domingo, 28 de abril de 2019
CREEMOS EN TI
Al anochecer de aquel día, el primero de la semana, estaban
los discípulos reunidos en casa con las puertas cerradas por miedo… Y entró
Jesús se puso en medio y les dijo: Paz a vosotros…Se llenaron de alegría al ver
al Señor… Y les dijo: Paz a vosotros. Como mi Padre me ha enviado, así también
os envió yo y exhaló su aliento sobre ellos… Recibid el Espíritu Santo…Tomás no
estaba con ellos… si no veo no creo…
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelio de este domingo se le conoce por la
incredulidad personalizada en Tomás, aunque no quiere decir que fuera más
incrédulo que los demás discípulos, posiblemente Tomás no hubiera querido “ver
y tocar” para creer, si hubiera estado presente. Él necesita vivir su propia
experiencia para creer y Jesús no se lo reprocha en ningún momento y le invita
a no ser incrédulo sino creyente. «Ojos que no
ven corazón que no siente», dice el refrán, pero Jesús nos dice: Dichosos los que creen sin haber visto.
Jesús transforma en alegría el miedo de los discípulos, las
puertas de la casa están cerradas,- el temor les sobrepasa- pero Jesús entra en la casa de “su corazón” y
desde el centro del corazón les saluda “La paz a vosotros”. También este saludo
va dirigido a cada uno de nosotros, resonando en el centro de nuestra vida, en nuestro corazón, y desde ahí sentirnos
dichosos por nuestra fe sin ver. Cuando experimentamos alegría por un
acontecimiento nos gusta compartirlo. La paz del resucitado es una paz activa
que invita a comunicar la alegría recibida. “Así como el Padre me ha enviado,
así también os envío yo y exhaló su aliento sobre ellos”. También hoy se nos
invita a compartir nuestra alegría, nuestra fe. “Nuestra puerta” nuestra vida,
debe estar abierta hacia los demás. Seamos portadores de tu Paz en nuestro día
a día.
domingo, 14 de abril de 2019
DOMINGO DE RAMOS
DE LOS GRITOS DE ENTUSIASMO A LA PASIÓN DEL SEÑOR
Jesús echó a andar delante, subiendo hacia Jerusalén… mandó
a dos discípulos… encontrareis a un borrico atado, que nadie ha montado todavía.
Desatarlo y traérmelo… Se lo llevaron, lo aparejaron con sus mantos… la gente
alfombraba el camino con sus mantos… se pusieron a alabarlo diciendo: Bendito
el que viene en nombre del Señor…
ENTRA EN TU INTERIOR
Jesús y sus discípulos entran en Jerusalén en medio de la
aclamación de la multitud, los ramos de olivos como señal universal de paz y
alegría le reciben pero esta escena es contrastada con la Pasión y Muerte que
en fuerte contraste y, lleno de signos contradictorios nos introducen en la
Semana Santa – Semana de Pasión. Jesús entra en Jerusalén, la ciudad de los
escogidos, arropado de una gran multitud
que le aclama “Bendito el que viene en nombre del Señor”, posiblemente
algunos de los que le aclaman dentro de cinco días terminaran por clamar a Pilatos
su muerte. Contrastes y más contrastes. Jesús entra triunfal a Jerusalén con
motivo de la Pascua judía y poco después al evangelio de la misa (este año
según S. Lucas) acabará con la crucifixión, descendimiento de la cruz y
entrando en un sepulcro. Contrastes y más contrastes. De la alegría del inicio
pasamos al duelo… Contrastes y más contrastes el Reino de Dios es un Reino de
AMOR, de entregas hasta la MUERTE, amor y muerte…. Jesús entra como Rey montado
en un borrico en lugar de a caballo como
los Reyes de este mundo… Contraste y más contrastes… Entra a Jerusalén aclamado
y le sacarán de Jerusalén para crucificarlo fuera en el monte de la “calavera”
contraste y más contrastes… muerte pero también vida, resurrección. Vivamos
pues esta gran Semana Santa unidos a la pasión de Jesús puesta nuestra
esperanza pascual en Jesús resucitado contraste y más contrastes la vida que
triunfa a la muerte
domingo, 7 de abril de 2019
NUEVA OPORTUNIDAD :
LA MISERICORDIA DEVUELVE LA DIGNIDAD
HUMANA
Los escribas y fariseos le traen una mujer sorprendida en
adulterio y le dicen que según la ley de Moisés hay que apedrearla. Le piden su
opinión. Jesús les responde: El que esté libre de pecado, que eche la primera
piedra. Se marcharon todos… Jesús le dijo: Tampoco yo te condeno. Anda y en
adelante no peques más
ENTRA EN TU INTERIOR
El relato del Evangelio de Juan no deja indiferente, es más
sorprende y nos sorprende. Estamos en el siglo XXI y seguimos condenando y
señalando con el "dedo“ los errores ajenos, nos seguimos erigiendo en
jueces que sentenciamos e impartimos justicia por doquier sin ver
imperfecciones en nosotros. Nadie quiere echarse la culpa pero todos somos
responsables, juzgamos desde el poder de la idolatría, actitud que nos lleva a
juzgar como escribas y fariseos, aunque conozcamos la reacción y la enseñanza
de Jesús, no vacilamos en apedrear con la piedra de la palabra, la piedra de la
indiferencia, con la piedra de la hipocresía… En el relato se nos presenta una
imagen de gran impacto, se retiran todos y quedan solo Jesús y la mujer y le
pregunta ¿Dónde están?¿nadie te ha condenado? “Yo tampoco te condeno. Ve y en
adelante no peques más”. No ignora que la mujer ha obrado mal, pero le invita a
reconducir su vida, le da una nueva
oportunidad y con su misericordia le devuelve la dignidad humana a la mujer.
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