domingo, 26 de enero de 2020
El papa Francisco ha establecido que
este III domingo del Tiempo ordinario, sea celebrado como el «Domingo de la
Palabra de Dios. Un domingo completamente dedicado a la Palabra de Dios
para comprender la riqueza inagotable que proviene de ese diálogo
constante de Dios con su pueblo».
Jesucristo resucitado, -Palabra de
Dios hecha carne-
VEN -SIGUEME
Dejando Nazaret se estableció en
Cafarnaún, junto al mar… Paseando junto al mar de Galilea vio a dos
hermanos, a Simón, llamado Pedro, y a Andrés, que estaban echando la red en el
mar, pues eran pescadores. Les dijo: «Venid en pos de mí y os haré pescadores
de hombres».
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
Inmediatamente dejaron las redes y lo siguieron. Y pasando adelante vio a otros dos hermanos, a Santiago y a Juan, su hermano, que estaban en la barca repasando las redes con Zebedeo, su padre, y los llamó. Inmediatamente dejaron la barca y a su padre y lo siguieron.
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelista Mateo, nos presenta el principio de la
vida pública de Jesús, así como tres elementos importantes: el mensaje inicial
“convertíos, porque está cerca el reino de los cielos”; la elección de los primeros discípulos “Venid
en pos de mí y os haré pescadores de hombres” y finaliza con un breve resumen
de la misión de Jesús “recorría Galilea enseñando en sus sinagogas, proclamando
la Buena Noticia y curando toda enfermedad”. El pasaje nos invita a
interrogarnos sobre nuestra propia vida, nos invita a entrar en nuestro
interior y examinar nuestro seguimiento. Jesús mira y llama, nos mira y nos
llama. Él toma la iniciativa, nos invita
al seguimiento. Jesús pasa por nuestra vida, como lo hizo con Simón y Andrés o
con Santiago y Juan y nos dice Ven- Sígueme. Ellos no dudaron en seguirle,
dejando todo ¿y nosotros? Jesús llamó a los primeros discípulos y hoy nos
convoca a nosotros, el Señor pasa por los caminos de nuestra vida cotidiana y
nos invita a seguirle. ¿Estamos dispuestos a cambiar nuestros planes de vida para
seguirle?
domingo, 19 de enero de 2020
TESTIMONIO DE JUAN:
Éste es el Cordero de Dios, que quita el
pecado del mundo
En aquel tiempo, al ver Juan a Jesús, exclamó “Este es el
Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”… yo lo he visto, y he dado
testimonio de que éste es el Hijo de Dios.
ENTRA EN TU INTERIOR
El evangelio de este domingo del evangelista Juan, nos
relata el testimonio de Juan el bautista. El relato nos narra en primer lugar, la exclamación de Juan: “Este
es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”, palabras que recordamos
en la Eucaristía antes de comulgar. A lo largo del relato manifestará “está por
delante de mí porque existía antes que yo”; el Espíritu se posó sobre Él; y
como colofón del relato “es el Hijo de Dios”. Temas fundamentales en nuestra fe
y en nuestra vida: Que Jesús es el Señor, el Cordero que se sacrifica en la
pascua, Cordero que quita el pecado y devuelve la dignidad al ser humano, que
quita el pecado del mundo y restituye la dignidad a la humanidad, que el Espíritu de Dios se posa sobre Él, que
es el Hijo de Dios, es decir el Mesías. Juan sabe ver, sabe identificarlo, sabe
manifestarlo para dar testimonio. Al ver
Juan el Bautista a Jesús que venía hacía él, da testimonio. Juan nos invita a identificar a
Jesús, que viene hacía nosotros y, aunque como él manifestemos que no lo
conocíamos, debemos agudizar nuestra mirada desde el corazón para
identificarlo. Él viene hacía nosotros y nosotros acogerle. Se nos revela en
cada uno de los hermanos que cada día encontramos en nuestro camino, en los
pobres, en los necesitados, en los enfermos, solo debemos estar atentos y tener los ojos
bien abiertos.
Juan da testimonio ¿Y nosotros, damos testimonio de Él?
domingo, 12 de enero de 2020
Fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que
lo bautizara…Apenas se bautizó Jesús salió del agua; se abrió el cielo y vio
que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre Él. Una voz
del cielo decía: Este es mi Hijo Amado, mi predilecto
ENTRA EN TU INTERIOR
Este domingo Mateo nos relata el Bautismo de Jesús en el
Jordán por Juan. Con la Solemnidad del
Bautismo de Jesús, concluye el Tiempo de Navidad, comienza el Tiempo Ordinario
y se inicia el tiempo público de Jesús, deja la vida silenciosa y da comienzo a
su misión y ésta no le será fácil. Pero no estará solo, como nosotros tampoco
lo estamos en nuestro camino, en nuestra misión. Aquel Espíritu que estuvo
presente en el momento de la Anunciación a su madre María, le acompañará toda
la vida, el mismo Espíritu que acompaña a cada bautizado y nos da fuerza como
hijos de Dios, el mismo Espíritu que nos abre al Amor del Padre y nos aviva a
vivir como hermanos.
