MADRE SOLIDARIA
El 15 de septiembre es la fiesta
de la Virgen de los Dolores. Al pie de la Cruz, hallamos y celebramos a María,
la Madre del Crucificado y la Madre de todos los crucificados de la historia y
del presente, los de ayer y los de hoy, la Virgen de los Dolores, la Virgen
solidaria con todos los que sufren.
Esta fiesta nos pide a todos
nosotros, miembros de la Iglesia o no, que sepamos asociarnos, como María
siempre al pie de la cruz, a la pasión de Jesucristo y de tantos hombres y mujeres
que sufren.
Se trata de saber llevar nuestra
cruz de cada día y saber ayudar a los demás en esta tarea, que como todos
sabemos es el camino de la vida, es el libro donde aprendemos a vivir con
verdadera pasión nuestra existencia humana.
Todos sentimos o sentiremos el
dolor y el sufrimiento en nuestras propias carnes o en la de los más cercanos o
lejanos. Todos pasamos por la prueba y todos necesitamos sentir la presencia de
alguien querido o simplemente un hombro atento en quien poder apoyar nuestra
carga y descansar.
En María al pie de la cruz,
encontramos a una madre dispuesta a arrimar el hombre pero sobre todo a ofrecer
su regazo para que pueda descansar toda la humanidad humillada y maltratada.
Ella es la Madre solidaria al pie de la cruz de todos sus hijos: de nuestros
hermanos enfermos, ancianos, parados, inmigrantes, victimas del odio y de la
violencia. Ella vivió los gozos y las sombras de la existencia humana y supo
permanecer fiel y firme junto a la cruz. Ella es la compañera de ruta, que
ilumina con su resplandor de gloria y de humanidad, nuestras sendas. Ella
escuchó con limpio corazón y total disponibilidad la Palabra de Dios. Ella es
modelo de la Iglesia y de la humanidad solidaria. Ella acompaña con amor
materno a todos los peregrinos de la vida y anticipa su suerte y su destino. Y
Ella es bienaventurada por todas las generaciones por ser la humilde esclava
del Señor y por ofrendar su vida entera a la Causa de Jesús y de su Reino.
María nos acompaña cargando con
la cruz y con los dolores de cada día. María madre dolorosa visita
especialmente a quienes, por cualquier causa, viven crucificados. MF
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