2025
MEDITACIÓN EUCARÍSTICA:
El
Collar y el Amor Verdadero
Querido
Jesús sacramentado, delante de ti, en esta tarde, venimos a reflexionar sobre
tu gran amor al hacerte presente en la forma del pan y del vino. Tu te identificaste
con estos elementos sencillos y nos dijiste que eran tu cuerpo y tu sangre, tu
vida plena y tu energía. En vísperas de la solemnidad del Corpus Cristi nos presentamos
para rezar y para pedir por la paz del mundo, que cesen los conflictos armados
y que por fin llegue la paz entre hermanos. Que todos podamos vivir en
serenidad y en respeto. Escuchemos esta interesante historia de amor dado.
El
Collar y el Amor Verdadero:
El hombre que estaba tras el mostrador, miraba la calle distraídamente. Una
niñita se aproximó al negocio y apretó la naricita contra el vidrio de la
vitrina. Los ojos de color del cielo brillaban cuando vio un determinado
objeto. Entró en el negocio y pidió para ver el collar de turquesa azul.
-
Es para mi hermana. ¿Puede hacer un paquete bien bonito?, dijo la niña.
-
El dueño del negocio miró desconfiado a la niñita y le preguntó: ¿Cuánto dinero
tienes?
Sin
dudar, ella sacó del bolsillo de su ropa un pañuelo todo atadito y fue
deshaciendo los nudos. Los colocó sobre el mostrador y dijo feliz:
-
¿Esto alcanza?
Eran
apenas algunas monedas que ella exhibía orgullosa.
-
Sabe, quiero dar este regalo a mi hermana mayor. Desde que murió nuestra madre,
ella cuida de nosotros y no tiene tiempo para ella. Es el cumpleaños de ella y
tengo el convencimiento de que quedará feliz con el collar que es del color de
sus ojos.
El
hombre fue para la trastienda, colocó el collar en un estuche, lo envolvió con
un vistoso papel rojo e hizo un trabajado lazo con una cinta verde.
-
Toma, dijo a la niña. Llévalo con cuidado.
Ella
salió feliz corriendo y saltando calle abajo.
Aún
no acababa el día, cuando una linda joven de cabellos rubios y maravillosos
ojos azules entró en el negocio. Colocó sobre el mostrador el ya conocido
envoltorio deshecho y preguntó:
-
¿Este collar fue comprado aquí?
-
Sí señorita.
-
¿Y cuánto costó?
-
¡Ah!, habló el dueño del negocio. El precio de cualquier producto de mi tienda
es siempre un asunto confidencial entre el vendedor y el cliente.
La
joven continuó:
-
Pero mi hermana tenía sólo algunas monedas. El collar es verdadero, ¿no? Ella
no tendría dinero para pagarlo.
El
hombre tomó el estuche, rehízo el envoltorio con extremo cariño, coloco la
cinta y lo devolvió a la joven diciéndole:
-
Ella pagó el precio más alto que cualquier persona puede pagar. ¡ELLA DIO TODO
LO QUE TENIA!
El
silencio llenó la pequeña tienda y cuatro lágrimas rodaron por las caras
emocionada de la joven y del dueño de la tienda, en cuanto sus manos tomaban el
pequeño envoltorio.
Jesús
tu nos enseñaste con el ejemplo de la pobre viuda que echó todo lo que tenía en
el cepillo del tempo, que la verdadera donación es darse por entero, sin
restricciones. La gratitud de quien ama no coloca límites para los gestos de
ternura. Seamos siempre agradecidos, pero no esperemos el reconocimiento de
nadie.
La
gratitud con amor no sólo reanima a quien la recibe, también reconforta a quien
la ofrece. Pensemos que La vida mejora con cada día que pasa siempre y
cuando demostremos una actitud positiva. A veces creemos que amar es dar
cosas grandes… pero no. Amar es dar con el corazón. Jesús no nos enseñó a amar
con lo que nos sobra, sino a darlo todo, incluso la vida, por amor. Así es el
amor que nos enseña Jesús: un amor que no mide, que no calcula, que se entrega.
Como esa niña, Jesús se entregó completamente por nosotros. No dio lo que le
sobraba: dio su vida. Amar es darlo todo, no porque se tenga mucho, sino porque
se ama mucho. Como Lucía, tú también puedes amar con gestos pequeños, con
entrega, con sacrificio… y así, parecerte cada día un poquito más a Jesús.
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