La voz del Padre habla desde el cielo, manifiesta que Jesús
es su Hijo Amado y el Espíritu bajo sobre Él. Tres personas pero diferentes en
su naturaleza: La voz del Padre, el rostro humano del Padre, Jesús y la paloma, espíritu-
vínculo con el Padre.
Hoy el evangelio nos hace rememorar y evocar nuestro
bautismo y el sentido del mismo. Las tres personas trinitarias están presentes
también en nuestro bautismo: Yo te bautizo en el Nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu. Hoy también sería un buen momento para entrar en nuestro
interior, para recordar nuestro amor filial al Padre, y la experiencia del Amor
incondicional que Él nos manifiesta como hijos suyos, pero también un buen
momento para interpelarnos sobre nuestra misión. El Espíritu que Jesús recibió
en su bautismo y nosotros en el nuestro, nos acompaña.
lunes, 6 de enero de 2020
PEREGRINOS BUSCÁNDOTE PARA ADORARTE
Habiendo
nacido Jesús en Belén, en tiempos del rey Herodes, unos magos de Oriente se
presentaron en Jerusalén preguntando: ¿Dónde está el Rey de los judíos que ha
nacido? Porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo…
ENTRA
EN TU INTERIOR
Con
la Epifanía celebramos la primera revelación, la primera manifestación, la
Epifanía del Señor. La Epifanía es la revelación del misterio de la Natividad
para toda la humanidad. El evangelista Mateo nos ofrece una escena entrañable:
unos sabios del oriente se dirigen hacia Belén de Judea siguiendo una estrella
que anuncia el nacimiento de un gran personaje. Los magos perdieron de vista la estrella cuando
entraron en el palacio de Herodes y, cuando de nuevo se ponen en camino,
vuelven a ver la estrella que los guía hasta el Niño y se llenan de
inmensa alegría. Se pusieron en camino, y de pronto la estrella comenzó
a guiarlos... se ponen en camino a adorar a quien es el Camino. Ellos le
adorarán y le obsequiarán regalos muy simbólicos, visiones profundas – oro para
un rey, incienso para un sacerdote y mirra (resina aromática muy apreciada, que
en la antigüedad se utilizaba para elaborar perfume)- La mirra representaba a
Dios como hombre, en tanto que ese material se empleaba para embalsamar a los
muertos, y reconocían así, la
vulnerabilidad de Jesús, que moriría para salvar al ser humano, a toda la
humanidad, esencia que profetiza su
mortaja, su muerte-. Su estrella guiaron a los magos a adorarle, hoy La
Epifanía será la antorcha que nos guía
también a cada uno de nosotros, a toda la humanidad y nos pone en camino,
peregrinando hacia Ti. Hoy también nosotros contemplamos la Luz, y nos
postramos para adorarle, le ofrecemos los dones, regalos de nuestro Amor,
sobretodo de corazón, y así la estrella brillará. ¡YA BRILLA EN NUESTRO
INTERIOR!.
domingo, 5 de enero de 2020
¡Y EL VERBO SE HIZO
CARNE!
En el principio existía el Verbo y el Verbo estaba junto a
Dios y el Verbo era Dios. En Él estaba la vida y la vida era la luz de los
hombres. En el mundo estaba y, el mundo
no lo reconoció. Pero a cuantos los recibieron, les dio poder de ser hijos de
Dios. A Dios nadie lo ha visto…
ENTRA EN TU INTERIOR
Por dos veces en este corto tiempo desde la Natividad, nos
propone la liturgia en este 2º Domingo
del Tiempo de Navidad, el evangelio de Juan, más concretamente el prólogo. Una
pieza literaria y filosófica de gran profundidad, que anticipa los principales
temas que aparecerán a través de la historia de Jesús.
Desde niños vamos percibiendo una gran multitud de imágenes
de Dios que nos van dibujando nuestra propia idea de Él, condicionados en demasiadas ocasiones por
lo que vamos escuchando, lo que se nos transmite, o bien la imagen que nos es
más cómoda, pero el evangelista Juan nos recuerda de manera rotunda una
evidencia que atraviesa toda la
tradición bíblica: “A Dios no lo ha visto nadie jamás”. Quien nos lo ha dado a
conocer es el Hijo unigénito de Dios –
Jesús – El Verbo hecho carne, el Dios hecho hombre. Y en su condición humana se
acerca a nosotros, aunque el mundo no lo reconoció. La idea de que la Vida es
anterior a la luz es la clave para entender el evangelio de Juan. La luz brilló
en las tinieblas y, las tinieblas no la
comprendieron. Pero la luz no puede permanecer ni quedar encerrada, destila por
los poros y alumbra corazones. Él es la
luz, el Verbo-la Palabra encarnada- la palabra de Dios habita entre nosotros,
Dios nos habla por su Hijo y nos revela su misterio eterno. Cristo la Palabra
viva, nos habla hoy y nos comunica que Él es la luz que nos ilumina
y vence la oscuridad, las tinieblas. La Luz recibida no se puede almacenar, la
luz se propaga al igual que la Palabra- la finalidad de la Palabra es comunicar-.
Comuniquemos e iluminemos llevando la luz de la Palabra, del Verbo, a los que nos rodean para que también puedan
experimentar el Amor de Dios en sus corazones. Abramos nuestros corazones a la
Palabra, para llegar a ser Hijos de Dios.
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