Señor Dios,
dueño del tiempo y de la eternidad,
Tuyo es el
hoy y el mañana, el pasado y el futuro.
Gracias por
la vida y por el amor,
por las
flores, por el aire y por el sol;
por la
alegría y por el dolor;
por lo que
fue posible y por lo que no.
Te ofrezco
todo lo que hice:
el trabajo
que pude realizar,
las cosas
que pasaron por mis manos y lo que con ellas pude construir.
Más también,
Señor, hoy te quiero pedir perdón.
Perdón por
el tiempo perdido,
por el
dinero mal gastado,
por la
palabra dura e inútil
y el amor
desperdiciado.
Perdón por
las obras vacías y por el trabajo mal hecho,
perdón por
vivir sin entusiasmo.
Hoy te pido
la paz y la alegría,
la fortaleza
y la prudencia,
la lucidez y
la sabiduría.
Quiero vivir
cada día con optimismo y bondad,
llevando a
todas partes un corazón
lleno de comprensión,
de amor y de paz. Amén
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