domingo, 30 de diciembre de 2018


LA SAGRADA FAMILIA  
  HOGAR DE AMOR
Los padres de Jesús lo llevaron a Jerusalén…lo buscaron y al tercer día lo encontraron en el Templo en medio de los maestros que estaban asombrados escuchándole… ¿No sabíais que yo debía estar en las cosas de mi Padre?...Su madre conservaba todo esto en su corazón. Y Jesús iba creciendo en sabiduría, en estatura y gracia
ENTRA EN TU INTERIOR
La Navidad es la Fiesta de Dios que nace y se hace hombre, fiesta familiar. Es en el seno de la Sagrada Familia, donde nos nace Jesús, donde es acogido con gozo por José, por María, mujer llena de la gracia de Dios Padre, por medio del Espíritu- “Familia Trinitaria”. Y es en el calor del hogar,  donde el Hijo de Dios crece en sabiduría, estatura y gracia, porque en esta Familia lo humano se diviniza. Jesús quiso comenzar su vida como todo ser humano, en el amor de una familia y es en familia donde aprenderá a caminar, el que es el Camino. ¿Que seríamos nosotros sin la familia? Nada. Porque es el amor familiar donde  experimentamos el Amor de Dios Padre, y el Amor de Nuestra Buena Madre María, porque todos formamos una gran familia, la Familia de Dios: TODOS FORMAMOS LA GRAN FAMILIA - SOMOS HIJOS DE DIOS.

domingo, 23 de diciembre de 2018


PONERSE EN CAMINO.
CANTO DE BENDICIÓN, ALEGRÍA Y GOZO
María se puso en camino y fue aprisa a la montaña, a un pueblo de Judá. Cuando Isabel oyó el saludo de María, salto de gozo la criatura en su vientre…Isabel dijo a voz en grito: - ¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! …
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelista Lucas nos narra el encuentro de Isabel y María que esperan con gozo el nacimiento de sus hijos: Juan y Jesús. El encuentro entre dos portadoras de las promesas de Dios, un encuentro entre la anciana Isabel y la joven María. Isabel representará el Antiguo Testamento que está terminando y María el Nuevo Testamento que está empezando. Isabel saludará a María con la bendición: ¡Bendita tu eres entre las mujeres y bendito sea el fruto de tu vientre! Desde entonces, millones de veces los cristianos hemos repetido esta bendición cuando oramos con el “Ave María”
Tras el anuncio del Ángel, María se pone en camino, al servicio de quien le necesita – su prima Isabel- que también ha sido bendecida con la maternidad. María acude a su ayuda, no para ser servida sino para servir, Jesús también nos dirá: “El Hijo del hombre no ha venido a ser servido, sino a servir y a dar su vida como rescate por muchos”.
Por qué tener a Dios en nuestro corazón, es salir hacia afuera, aprisa, con premura, sin demora a ayudar a los más necesitados. Y con humildad y grandeza de alma como María llevemos también alegría y la felicidad para experimentar el gozo de servir, de estar a la escucha, atentos a nuestro alrededor, y ponernos en camino. El Evangelio respira servicio y alegría. Vivamos pues estos días con este gozo y esta alegría de la llegada de Jesús. La Navidad es el gozo de recibir a Jesús y envolverlo en nuestro corazón. Recibamos el gozo y la alegría de la Natividad.

domingo, 16 de diciembre de 2018



CELEBRACIÓN DE LA EUCARISTÍA, PORRAT Y JUEGOS EN LA ERMITA DE SANTA LUCIA

DISPONIBILIDAD: Y YO, ¿QUÉ TENGO QUE HACER?
La gente le preguntaba a Juan: “ Entonces, que tenemos que hacer?” …
ENTRA EN TU INTERIOR
Los textos de la liturgia de este tercer domingo de Adviento nos invitan a la alegría. Este domingo se denominó tradicionalmente “domingo gaudete (alegraos)”, alegres por la venida del Señor, por la celebración próxima de la Navidad, por mantener esperanzas…La alegría muchas veces la asociamos a la ausencia de problemas, sentirnos sin limitaciones que nos incordien, a que todo nos salga bien, claro que según nuestro propio criterio y, así un largo etcétera. Pero ¿ hay mayor alegría que estar rodeado de la alegría de los que nos rodean y compartir la nuestra?, Acaso ¿debemos programar nuestra alegría, sin tener en cuenta la necesidad concreta del otro? La proximidad de la celebración del nacimiento de Jesús nos debe llenar de alegría nuestro interior, nuestro corazón para poder experimentar el gozo, el júbilo. Y es ahí, hoy como ayer que preguntamos ¿Qué tenemos que hacer?, pero más aún ¿Qué tengo que hacer yo? A Juan el Bautista le preguntan y Juan exige un comportamiento, una formula, una respuesta adaptada a cada uno, pues de cada uno serán las acciones concretas, los gestos, la coherencia, la solidaridad. En primer lugar de  manera concreta y personal, pero eso sí sin sentirnos el “protagonista”, sino meros mediadores del Señor. Imaginemos por un momento  en la escena del evangelio  y con sinceridad preguntemos a Juan: Y yo, en la realidad del siglo XXI ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué respuesta me daría Juan?


