TE ACERCAS, LEVANTAS Y CURAS EL CORAZÓN – Mc 1,29-39
Fue Jesús a casa la suegra de Simón que estaba con fiebre…
Él la tomó de la mano y la levantó…se le pasó la fiebre y se puso a servirles…De
madrugada se retiró a orar
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelio de esta semana nos narra un día en la vida de
Jesús. Es sábado y sale de la Sinagoga, cuando le llega la noticia que la
suegra de Simón está con fiebre. Primera lección de la semana, acude a ella, se
le acerca y le toma de la mano, gesto potente para la época, no solo se le
acerca sino que le “toca”. Las manos…. , son las que dialogan mediante sus
gestos, gestos que pueden acariciar o maltratar e incluso matar, herir o curar.
También con las manos besamos y agradecemos, al coger la mano conectamos con su
corazón, alargamos nuestra mano en señal de presencia, de acogida, de
aprobación, de saludo…Y de pronto surge la curación, el “milagro” diríamos, se
levanta y se pone a servirles. Ella se convertirá en la extensión de las manos
del Maestro, recibe y no guarda, reparte. Jesús termina su jornada en la
madrugada se retira a orar. Termina su jornada con su oración al Padre. Gran
enseñanza para nosotros sus hijos y alumnos del Maestro. ¿Cuantas veces nos
hemos acercado para acariciar o manifestar nuestra empatía hacia un enfermo, un
necesitado, o simplemente para interesarnos? ¿Cuantas veces hemos ido más allá
del acercarnos y hemos levantado la dignidad a nuestro entorno? Hoy en día la
soledad puede convertirse en la enfermedad del momento, de nuestro tiempo. Oh Dios,
tu eres mi Dios, por ti madrugo, en la madrugada el Maestro se puso a orar, su
oración y contacto intenso con el Padre, así debe ser también para nosotros
terminar y empezar con el encuentro con el Padre, de Él y con Él conseguiremos
las fuerzas necesarias para llevar a cabo esta gran lección de vida.