PREPARANDO EL CAMINO PARA RECIBIRTE
“Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor,
allanad sus senderos; elévense los valles, desciendas montes y colinas, que lo
torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de
Dios”
ENTRA EN TU INTERIOR
Esta semana el evangelista Lucas, nos presenta la figura
histórica de Juan y nos lo encuadra en la historia universal y la del pueblo de
Israel. Juan clama en el desierto predicando la conversión y nos hace
referencia al libro de los oráculos del profeta Isaías. En Isaías encontramos
las claves para preparar nuestro corazón en este tiempo de Adviento: Desde el
desierto se oye una voz que grita, voz que se oye donde reina el silencio – el
desierto-, pero también en el silencio es donde se oye mejor la voz interior,
la voz de Dios, lugar de encuentro con Dios a lo largo de toda la Biblia ¿Oímos
hoy a Dios que nos llama? Esta voz nos invita a preparar el camino, ¿acaso se
nos invita a realizar una “gran obra de ingeniería de caminos”? No, nada más
lejos de la realidad. Se nos invita a visualizar el camino y prepararlo,
adecuarlo. ¿Pero con que materiales cuento?, ¿Cómo lograrlo? Las claves están
en los siguientes verbos: Allanar, elevar, descender, enderezar e igualar.
Allanar, descender de las alturas de soberbias, altivez, arrogancia,…, en
definitiva todas esas “alturas” que nos dan falsa autosuficiencia. Enderezar y
corregir nuestro corazón, crear y corregir el diseño del camino, para que todo quede parejo, alineado,
enfocado hacia Dios, de esto se trata la preparación, de despojarnos lo que
impide la llegada del Señor a nuestro corazón. Las claves las tenemos, ¿A que
esperamos para prepararle el camino?
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