domingo, 23 de febrero de 2020
VIVIR LA EXPERIENCIA DEL AMOR AL ESTILO DEL PADRE
Dijo Jesús a sus discípulos: Habéis oído que se dijo: Ojo
por ojo, diente por diente. Pero yo os digo: no hagáis frente al que os
agravia…amad a vuestros enemigos y rezad por lo que os persiguen…Si amáis a los
que aman ¿Qué hacéis de extraordinario?…Sed perfectos, como vuestro Padre
celestial es perfecto
ENTRA EN TU INTERIOR
El relato del evangelio de Mateo de este domingo, no nos
deja indiferentes, es más podemos llegar a pensar ¿habré oído bien? Amar a mis
enemigos. ¿Será una utopía? En un mundo marcado por violencias, rencores,
enfrentamientos…Jesús nos habla que tenemos que romper la inercia que domina
nuestra sociedad como lógica. Se nos invita a superar la ley de pagar con la
“misma moneda” y reconducir a través del amor al estilo del Padre, que “hace
billar el sol para buenos y malos”.
“Amad a vuestro enemigos y rezad por los que os persiguen” he ahí lo
extraordinario, el amor a los enemigos como extensión del amor al prójimo. Lo
que Jesús nos dice de palabra es también la norma de su vida ¿Acaso no perdonó
en la cruz a los que le causaban la muerte? Él lo vivió, lo puso a la práctica,
no nos pide imposibles ¿Acaso no pidió al Padre el perdón para ellos?
Sed perfectos, como vuestro Padre celestial es perfecto. La
perfección del Amor dado, la experiencia de vivir el amor al estilo del Padre. ¿Posible
o imposible de realizar en nuestras vidas? Sin duda, con la ayuda de Dios nos
será posible.
domingo, 16 de febrero de 2020
PLENITUD Y AMOR EN NUESTRAS ACTITUDES
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: No
creáis que he venido a abolir la Ley y los Profetas: no he venido a abolir,
sino a dar plenitud…
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelio de Mateo de este domingo pone en
boca de Jesús su postura ante la Ley: No he venido a abolir la ley, sino a
darle plenitud. Jesús nos plantea un
cambio absoluto en nuestras actitudes, nos dice que no nos quedemos solo en las
meras acciones, sino que nuestras actitudes deben ser profundas, que la ley va
dirigida a nuestro interior, al corazón, a lo que nos construye y define como
persona, y es desde ahí donde debemos obrar. No nos habla del cumplimiento por
inercia, vacío de contenido, sino que implica dar prioridad al Amor hacía
todos, pues la Ley no es el fin, sino el
medio para llegar al fin. No basta con cumplir por el mero hecho de cumplir,
sino que nos invita a ir más allá, a darle el verdadero sentido. No se trata de
una forma de actuar sino de una manera de vivir: Amor divino - Amor fraterno –
Amor conyugal.
domingo, 2 de febrero de 2020
LUZ QUE IRRADIA
Y Jesús fue llevado al templo para cumplir con la ley de
Moisés. Cuando entraban, el anciano Simeón, lo reconoció, lo tomó en brazos
bendijo a Dios diciendo: ahora según tú
promesa, puedes dejar a tu siervo
irse en paz, porque mis ojos han visto al Salvador… luz para alumbrar a las
naciones…sus padres estaban admirados y Simeón los bendecía…
ENTRA EN TU INTERIOR
El texto del evangelista Lucas de este domingo tiene lugar
en Jerusalén, en el templo, centro de la fe judía y nos narra la Presentación de Jesús al Templo, llevado
en brazos por María junto a José, así como el encuentro con dos ancianos Simeón
y Ana que transcurren sus días de ancianidad a la sombra del templo de
Jerusalén, animados por el Espíritu, dóciles a su acción y sensibles a los
acontecimientos. Simeón va a recibir la más grata revelación al ver aquel
matrimonio llevando al niño a la consagración, toma al pequeño entre sus
brazos, bendice a Dios, sus ojos han visto al Salvador, ya puede irse en paz,
ha visto cumplido el objeto de su fe y esperanza, ha visto un tiempo nuevo que
empieza, ha visto la luz para alumbrar las naciones, Él es la luz de los
pueblos, de todos los hombres y ninguno está excluido de la luz de su amor. Hoy
celebramos la candelaria, porque Simeón vio en Jesús su luz, una gran luz. Ana es una anciana viuda, que no se apartaba
del templo, y no puede reprimir su alegría comunicando su gozo a todos, claro
ejemplo de trasmisión de la buena noticia que es Jesús. Ellos le esperaban sin desfallecer, miraron con
el corazón y le reconocieron. Que el Espíritu nos vaya iluminando, nos regale
la fe y nos indique donde poder reconocer el rostro del Señor en los hermanos.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)