Fue Jesús de Galilea al Jordán y se presentó a Juan para que
lo bautizara…Apenas se bautizó Jesús salió del agua; se abrió el cielo y vio
que el Espíritu de Dios bajaba como una paloma y se posaba sobre Él. Una voz
del cielo decía: Este es mi Hijo Amado, mi predilecto
ENTRA EN TU INTERIOR
Este domingo Mateo nos relata el Bautismo de Jesús en el
Jordán por Juan. Con la Solemnidad del
Bautismo de Jesús, concluye el Tiempo de Navidad, comienza el Tiempo Ordinario
y se inicia el tiempo público de Jesús, deja la vida silenciosa y da comienzo a
su misión y ésta no le será fácil. Pero no estará solo, como nosotros tampoco
lo estamos en nuestro camino, en nuestra misión. Aquel Espíritu que estuvo
presente en el momento de la Anunciación a su madre María, le acompañará toda
la vida, el mismo Espíritu que acompaña a cada bautizado y nos da fuerza como
hijos de Dios, el mismo Espíritu que nos abre al Amor del Padre y nos aviva a
vivir como hermanos.
La voz del Padre habla desde el cielo, manifiesta que Jesús
es su Hijo Amado y el Espíritu bajo sobre Él. Tres personas pero diferentes en
su naturaleza: La voz del Padre, el rostro humano del Padre, Jesús y la paloma, espíritu-
vínculo con el Padre.
Hoy el evangelio nos hace rememorar y evocar nuestro
bautismo y el sentido del mismo. Las tres personas trinitarias están presentes
también en nuestro bautismo: Yo te bautizo en el Nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu. Hoy también sería un buen momento para entrar en nuestro
interior, para recordar nuestro amor filial al Padre, y la experiencia del Amor
incondicional que Él nos manifiesta como hijos suyos, pero también un buen
momento para interpelarnos sobre nuestra misión. El Espíritu que Jesús recibió
en su bautismo y nosotros en el nuestro, nos acompaña.
No hay comentarios:
Publicar un comentario