EVANGELIO 2º DOMINGO DESPUÉS DE NAVIDAD,
Jn.1,1-18
En el
principio existía el Verbo y el Verbo estaba en Dios, y el Verbo era Dios. En
Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres. Y la luz brilla en las
tinieblas y las tinieblas no lo recibieron. Y el Verbo se hizo carne y habita
entre nosotros...A Dios nadie le ha visto jamás:Dios que está en el seno del
Padre, es quien lo ha dado a conocer.
ENTRA EN TU INTERIOR
Diciendo
"En el principio era la Palabra", Juan evoca la primera frase de la
Biblia que dice: "En el principio Dios creó el cielo y la tierra" (Gn
1,1). Dios creó todo por medio de su Palabra. "El habló y las cosas
empezaron a existir" . Todas las criaturas son una expresión de la Palabra
de Dios. Esta Palabra viva de Dios, presente en todas las cosas, brilla en las
tinieblas. Las tinieblas intentan apagarla, pero no lo consiguen. La búsqueda
de Dios, siempre nueva, renace en el corazón humano.
Así
como la Palabra de Dios se manifiesta en la naturaleza, en la creación, asimismo
se manifiesta en el "mundo". Todo lo que existe es una expresión de
la Palabra de Dios, una revelación de su presencia. ¿Soy suficientemente
contemplativo para poder percibir y experimentar esta presencia universal de la
Palabra de Dios en mí y en mis hermanos?
¿Qué significa para mí poder ser llamado hijo
de Dios?
La
Palabra se hizo carne: Dios no quiere estar lejos de nosotros. Por esto su
Palabra se hizo vecina a nosotros y se hizo presente en medio de nosotros en la
persona de Jesús
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