domingo, 3 de noviembre de 2019


QUIEN QUERÍA VERTE, FUE VISTO Y TRANSFORMADO
Entró Jesús en Jericó y al atravesar la ciudad, un hombre llamado Zaqueo, publicano y de pequeña estatura, se subió a un sicomoro. Jesús le dijo: date prisa que hoy quiero estar en tu casa…
ENTRA EN TU INTERIOR
En el evangelio de este domingo, Lucas narra la transformación de Zaqueo , un hombre que no daba la “talla” y no solo por su estatura, su vida no está motivada por ideales muy “nobles”, la gente  y los perjuicios sociales serán otros de los obstáculos que tendrá que superar para ver al Maestro. A veces nosotros podemos también hoy, quedarnos lejos de Jesús porque no nos “sentimos a la altura” por baja consideración o, tal vez subimos al sicomoro para ver pasar bajo los pies el mundo, ver y observar todo pero no encontrarnos con la mirada del Señor. ¿Por qué querría ver a  Jesús un hombre que aparentemente tiene todo? ¿Sentirá que en su interior le falta algo? Zaqueo “busca ver a Jesús”, quiere saber quién es, le atrae, descubrir su identidad le llena de entusiasmo renovado y, este deseo cambia su vida. ”Zaqueo, baja enseguida, porque hoy tengo que hospedarme en tu casa”.  Jesús le llama por su nombre “Zaqueo”, a un hombre despreciado por todos ¿Cuál hubiera sido mi reacción si hubiese estado ahí?. “ Baja deprisa”,  debes descender para el encuentro personal, alojarle en tu casa, en tu corazón,  y dará  un giro  nuestra vida, y así le ocurrió a Zaqueo tras el encuentro con el Señor. Quería verle, le vio y le transformó. Jesús continuo su camino pero siguió presente en la vida, alojado en su casa, en el corazón de Zaqueo.

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