¡VAS POR DELANTE, SEÑOR!
Porque sabes que necesitamos de tu mano y de tus
huellas
para no perder el norte de la existencia.
Sin Ti, estamos abocados a la desilusión y al
desencanto
a la tibieza, al pesimismo o al enfrentamiento.
En este día del Corpus Christi, empújanos con la
fuerza del amor.
Inyecta, Señor, ¡un poco de tu sangre en nuestro
mundo!
Porque, nuestros cuerpos, se encuentran débiles
Porque, la sangre que corre por nuestras venas,
además de roja y viva queremos que sea divina
¡Danos un poco de tu Cuerpo, oh Cristo!
Porque, en las mesas de nuestra vida,
sobra el pan que se cuece en un simple horno
y nos falta ese otro Pan que se dora en el amor
divino.
Mira al enfermo que, desde la azotea de su
sufrimiento,
te grita: ¡ten compasión de mí!
Detén tu mirada sobre el que, muerto aun estando
vivo,
te pide un poco de esperanza en su caminar.
No dejes de bendecir a los que, abriendo su corazón,
te dicen que, entre todo lo conocido, Tú eres lo
mejor y digno de ser adorado.
Gracias, Jesús, por compartir nuestras prisas y
ofrecernos un poco de calma
Gracias, Jesús, por no ser indiferente a nuestra
vida y colmarnos con tu gracia
Gracias, Jesús, por contemplar nuestra situación
y regalarnos tantas caricias con serenas respuestas.
Gracias, oh Cristo, porque tu Cuerpo y tu Sangre
nos redime, nos hace fuertes, decididos, valientes, entusiastas,
comprometidos….
y nos hace sentir hoy, más que nunca,
que merece la pena caminar y vivir contigo.
Amén.
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