TU PROYECTO PARA NOSOTROS:
QUE BRILLEN NUESTRAS OBRAS, CON
SABOR DEL EVANGELIO
Dijo Jesús a sus discípulos: Vosotros sois la sal de la
tierra, la luz del mundo...brillen así vuestra luz para que vean vuestras
buenas obras y den gracias a Dios.
ENTRA EN TU INTERIOR
Tanto la sal como la luz son elementos necesarios en la vida
cotidiana, y Jesús nos propone ser estos elementos en medio del mundo, en
nuestro entorno inmediato, en nuestra familia y en nuestro corazón. Jesús no nos habla de manera individual; no
nos indica sé la luz, sé la sal, nos habla de manera colectiva. No debemos manifestarnos ostentosamente y con
gran poder, ni sentirnos con gran poderío, es más bien una invitación a que
nuestra vida pueda iluminar la vida de los demás para que no se sientan a
oscuras, aunque eso signifique gastar parte de nuestras “baterias”, nuestras “pilas”.
Debemos dar sabor a la vida de los más desfavorecidos para que encuentren
gusto, y más sabor a sus existencias. Debemos ser la luz que contagia optimismo,
que enciende nuestro entorno. Luz que hace brillar, Sal que “sale” a extender
la mano a nuestros hermanos.
¿Cómo es la luz de mi interior?. Espero ser como la luna que
frente al sol, refleje tu luz y la extienda por la oscuridad.
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