QUIEN QUERÍA VERTE, FUE VISTO Y TRANSFORMADO
Entró Jesús en Jericó y al atravesar la ciudad, un hombre
llamado Zaqueo, publicano y de pequeña estatura, se subió a un sicomoro. Jesús
le dijo: date prisa que hoy quiero estar en tu casa…
ENTRA EN TU INTERIOR
En el evangelio de este domingo, Lucas narra la
transformación de Zaqueo , un hombre que no daba la “talla” y no solo por su
estatura, su vida no está motivada por ideales muy “nobles”, la gente y los perjuicios sociales serán otros de los
obstáculos que tendrá que superar para ver al Maestro. A veces nosotros podemos
también hoy, quedarnos lejos de Jesús porque no nos “sentimos a la altura” por
baja consideración o, tal vez subimos al sicomoro para ver pasar bajo los pies
el mundo, ver y observar todo pero no encontrarnos con la mirada del Señor. ¿Por
qué querría ver a Jesús un hombre que
aparentemente tiene todo? ¿Sentirá que en su interior le falta algo? Zaqueo
“busca ver a Jesús”, quiere saber quién es, le atrae, descubrir su identidad le
llena de entusiasmo renovado y, este deseo cambia su vida. ”Zaqueo, baja
enseguida, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”. Jesús le llama por su nombre “Zaqueo”, a un
hombre despreciado por todos ¿Cuál hubiera sido mi reacción si hubiese estado
ahí?. “ Baja deprisa”, debes descender
para el encuentro personal, alojarle en tu casa, en tu corazón, y dará
un giro nuestra vida, y así le
ocurrió a Zaqueo tras el encuentro con el Señor. Quería verle, le vio y le
transformó. Jesús continuo su camino pero siguió presente en la vida, alojado
en su casa, en el corazón de Zaqueo.
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