El conjunto
monumental del Convent de Sant Antoni participa, al igual que otros edificios
históricos de la ciudad, de un amplio historial de degradación y abandono.
Este folleto de
difusión, que integra en todos los casos ilustraciones fotográficas de las
primeras décadas de este siglo, se ha diseñado de modo que el visitante realice
su propio diagnóstico de la situación del inmueble y de su entorno urbano, en
relación con la de las décadas de los 20 y 30. Con ello, le invita a que
realice un corto aunque elocuente ejercicio que, sin duda, contribuirá que
nuestra propia generación y futuras generemos el revulsivo necesario para
romper con la tendencia secular y sentar las bases para la recuperación responsable
de nuestra patrimonio cultural.
CONVENTO FRANCISCANO
La ciudad de Denia,
durante los últimos años del siglo XVI y las primeras décadas del XVII,
disfruta de un periodo de esplendor en cuanto a renovación urbana.
Esta coyuntura, auspiciada
por el Duque de Lerma, V Marques de Denia, conlleva la construcción en la ciudad
de diversos edificios, civiles y religiosos, que introducen elementos y
tipologías arquitectónicas propias del Renacimiento, siempre presente en los
Estados del Duque.
El Convento de San
Antonio de Padua se funda a finales del siglo XVI. En 1587, el Consejo General
de la Ciudad solicita la creación de un Convento de Franciscanos.
El Marques de Denia
financia su construcción y le dota de rentas para su sustento. Se encomienda a
la Orden de Recoletos de San Francisco.
Se construye
extramuros, entre las murallas orientales de la ciudad y el mar y su ubicación
será el eje de futuros procesos de expansión urbana en el sector portuario. El
Convent de Sant Antoni consta de Iglesia, de dependencias conventuales en torno
al claustro, así como de una amplia huerta, ajardinada y cercada.
De las dependencias
conventuales, en la actualidad tan solo se conservan, parcialmente el claustro
y la fachada exterior.
EL CLAUSTRO
EI claustro presenta
un excelente aparejo, en donde predomina la sillería tallada en piedra arenisca
local. En la planta inferior combina arcos de medio punto enmarcados por
pilastras de orden toscano. EI entablamento presenta un friso decorado con
ménsulas y una cornisa. Sobre ella se levanta un segundo cuerpo, en donde
ventanas rectangulares alternan con pilastras. Mientras que la planta inferior,
abierta al patio, estaba cubierta mediante bóveda de arista, la planta superior
albergaba las principales dependencias del edificio. Se construye en el segundo
cuarto del siglo XVII y refleja un clasicismo casi desprovisto de
ornamentación.
EI Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico
de Pascual Madoz, publicado en 1845, nos ofrece el estado del edificio
conventual a mediados del s. XIX.
LA IGLESIA
La fachada de la
Iglesia, compuesta¿ can? el orden dórico, tal como la torre o campanario,
presenta rasgos estilísticos a relacionar can el barroco popular, habitual en
el momento de la construcción del edificio.
La planta es de cruz
latina, con una nave y ocho capillas laterales. Tiene un amplio crucero y el
presbiterio se cierra mediante un transagrario rectangular. El edificio
presenta importantes remodelaciones durante los siglos XVIII Y XIX, debido al
deterioro incluso estructural que sufre durante las Guerras de Sucesión y de la
Independencia. Una de las más importantes se habían concluido en 1747 tras la
construcción del coro y la sustitución de buena parte de la cubierta.
El estudio de las
cerámicas halladas en los aparejos del tejado permite reconstruir el magnífico
revestimiento cerámico que ornamentaba el interior de la Iglesia en el siglo
XVII, hoy desaparecido. Ostentaba una gran riqueza decorativa que nos remite a
composiciones arquetípicas del renacimiento, presentes en el Colegio del Corpus
Christi y en otros edificios conventuales de Valencia.
La Arqueología
permite, en estos casos, profundizar en el aspecto y concepción originarias (
creo que la correspondencia al texto sería originarios en vez de originarias)del
Convent de Sant Antoni, muy lejanas al actual y que hacían que su arquitectura
constituyera la viva imagen del poder en nuestra ciudad.
Algunos documentos
así lo hacen entrever. Mosen ( se escribe con dos eses –Mossèn- y acentuado)
Francisco Palau, hacia 1820, escribía:
“El 4 Sbre. 1649 por la mañana llegó á este
puerto de Denia, la Reyna Nª Sª Dª Ana María de Austria hija del Emperador de Alemania,
Reyna de España, con nueve Galeras, y desembarcó á Media día, salió de la Real
yoyó Misa en el Convento de S.
Antonio de Padua, y á la entrada de la Iglesia adoró la vera cruz de mano del
Sr. Obispo de Segorbe, y luego después de haver oido Misa entró en Dénia, y la
Puerta del Mar la recibieron los Jurados con sus Garnachas de damasco carmesí…”
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