miércoles, 28 de junio de 2023


 

2023 JUNIO ADORACIÓN EUCARISTICA:

Por muy grande que sea tu problema, Dios, es más.

Un joven de unos 19 años se quejaba continuamente a su padre acerca de su vida y cómo las cosas le resultaban tan difíciles. No sabía cómo hacer para seguir adelante y creía que se daría por vencido. Estaba cansado de luchar. Todavía no había solucionado un problema cuando ya había cuatro más en la cola de espera.

Su padre, chef de cocina de un afamado restaurante de Hamburgo, le llevó a su lugar de trabajo. Entrando en la cocina, llenó tres ollas con agua y las colocó sobre fuego fuerte. Pronto el agua de las tres ollas estaba hirviendo. En una colocó zanahorias, en otra puso huevos y en la última, granos de café, y las dejó hervir sin decir palabra.

El hijo esperó impacientemente, preguntándose qué estaría haciendo su padre.

A los veinte minutos el padre apagó el fuego, sacó las zanahorias y las colocó en un recipiente, luego, los huevos y los colocó en otro, y por último coló el café y lo puso en un tercero. Mirando a su hijo le dijo: Hijo, ¿qué ves?

- Zanahorias, huevos y café – fue su respuesta.

Le hizo acercarse y le pidió que tocara las zanahorias. El las tocó y comprobó que estaban blandas. Luego le pidió que tomara un huevo y lo rompiera, observó que el huevo estaba duro. Y al final, le pidió que probara el café y disfrutó de su profundo aroma y rico sabor.

Humildemente el hijo preguntó: ¿Qué significa todo esto, Padre?

Él le explicó que los tres elementos habían enfrentado la misma prueba: agua hirviendo, pero habían reaccionado de forma diferente. La zanahoria llegó al agua fuerte y dura, pero después de pasar por el agua hirviendo se había vuelto débil y se había deshecho. El huevo había llegado al agua frágil; su cáscara fina protegía su interior líquido, pero después de estar en agua hirviendo, su interior se había endurecido. Los granos de café, después de estar en agua hirviendo habían dejado su esencia y con ello, dar sabor al agua en la que se encontraba.

- Cuando la adversidad llama a tu puerta, ¿cómo respondes? ¿Eres una zanahoria, un huevo o un grano de café?

Hoy día es cada vez más frecuente ver a personas que ante el primer problema se hunden, desaniman y deshacen. Con mucha frecuencia tiran la toalla mucho antes de tener que enfrentar los serios problemas de la vida. El ser humano ha de ir madurando y “endureciéndose” ante los problemas a los que se tenga que enfrentar; y al mismo tiempo, ha de ir “dejando sabor” y cambiando todo aquello que le circunda. Es muy importante crecer en virtudes tales como la fortaleza, el coraje, el pundonor, la templanza, la laboriosidad, el espíritu de sacrificio… Ellas son las que nos preparan para luego triunfar como hombres y también como cristianos.

Aunque la fe no es el único factor determinante, sí ayuda mucho cuando uno se ve humanamente sin fuerzas. Es la fe la que te hace confiar, no sólo en tus fuerzas, sino también en Dios; y gracias a ello, seguir luchando a pesar de que las dificultades parezcan cada vez más insuperables.

San Pablo nos lo decía claramente: “Te basta mi gracia, porque la fuerza se perfecciona en la debilidad. Por eso, con sumo gusto me gloriaré más todavía en mis flaquezas, para que habite en mí la fuerza de Cristo” (2 Cor 12:9).

 El mismo San Pablo nos dice: “He combatido un buen combate, he alcanzado la meta, he guardado la fe. Por lo demás, me está reservada la merecida corona que el Señor, el Justo Juez, me entregará aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los que han deseado con amor su venida” (2 Tim 4s).

Señor Jesús sacramentado en esta tarde te pedimos que nos de la fuerza de superar todas las dificultades. Contigo podremos salir adelante. Tu eres nuestro apoyo y nuestro ánimo, contigo seremos fuertes y encontraremos los caminos que conducen por la verdad y la sinceridad.

No consientas que nos alejemos de ti. Ante los problemas de la vida, danos fuerza para luchar y superar los obstáculos día a día, y recordemos siempre que no estamos solos. Nuestra fuerza no sólo viene de nuestra virtud; junto a nosotros siempre está Dios:

“No le digas a Dios cuán grande es tu problema, Dile a tu problema cuán grande es Dios”.

lunes, 26 de junio de 2023









 

Renovación de las promesas matrimoniales en la eucaristía de este domingo a las 11 horas.

Felicidades y enhorabuena a todos

domingo, 25 de junio de 2023


 

DÁME TU VALENTÍA, SEÑOR

Así, cuando tenga que decir un “sí”

no lo cambie cobardemente por el “no”

o por el miedo al qué dirán.

Otórgame ese valor que sólo la fe da:

La que nos hace brindar por un mundo mejor.

La que nos hace soñar con un corazón nuevo.

