LA SAVÍA DE DIOS CORRE
POR LA VID, QUE ES CRISTO
Y SE PROLONGA A LOS CRISTIANOS
La vida verdadera de Dios
corre por Cristo. “Yo soy la vid y
vosotros los sarmientos”, no se trata de dos cosas distintas. En la medida en
que los sarmientos estén unidos a la cepa, tendrán vida y darán frutos. Para
que los sarmientos puedan producir frutos deben estar unidos a la vid para así
conseguir y recibir la savia.
Por tanto hemos de estar
injertados a la vida, a Cristo. Solo así podremos dar frutos. Solo así nuestros
frutos serán: el amor, el servicio y la verdad. Nuestra misión consiste en
hacerlos fecundar y ponerlos al servicio del prójimo. ¿Me siento injertado a la
Buena vid?
Lo que mantiene viva una
planta, capaz de dar frutos, es la savia que la atraviesa. ¿ Cuál es la savia
que está presente en mi corazón y que me mantiene vivo y capaz de dar frutos?
¿Cuáles son las podas o
momentos difíciles que he pasado en mi vida y que me han ayudado a crecer?
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