domingo, 31 de mayo de 2015

STMA. TRINIDAD



Mateo 28, 16-20  LA SANTISIMA TRINIDAD

Mateo, nos sitúa en el monte de Galilea y es precisamente en una altura, en la cima desde donde Jesús resucitado envía a sus discípulos por el mundo entero. Les envía a predicar el Evangelio y a bautizar.

Esta vez son los discípulos que salen al encuentro del Maestro, y ese lugar de encuentro es la montaña.  La actitud de los discípulos es de reverencia y adoración absoluta;  pues al verlo se postraron ante Él.
Jesús realiza un envío empleando dos verbos: “Ir y Hacer”. Ir y hacer, en nombre de Dios, y no en nombre propio, “para que sean mis discípulos”.  Por tanto nos invita a salir, dinámicamente: acompañar, escuchar, enseñar, llevar, de dar testimonio vivo de la presencia del Señor. El mandato del Señor es claro, invita a sus discípulos a salir de sí mismos, para ir al encuentro de los demás, los llama a la misión, deben ser discípulos capaces de hacer discípulos para que otros puedan alcanzar y conocer al igual que ellos al Maestro. ¿Nos sentimos llamados a ser Iglesia misionera?
“Y sabed que yo estaré con vosotros siempre hasta el fin del mundo”. ¿En que situaciones, o lugares siento esta presencia del Señor? Jesús no deja solo a sus discípulos, permanece junto a nosotros todos los días.
La Trinidad es un Dios que sale de sí mismo, que se comunica y dialoga. Es un Dios cercano que viene y sale al encuentro del hombre por medio de su Hijo Jesucristo.
Jesús nos ha revelado a Dios Padre – Abba – y el Hijo y el Padre nos han comunicado al Espíritu Santo, fuerza, aliento, dador de vida.

No hay comentarios:

Publicar un comentario