DISPONIBILIDAD: Y YO, ¿QUÉ TENGO QUE HACER?
La gente le preguntaba a Juan: “ Entonces, que tenemos que
hacer?” …
ENTRA EN TU INTERIOR
Los textos de la liturgia de este tercer domingo de Adviento
nos invitan a la alegría. Este domingo se denominó tradicionalmente “domingo
gaudete (alegraos)”, alegres por la venida del Señor, por la celebración
próxima de la Navidad, por mantener esperanzas…La alegría muchas veces la asociamos
a la ausencia de problemas, sentirnos sin limitaciones que nos incordien, a que
todo nos salga bien, claro que según nuestro propio criterio y, así un largo
etcétera. Pero ¿ hay mayor alegría que estar rodeado de la alegría de los que
nos rodean y compartir la nuestra?, Acaso ¿debemos programar nuestra alegría,
sin tener en cuenta la necesidad concreta del otro? La proximidad de la
celebración del nacimiento de Jesús nos debe llenar de alegría nuestro
interior, nuestro corazón para poder experimentar el gozo, el júbilo. Y es ahí,
hoy como ayer que preguntamos ¿Qué tenemos que hacer?, pero más aún ¿Qué tengo
que hacer yo? A Juan el Bautista le preguntan y Juan exige un comportamiento,
una formula, una respuesta adaptada a cada uno, pues de cada uno serán las
acciones concretas, los gestos, la coherencia, la solidaridad. En primer lugar
de manera concreta y personal, pero eso sí
sin sentirnos el “protagonista”, sino meros mediadores del Señor. Imaginemos
por un momento en la escena del
evangelio y con sinceridad preguntemos a
Juan: Y yo, en la realidad del siglo XXI ¿Qué tengo que hacer? ¿Qué respuesta
me daría Juan?
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