VIDA
FRUCTÍFERA ¿DOY FRUTO?
Un hombre
tenía una higuera plantada en su viña y fue a buscar fruto en ella y no lo
encontró. Dijo al viñador Ya ves vengo tres años viniendo a buscar fruto y no
lo encuentro. Córtala… El viñador respondió: Señor déjala todavía este año y
mientras yo le daré cuidados a ver si da fruto en adelante…
ENTRA EN TU
INTERIOR
Es el
evangelio de la “higuera estéril”, un relato cuaresmal y en clave cuaresmal
veremos que es- Cuaresma el tiempo de interiorizar, de revisión de vida, de
conversión-. Jesús nos habla de la dinámica de dar fruto… la parábola de esta
semana nos ofrece un rayo de esperanza, de “nueva oportunidad”. Él conoce la
higuera, la ha visto crecer la ha cuidado, pero no quiere verla morir, decide
dedicarle más tiempo, más cuidados. Jesús ha venido a buscar y salvar lo que
estaba perdido. En la parábola no aparece el destino de la higuera, el final
queda abierto pues es la higuera la que decidirá su suerte. Dios no puede
suplir lo que tengo que hacer yo – aunque estará siempre a nuestro lado
ayudando a realizar nuestra tarea-. Si no doy frutos la responsabilidad será
solo mía, aunque en ocasiones seguimos oyendo la triste expresión “Castigo de
Dios”. Es tarea nuestra tomar conciencia de nuestro ser y ser coherentes,
¿Tengo una vida fructífera o estéril como la higuera? Dios nunca pierde la
paciencia con nosotros, Dios es el Amor que pide nuestro amor. ¿Hasta cuándo
tendrá que esperar encontrar en nosotros los frutos de amor? ¿Doy fruto?
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