PENTECOSTÉS –
ALIENTO DEL AMOR DE DIOS.
LA FUERZA PARA VIVIR
Al anochecer de aquel día,
el día primero de la semana, estaban los discípulos en su casa, con las puertas
cerradas por miedo a los judíos. Y en esto entró Jesús, se puso en medio y les
dijo: "Paz a vosotros." ...los discípulos se llenaron de alegría al
ver al Señor. Jesús exhaló su aliento sobre ellos y les dijo: "Recibid el
Espíritu Santo...”
ENTRA EN TU INTERIOR
El texto nos habla a través
de la escena: los discípulos están cerrados, tienen miedo, pero Jesús entra (aunque
estén encerrados), se presenta en medio
de ellos y les saluda “Paz a vosotros”, es decir el Amor está con vosotros no estáis
solos, ante la presencia del Señor se alegran... También nosotros en demasiadas
ocasiones nos encontramos abatidos, solos, no percibimos la presencia del Señor
y nos sentimos temerosos. Pero al percibir a Jesús la alegría nos invade, de adentro
hacia afuera.
Es Pentecostés fiesta del
Espíritu, de la fuerza del Amor del Padre que nos dinamiza, que nos abre el
corazón. Es el Espíritu que despierta nuestra fe débil, pequeña y vacilante, enseñándonos
a vivir confiando en el Amor de Dios, nuestro Padre. Abre nuestros oídos para que
podamos escuchar su llamada que nos invita a vivir abiertos a su poder, con el
corazón sostenido por la esperanza. Nos enseña a mirar la vida desde un prisma
nuevo, a mirar como Jesús miraba a los que sufrían, y hoy sufren; a los que
lloraban y, hoy siguen llorando... porque cambiando nuestra mirada, cambiará
nuestro corazón, y como discípulos irradiaremos comprensión, solidaridad y amor
en nuestro día a día, con corazón abierto, sin puertas cerradas, con corazón
compasivo y esperanza contagiosa.
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