miércoles, 14 de junio de 2023


 

2023 JUNIO MEDITACIÓN EUCARISTICA: 

EL DOMADOR DE FIERAS

Aquí estamos Señor Jesús para descansar y tomar fuerzas para nuestra lucha diaria. Necesitamos estos momentos de recomponer y de autocontrol para que nuestra vida pueda ser una permanente propuesta de bienestar para todos los que nos rodean. Escuchemos esta bonita y profunda historia.

El domador de fieras

Un viejo ermitaño, una de esas personas que por amor a Dios se retiran a la soledad del desierto, del bosque o de las montañas para dedicarse a la oración y a la penitencia, se quejaba a menudo de que tenía demasiado trabajo.

Un día una de las personas que le visitó, le preguntó:

- ¿Cómo es posible que tenga tanto trabajo si está solo en medio de la nada?

El ermitaño contestó:

- Tengo que adiestrar a dos halcones, entrenar a dos águilas, mantener quietos a dos conejos, vigilar una serpiente, cargar un asno y domar un león.

El visitante miró alrededor esperando ver algunos animales, pero no vio a ninguno.

- ¿Y dónde están todos estos animales? Preguntó.

Entonces el ermitaño le dio una explicación que enseguida comprendió:

- Estos animales, están en nosotros: Los dos halcones, que son mis ojos, se lanzan sobre toda presa, sea buena o mala. Las dos águilas, que con sus garras hieren y destrozan, son mis manos y tengo que entrenarlas para que se dediquen a servir a los demás y para que ayuden sin herir. Los conejos, que son mis pies, siempre quieren ir a donde les plazca y esquivar las cosas difíciles y tengo que enseñarles a estar quietos, aunque haya sufrimientos o problemas. Aunque es más difícil vigilar a la serpiente, que es mi lengua, porque, aunque se encuentra encerrada en una jaula de treinta y dos barrotes, apenas se abre la puerta, siempre está lista para morder y envenenar a todos. Si no la vigilo puede hacer mucho daño. El burro es muy obstinado, nunca quiere cumplir con su deber. Es mi cuerpo que siempre está cansado y al que le cuesta muchísimo asumir y llevar las cargas de cada día. Necesito domar al león que llevo dentro y que es mi corazón. Él quiere ser el rey, quiere ser siempre el primero, es muy vanidoso y orgulloso. Aunque al que más miedo le tengo es al tigre; es mi carácter. A poco que me descuide ya está atacando a alguien.

¿Te das ahora cuenta del gran trabajo que tengo?

Cada uno de nosotros ha de procurar tener todas estas fieras, y probablemente alguna más, bajo control. Nuestro amigo de la historia vivía en medio del desierto, pero nosotros vivimos dentro de una familia, trabajamos con compañeros, jugamos con amigos; en una palabra, hay muchas oportunidades para que las “fieras” que llevamos dentro salgan y hagan daño. Hay personas que acuden al psicólogo para que les ayude a dominarlas, lo cual no está mal, pero la psicología es insuficiente si falta la clave: el amor.

Todos llevamos dentro estas fieras. Esa parte de nosotros que reacciona de la forma más rápida y violenta, sin pensar ni razonar, buscando la máxima defensa y el mayor daño. Nuestro entorno no es hostil. No merece la muerte, no hay que elegir entre él o nosotros. Ahora, quienes nos rodean son las personas que más queremos, nuestros compañeros, o nuestros vecinos. Nadie a quien haya que hacer daño. Gente que merece que pensemos antes de actuar.

Por eso la fiera necesita un domador. Un tipo duro y valiente que la mantenga a raya: es el autocontrol. El autocontrol es el único que puede evitar que nuestra propia ira, nuestro impulso, arruine nuestros mejores planes. Son muchos y graves los efectos que la falta de autocontrol está provocando en la sociedad.

Lo malo es que entrenar y preparar un domador no es fácil. No se hace de la noche a la mañana. No bastan dos consejos y un poco de ánimo para estar listo. Por eso Jesús hoy te pedimos que nunca nos dejes de tu mano, que orientes nuestros pasos y que nos concedas tu espíritu de serenidad, paciencia y amor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario