domingo, 9 de diciembre de 2018


PREPARANDO EL CAMINO PARA RECIBIRTE
“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendas montes y colinas, que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios”
ENTRA EN TU INTERIOR
Esta semana el evangelista Lucas, nos presenta la figura histórica de Juan y nos lo encuadra en la historia universal y la del pueblo de Israel. Juan clama en el desierto predicando la conversión y nos hace referencia al libro de los oráculos del profeta Isaías. En Isaías encontramos las claves para preparar nuestro corazón en este tiempo de Adviento: Desde el desierto se oye una voz que grita, voz que se oye donde reina el silencio – el desierto-, pero también en el silencio es donde se oye mejor la voz interior, la voz de Dios, lugar de encuentro con Dios a lo largo de toda la Biblia ¿Oímos hoy a Dios que nos llama? Esta voz nos invita a preparar el camino, ¿acaso se nos invita a realizar una “gran obra de ingeniería de caminos”? No, nada más lejos de la realidad. Se nos invita a visualizar el camino y prepararlo, adecuarlo. ¿Pero con que materiales cuento?, ¿Cómo lograrlo? Las claves están en los siguientes verbos: Allanar, elevar, descender, enderezar e igualar. Allanar, descender de las alturas de soberbias, altivez, arrogancia,…, en definitiva todas esas “alturas” que nos dan falsa autosuficiencia. Enderezar y corregir nuestro corazón, crear y corregir el diseño del camino,  para que todo quede parejo, alineado, enfocado hacia Dios, de esto se trata la preparación, de despojarnos lo que impide la llegada del Señor a nuestro corazón. Las claves las tenemos, ¿A que esperamos para prepararle el camino?


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