DÁME
TU VALENTÍA, SEÑOR
Así, cuando tenga que decir un “sí”
no lo cambie cobardemente por el “no”
o por el miedo al qué dirán.
Otórgame ese valor que sólo la fe da:
La que nos hace brindar por un mundo mejor.
La que nos hace soñar con un corazón nuevo.
La que, huyendo del egoísmo personal,
nos hace descubrir la grandeza de tu amor.
Infúndeme esa valentía que sólo tu Palabra
transmite:
La que nos hace combativos en la lucha,
La que nos levanta del aparente fracaso,
La que es coraza frente al enemigo,
La que es arma y escudo frente al adversario.
Ofréceme esa bravura que me inspira tu presencia:
Para que nunca, en el combate, me sienta sólo ni
desamparado.
Para que, ante las burlas,
recuerde que, Tú, también fuiste ridiculizado.
Para que, ante las incomprensiones,
no olvide que, Tú, también fuiste rechazado.
¡Dame entereza en la lucha, para que nunca diga
¡basta!
Para que huya del derrotismo que todo lo asola.
Para que avance y nunca retroceda.
Para que ofrezca al Evangelio,
mi voz que anuncie y denuncie
lo que en el mundo tantas veces se olvida:
Tú, tu amor, tu justicia, tu paz, tu Reino, tu
voluntad y tu ternura. Amén
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