La que, huyendo del egoísmo personal,

nos hace descubrir la grandeza de tu amor.

Infúndeme esa valentía que sólo tu Palabra transmite:

La que nos hace combativos en la lucha,

La que nos levanta del aparente fracaso,

La que es coraza frente al enemigo,

La que es arma y escudo frente al adversario.

Ofréceme esa bravura que me inspira tu presencia:

Para que nunca, en el combate, me sienta sólo ni desamparado.

Para que, ante las burlas,

recuerde que, Tú, también fuiste ridiculizado.

Para que, ante las incomprensiones,

no olvide que, Tú, también fuiste rechazado.

¡Dame entereza en la lucha, para que nunca diga ¡basta!

Para que huya del derrotismo que todo lo asola.

Para que avance y nunca retroceda.

Para que ofrezca al Evangelio,

mi voz que anuncie y denuncie

lo que en el mundo tantas veces se olvida:

Tú, tu amor, tu justicia, tu paz, tu Reino, tu voluntad y tu ternura. Amén

 

sábado, 24 de junio de 2023


 


 La fiesta de San Pedro y San Pablo que se celebra el día 29 de Junio, por disposición del Señor Arzobispo se trasladará al próximo fin de semana - 1 y 2 de Julio -, siendo las colectas destinadas al Óbolo de San Pedro.


 

2023 AÑO A TIEMPO ORDINARIO XII

 

Tres veces Jesús les dice a los discípulos que no tengan miedo. El miedo es algo normal. Es la reacción frente a una amenaza o a un riesgo. El miedo nos ayuda a protegernos y nos abre a la prudencia. Pero a veces los miedos pueden producirnos pánico, pero sobre todo nos paralizan, nos encierran, nos hacer vivir con tristeza.

Jesús nos invita a afrontar los miedos de nuestra vida. El miedo y el odio destruye. El amor construye. No tengamos miedo a ser vulnerables: a la frustración, a la enfermedad, al sufrimiento, al dolor o a la muerte. Todos somos frágiles y allí está la posibilidad de reconocernos humanos.

En esas realidades es donde más claramente percibimos que Dios nunca nos deja solos, que siempre está con nosotros en el camino de la vida, que nos toma de su mano:

Pero nos ayuda la buena noticia: "No temas: vales más que muchos gorriones Tienes tu nido en las manos de Dios". Vales: ¡qué bello es este verbo! Para Dios, yo valgo. Valemos más que muchos gorriones, más que todas las flores del campo; valemos para Él más de lo que me atrevía a esperar. Atrás queda el miedo a no contar, a tener que demostrar siempre algo. "No temáis" que valemos más. Por cómo eres. Pues vosotros hasta los cabellos de la cabeza tenéis contados. La insignificancia del pelo: Alguien nos ama, fragmento a fragmento, fibra a fibra, célula a célula. Para quien ama, nada de lo amado es insignificante, ningún detalle carece de emoción.

Que hermoso es este Dios que hace por nosotros lo impensable, lo que nadie ha hecho nunca, lo que nadie hará jamás. "temed al que puede llevar a la perdición alma y cuerpo en la “gehenna. ¿Puede morir el alma? Sí, es la muerte lenta de los que se pasan el día quejándose, se hacen esclavos de la costumbre, no arriesgan y no cambian.... "Muere lentamente quien no viaja, quien no lee, quien no escucha música, muere lentamente quien no encuentra gracia en sí mismo" (Martha Medeiros).

En conclusión, experimentemos a Dios solo como amor. Todo lo que nace de él es amor. De él solo nos llega vida, paz y bien. Yo me puedo apartar de él y olvidar su amor, pero él no cambia. El cambio se produce solo en mí. Él nunca deja de amarme.

Dios nos ama incondicionalmente, tal como somos. No tenemos que ganarnos su amor. No tenemos que conquistar su corazón. No tenemos que cambiar ni ser mejores para ser amados por él. Más bien, sabiendo que nos ama así, podemos cambiar, crecer y ser buenos.

No olvidemos que nunca estaremos solos. Todos «vivimos, nos movemos y existimos» en Dios. Él será siempre esa presencia comprensiva y exigente que necesitamos, esa mano fuerte que nos sostendrá en la debilidad, esa luz que nos guiará por sus caminos. Él nos invitará siempre a caminar diciendo «sí» a la vida. Un día, cuando termine nuestra peregrinación por este mundo, conoceremos junto a Dios la paz y el descanso, la vida y la libertad.


domingo, 18 de junio de 2023






























 

COMIDA FRATERNA DE LA COMUNIDAD PARROQUIAL DE SAN ANTONIO EN EL COLEGIO DE LOS HERMANOS MARISTAS

























































 

MISA SOLEMNE DE LA FESTIVIDAD DE S.ANTONIO DE PADUA- TITULAR DE NUESTRA PARROQUIA

Esta mañana hemos celebrado la misa Solemne cantada por el orfeó de Denia y la participación de los grupos parroquiales