domingo, 9 de diciembre de 2018








PREPARANDO EL CAMINO PARA RECIBIRTE
“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendas montes y colinas, que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios”
ENTRA EN TU INTERIOR
Esta semana el evangelista Lucas, nos presenta la figura histórica de Juan y nos lo encuadra en la historia universal y la del pueblo de Israel. Juan clama en el desierto predicando la conversión y nos hace referencia al libro de los oráculos del profeta Isaías. En Isaías encontramos las claves para preparar nuestro corazón en este tiempo de Adviento: Desde el desierto se oye una voz que grita, voz que se oye donde reina el silencio – el desierto-, pero también en el silencio es donde se oye mejor la voz interior, la voz de Dios, lugar de encuentro con Dios a lo largo de toda la Biblia ¿Oímos hoy a Dios que nos llama? Esta voz nos invita a preparar el camino, ¿acaso se nos invita a realizar una “gran obra de ingeniería de caminos”? No, nada más lejos de la realidad. Se nos invita a visualizar el camino y prepararlo, adecuarlo. ¿Pero con que materiales cuento?, ¿Cómo lograrlo? Las claves están en los siguientes verbos: Allanar, elevar, descender, enderezar e igualar. Allanar, descender de las alturas de soberbias, altivez, arrogancia,…, en definitiva todas esas “alturas” que nos dan falsa autosuficiencia. Enderezar y corregir nuestro corazón, crear y corregir el diseño del camino,  para que todo quede parejo, alineado, enfocado hacia Dios, de esto se trata la preparación, de despojarnos lo que impide la llegada del Señor a nuestro corazón. Las claves las tenemos, ¿A que esperamos para prepararle el camino?


viernes, 7 de diciembre de 2018


EL SÍ A DAR A LUZ - A QUIEN ES LA LUZ
El Ángel Gabriel fue enviado por Dios a Nazaret, a una virgen desposada con José… el nombre de la Virgen era María. El Ángel le dijo: Alégrate, llena de gracia el Señor está contigo…ella se turbo… No temas, María porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás a luz a un hijo, le pondrás por nombre Jesús… ¿Cómo será… Pues no conozco varón?... El Ángel le contesto: El Espíritu Santo vendrá sobre ti… Porque para Dios nada hay imposible. María contestó: He aquí la sierva del Señor, hágase en mí según su palabra
ENTRA EN TU INTERIOR
Un Sí, que cambia la historia, nuestra historia. Un Si, que aporta luz a nuestra vida. Un Sí a engendrar a la Luz del mundo, para no andar más en la oscuridad. Ese es el gran Sí que celebramos, el Sí de María a los planes de Dios.
¿Cuántas veces hemos escuchado el evangelio de la Anunciación?,¿Pero en cuantas ocasiones, hemos puesto en práctica la actitud de María?. ¿Estamos abiertos a escuchar a Dios y poner en práctica lo que nos pide? ¿En cuántas ocasiones hemos contestado - SI, HÁGASE? En la mayoría de los casos cuestionamos, no nos fiamos, y más aún cuando en nuestro criterio nos parece imposible, olvidando que para Dios nada hay imposible. Nuestra Madre María, no preguntó si era posible la promesa del ángel sino, solamente cómo se cumpliría, contestando sin vacilar: hágase según su palabra. Plena disponibilidad.
María se turba por el anuncio, también Dios viene a nuestro encuentro y su propuesta nos puede turbar, desconcertar, nos puede tal vez, incomodar cuando nos pide nuestra colaboración, rompiendo "nuestros planes". Ojala, como María seamos capaces de decirle Si, aquí me tienes, estoy disponible, para hacerlo realidad.