2023 AÑO A
SOLEMNIDAD DEL CORPUS
CRISTI
En esta fiesta del
Corpus Cristi el evangelio de San Juan nos presenta el discurso del Pan de
Vida. En él no utiliza la expresión Cuerpo, sino Carne, que nos acerca al
misterio de la Encarnación, al hombre frágil y con necesidades, que se expresa
con las manos abiertas. Con este Pan Jesús se presenta como dador de una vida
que no acaba. El que come mi carne y bebe
mi sangre vive en mí y yo en él. La felicidad y la eternidad dependen de
nuestra capacidad para acogerlo y hacer como El: Partirse y Repartirse. Por eso también celebramos el Día de la Caridad con el lema: Tú tienes mucho que ver. Somos oportunidad.
Somos esperanza
El Evangelio de hoy
tiene sólo ocho versículos, y Jesús repite ocho veces: El que come mi carne vivirá para
siempre. Es una invitación que desconcierta por igual a amigos y
adversarios, y repite obstinadamente, ocho veces: vivir, simplemente vivir,
vivir de verdad. Es el don de Dios. El don de Dios es Dios que se da: se da y
se pierde en sus criaturas como la levadura en el pan, como la sal en los
alimentos, el pan en el cuerpo.
La Eucaristía es un trozo de Dios en mí para que yo
pueda salvar un trozo de Dios en el mundo. Su apremiante invitación significa:
Vive de mí. Toma mi vida como la medida suprema de la vida, entonces sabrás lo
que es vivir de verdad. Comer y beber a Cristo significa más que
"comulgar" en la Eucaristía, es "comulgar con Él".
Pero la eucaristía es una comida compartida por
hermanos que se sienten unidos en una misma fe. Si queremos redescubrir el
hondo significado de la eucaristía, hemos de recuperar el simbolismo básico del
pan y el vino. Para subsistir, el hombre necesita comer y beber. Y de lo que
comamos nuestro cuerpo reaccionará positiva o negativamente.
La
sociedad contemporánea está perdiendo capacidad para descubrir el significado
de los gestos básicos del ser humano. Sin embargo, son estos gestos sencillos y
originarios los que nos devuelven a nuestra verdadera condición de criaturas. El
pan es el símbolo elocuente que condensa en sí mismo todo lo que significa para
la persona la comida y el alimento. Por eso el pan ha sido venerado en muchas
culturas de manera casi sagrada. Todavía recordamos más de uno cómo nuestros
padres nos hacían besar el pan cuando, por descuido, caía al suelo algún trozo.
La
caridad comienza por abrir los ojos a la realidad y dejarse afectar por ella. El
Señor Jesús, Pan de vida, nos apremia y nos hace estar atentos a las
situaciones de pobreza en que se halla todavía gran parte de la humanidad”. Vivimos
tiempos de crisis acumuladas. La pandemia provocada por el Covid-19, la guerra
de Ucrania, el aumento de la movilidad humana, la evolución del coste
energético y la inflación. Esta situación, tanto en el ámbito local como
mundial, ha acrecentado la pobreza y la desigualdad y ha alimentado la
desesperanza.
En
este día de caridad se nos pide ser solidarios y colaboremos a ayudar a paliar
tanta necesidad.
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