las demás, te he dotado con las mejores vestimentas y te he cuidado con esmero. Ahora que estoy muriendo ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?

- ¡Ni pensarlo! contestó la cuarta esposa, y se alejó sin decir más palabras.

Su respuesta penetró en su corazón como un cuchillo filoso. El entristecido monarca le preguntó a su tercera esposa:

- Te he amado toda mi vida. Ahora que estoy muriendo, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?

- ¡No! Contestó rotunamente su tercera esposa. ¡La vida es demasiado buena! ¡Cuándo mueras, pienso volver a casarme!

Su corazón experimentó una fuerte sacudida y se puso frío. Entonces preguntó a su segunda esposa:

- Siempre he venido a ti por ayuda y siempre has estado allí para mí. Cuando muera, ¿estarías dispuesta a seguirme y ser mi compañía?

- ¡Lo siento, no puedo ayudarte esta vez! Contestó la segunda esposa. Lo más que puedo hacer por ti es enterrarte.

Su respuesta vino como un relámpago estruendoso que devastó al rey. Entonces ya muy abatido escuchó una voz:

- Me iré contigo y te seguiré donde sea que tú vayas. El rey dirigió la mirada en dirección de la voz y allí estaba su primera esposa. Se veía tan delgaducha, sufría de desnutrición. Profundamente afectado, el monarca dijo: ¡Debí haberte atendido mejor cuando tuve la oportunidad de hacerlo!

Señor Jesús que dura es la vida porque en realidad, todos tenemos cuatro esposas en nuestras vidas. Nuestra cuarta esposa es nuestro cuerpo. No importa cuánto tiempo y esfuerzo invertimos en hacerlo lucir bien, nos dejará al morir. Nuestra tercera esposa son nuestras posesiones, condición social y riqueza. Al morir, irán a parar a otros. Nuestra segunda esposa es nuestra familia y amigos. No importa cuánto nos hayan sido de apoyo aquí, lo más que podrán hacer es acompañarnos hasta el sepulcro. Y nuestra primera esposa es el espíritu, frecuentemente se le ignora en la búsqueda de la fortuna, el poder y los placeres del ego. Sin embargo, nuestra alma es la única que nos acompañará donde quiera que vayamos.

Así que..., ¡Cultivémosla, fortalezcámosla y cuidémosla ahora! Es el más grande regalo que puedes ofrecerle al mundo. Señor ayúdanos a dejarla brillar, que nuestra alma sea el reflejo de tu inmenso amor sobre cada uno de nosotros. Amén