domingo, 5 de julio de 2015

Evangelio Domingo 5 de Julio 2015



LE CONOCEMOS PERO ...
¿LE RE-CONOCEMOS?
Enseñaba Jesús en la sinagoga y la multitud se preguntaba de donde le venía esa sabiduria, y dudaban al preguntarse si no era el hijo del carpintero.  Jesús les decía: No desprecian a un profeta más que en su tierra. .. Y se extrañaba de su poca fe
ENTRA EN TU INTERIOR:
Los habitantes de Nazaret no dan créditos a sus oídos ¿de dónde le viene esto que enseña? Si le conocemos y conocemos a su familia. La sabiduría con la que habla, los signos que salen de su vida, no parece estar en consonancia con lo que ellos conocen. Ahí está el problema “con lo que ellos conocen”.
La novedad de Dios siempre está más allá de lo conocido y de lo aparentemente “sabido”, más allá de lo que esperábamos. Dios nos desconcierta, nos escandaliza...  y esto a veces lleva a que falte la fe.
Muchas veces nos cuesta mucho reconocer en quien es visto como “uno de nosotros” a uno que Dios ha elegido y enviado. No nos es fácil reconocer el paso de Dios por nuestra vida, especialmente cuando se reviste de “ropaje común”, como uno de nosotros, sin lujos, sin boato.
Creemos conocer a Jesús cuando en realidad sigue siendo el gran desconocido. Quien lo conoce con ojos de fe no juzga por desde las apariencias. ¿Juzgo a mis hermanos por las apariencias?
Jesús no pudo hacer milagros en Nazaret porque faltaba fe. Y hoy ¿encuentra fe en mí?


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